La casa original, en la Avenida Delfim Moreira 80, en Leblon (Río de Janeiro, Brasil), dio paso a un edificio de lujo con vidrios oscuros en las ventanas y balcones. Durante la realización de la película Todavía estoy aquí, la solución fue buscar otra dirección para representar la residencia de la familia Paiva, una propiedad que -lo saben los más de cinco millones de espectadores de la película- es, al mismo tiempo, un escenario fundamental y un personaje en sí mismo de la historia contada bajo la dirección de Walter Salles.
En enero, cuando Fernanda Torres, la protagonista de la película, ganó el Globo de Oro a Mejor Actriz en la categoría de drama, los primeros turistas comenzaron a posar para selfies frente a la mansión de paredes blancas en Urca, también en la zona sur de Río.
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Este lunes, un día después de una nueva victoria con el Oscar a la Mejor Película Extranjera, el alcalde Eduardo Paes tomó su decisión: anunció que expropiará el inmueble en Urca. El lugar será la sede de la empresa pública RioFilme, que opera en el área de distribución y producción audiovisual.
El decreto número 55.729, que da inicio al proceso expropiatorio, fue publicado en una edición extra del Boletín Oficial. El texto informa que el Ayuntamiento tiene la intención de reconstruir y abrir al público la visita del escenario cinematográfico creado en la planta baja. Otros ambientes albergarán instalaciones de RioFilme. Además de rendir homenaje a la ganadora del primer Oscar del cine brasileño, la iniciativa busca preservar y estimular la cultura audiovisual del país, con la creación de un memorial.
El decreto enumera las nominaciones a tres categorías de los Oscar: además de la victoria sin precedentes, la producción fue nominada a Mejor Película y Mejor Actriz (Fernanda Torres). El texto también considera “las notables similitudes arquitectónicas entre la casa de la familia de Eunice y Rubens Paiva y el lugar de rodaje elegido por los productores de Todavía estoy aquí”, que se ha convertido en una referencia cultural, tanto a nivel global como local”.
“Ya estábamos pensando en eso. Seguiremos desarrollando el proyecto a partir de ahora”, afirmó Paes.
Actualmente, RioFilme opera en Casas Casadas, un edificio histórico en Laranjeiras. Gran parte de la estructura de la empresa permanecerá allí, pero la presidencia de la entidad deberá trasladarse a la futura Casa do Cinema Brasileiro, en Urca.
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“Estábamos esperando los resultados de los Oscar. El espacio contará la historia de la participación de Brasil en los premios. Estudiaremos si sería posible llevar la estatuilla para exponerla en la casa. Será un atractivo turístico más para la ciudad», afirmó el vicealcalde, Eduardo Cavaliere.
Atracción turística
La casa, construida en 1938, ha ido atrayendo a un número de visitantes curiosos que fue creciendo junto con el prestigio de la película. El inmueble esquinero, de 480 metros cuadrados, está registrado en el ayuntamiento. Horas antes de que Eduardo Paes anunciara la expropiación, el corredor Marcelo Dias, responsable del inmueble -que está en venta-, anunció un aumento en el precio, de R$13,9 millones a R$25 millones (es decir: de US$2,37 millones a US$4,2 millones). Dias atribuye el reconocimiento al éxito de la película y a su victoria en los Oscar. El Ayuntamiento, por su parte, aún no ha discutido el precio de la negociación.
La noche de los Oscar del pasado domingo, alrededor de 25 personas, incluidos los propietarios, se reunieron en la casa para seguir los resultados de la entrega de premios. Al frente, en la calle junto al muro e incluso al otro lado de la calle, cerca del muro junto a la bahía, curiosos sentados en sillas de playa se unieron a la multitud, siguiendo la transmisión, que se proyectó sobre la fachada. Los invitados que ingresaron estaban, en su mayoría, vinculados a la producción audiovisual y al teatro. Eduardo Barata, presidente de la Asociación de Productores de Teatro de Río, conoce a los dueños del inmueble.
“El Ayuntamiento expresó una intención. El hecho es que la casa, que inicialmente era un personaje de la película, se convirtió en un personaje de la historia del país después de los Oscar”, observó Barata.
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Abierto a negociación
Tras publicarse el decreto, los propietarios emitieron un comunicado. “Con gran satisfacción”, escribieron, “recibieron información sobre la apertura del diálogo para negociaciones para transformar la residencia, en el barrio de Urca, en la ‘Casa do Cinema Brasileiro’”. El texto continúa: “Seguimos siendo bastante optimistas en la creencia de que el resultado proporcionará a la ciudad, al estado y al país nuevos equipos para promover la cultura nacional”.
El secretario municipal de Cultura, Lucas Padilha, apuesta por el potencial cultural y turístico del espacio: “No queremos transformar el lugar en un nuevo Museo de Imagen y Sonido (MIS), sino en una referencia del cine brasileño. El valor cultural es innegable. Y hay un gran potencial turístico. Se encuentra frente a la muralla de Urca y muy cerca del Pan de Azúcar. Tenga en cuenta que muchas personas visitan Disney y Universal Studios, entre otros, para ver lugares de producción. Y ahí todavía tenemos una diferencia. Es una casa y no el escenario de un castillo que fue construido, por ejemplo, sólo para una película”, dijo Padilha.