Junquiera Saldanha, experto investigador, cree que el Sol afectaría a los terremotos de la Tierra: “El calor solar afecta a las propiedades de la roca y del agua subterránea”

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Los científicos llevan décadas intentando vincular el comportamiento del Sol con los terremotos, pero ahora hay evidencias concretas. La investigación liderada por Junquiera Saldanha ha encontrado que los cambios en la temperatura causados por la radiación solar aumentan la precisión en la predicción de sismos, especialmente los superficiales, que suelen causar mayores daños en edificaciones e infraestructuras. El estudio publicado en la revista Chaos muestra cómo el calor altera la composición molecular de las rocas y cambia la presión del agua en el subsuelo. “El calor solar afecta a las propiedades de la roca y del agua subterránea”, explica Saldanha, quien ha logrado predecir correctamente 7 de cada 10 terremotos superiores a 5 en la escala de Richter en la región de Tōhoku (Japón) durante el periodo de prueba. Un complemento para los sistemas actuales de alerta La investigación no afirma que el Sol genere terremotos, sino que funciona como un catalizador que facilita los movimientos donde ya existe tensión tectónica. El sistema propuesto opera principalmente en los primeros 30 km de la corteza terrestre, donde los sismólogos registran hasta el 80% de los temblores que afectan a zonas pobladas. No es la primera vez que se buscan patrones entre Sol y terremotos. La NASA confirmó recientemente que nuestro astro ha alcanzado su máximo de actividad en el actual ciclo solar. La intensidad de este periodo, con niveles drásticamente más altos de lo previsto, coincide con un incremento del 12% en la actividad sísmica mundial durante 2024. “Este método no sustituye a la monitorización con sismógrafos, sino que la complementa con una nueva capa de análisis”, aclara Saldanha. A diferencia de los sistemas actuales, que detectan terremotos una vez iniciados, este enfoque busca identificar zonas de riesgo con semanas de antelación al combinar lecturas de temperatura cortical y registros de radiación solar de los últimos 15 años. Las herramientas para comprender mejor al Sol siguen avanzando, con imágenes de alta resolución que permiten analizar su superficie con detalle sin precedentes. Paralelamente, los reactores de fusión como el chino EAST recrean condiciones similares a las solares, ayudando a entender mejor la física detrás de estos fenómenos. El equipo de Saldanha ya aplica su modelo en tiempo real para monitorizar tres fallas activas en Japón y planea ampliar sus pruebas a California en 2026. El objetivo no es predecir el momento exacto de los terremotos —algo que sigue siendo imposible—, sino reducir la incertidumbre en las zonas más vulnerables, permitiendo una mejor planificación de recursos e infraestructuras críticas.