Los tardigrados guardan un poderoso tesoro en su interior. Ayudarán al ser humano a sobrevivir a la radiación

0
14

Puede que no hayas oído hablar nunca de ellos, o puede que sí. Hay unos animales diminutos en la naturaleza, de menos de 1 milímetro de tamaño, conocidos como tardígrados u osos de agua. Estos bichitos son muy famosos por su resistencia, y es que pueden sobrevivir en prácticamente cualquier medio durante cantidades de tiempo que los seres humanos asociamos a la inmortalidad.

De acuerdo con un estudio publicado en Nature Biomedical Engineering, estos animales podrían tener la clave para proteger a los humanos contra la radiación. Y, además, podrían servir para revolucionar la medicina humana. Estos microanimales nunca dejan de asombrar a los científicos, y a nosotros tampoco.

El superpoder de los tardígrados

Como acabamos de decir, los tardígrados lo aguantan prácticamente todo y podrían tener la clave para que los humanos seamos capaces de resistir a la radiación. Estos animales pueden aguantar mil veces la dosis mortal humana, son capaces de sobrevivir al vacío y a la radiación cósmica a la que se ven expuestos los astronautas y también pueden estar décadas sin agua.

El secreto de los osos de agua radica en lo que los científicos han denominado un “tesoro molecular”:

  • Una proteína conocida como Dsup, que actúa como escudo al unirse al ADN, evitando roturas por radiación (además de neutralizar moléculas dañinas).
  • Otra proteína conocida como TRID1, que repara el ADN en cuestión de horas. Los humanos tardamos días en realizar reparaciones en nuestro ADN.

Este tesoro genético nos puede ayudar a, por ejemplo, reducir el daño en tejido sano después de una sesión de radioterapia. En los experimentos conducidos por los científicos que publicaron el estudio se observó que, al inyectar ARN mensajero de Dsup en ratones antes de radioterapia, el daño en tejido sano era un 70% menor. Además de la protección contra el cáncer, el material genético de los tardígrados también serviría para proteger a los astronautas en misiones largas.

Los científicos están muy esperanzados con respecto a este hallazgo, y esperan poder hacer los primeros análisis cínicos con humanos en 2026. Para entonces esperan haber podido realizar más avances, ya que el método actual protege sólo temporalmente; el ARN mensajero se degrada en horas.

No obstante, algunos científicos piden precaución. No sabemos qué efectos podría tener modificar células humanas con genes de tardígrados, así que antes de dar el siguiente paso convendría estudiar bien todos los posibles efectos adversos.