Las palabras del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, en la apertura del período de sesiones ordinarias de la Legislatura bonaerense, se estructuraron con el claro objetivo de contraponer su gestión a la del presidente Javier Milei. Para cada descripción de las políticas libertarias, hubo una extensa réplica provincial en una dirección diametralmente opuesta. Solo sobre el final, llegó un pedido del mandatario a la Legislatura para suspender las PASO, objetivo en el que los legisladores que responden a Cristina Kirchner –con quien Kicillof mantiene una puja por el liderazgo peronista– tendrán un papel definitorio. Esa interna estuvo ausente en el mensaje dentro del recinto legislativo. En el acto posterior, con la militancia que lo apoya, el gobernador aclaró que su espacio político Movimiento Derecho al Futuro, que agitó la interna semanas atrás, cuando se anunció, “no es contra nadie”.
La confrontación con el Presidente comenzó incluso antes del discurso de Kicillof. En un video previo al mensaje, el gobierno provincial mostró actividades de gestión impulsadas desde el Estado en materia de educación, salud, obra pública y seguridad, entre otras áreas.
Desde el primer segundo del discurso, Kicillof le apuntó a Milei para diferenciarse. “La Argentina está siendo sometida a un experimento de ajuste y crueldad”. sostuvo el mandatario provincial, y recordó que Milei propuso “intervenir la provincia y pretendió echar al gobernador por las redes”.
Kicillof repasó el discurso presidencial del sábado, en la Asamblea Legislativa, y enumeró datos económicos negativos para el Gobierno en salarios, producción, consumo, industria y construcción.
Acusado por el Presidente de hacer de la provincia de Buenos Aires “un baño de sangre”, Kicillof contrapuso a esa sentencia una larga enumeración de la tarea de su gobierno en materia de seguridad. Fue la temática más extensa de su discurso. Con el caso de la niña Kim Gómez como punto de arranque de esa porción del mensaje (tildó de “panelista” a Milei por sus opiniones sobre el caso), aseguró que los homicidios bajaron en la provincia y destacó que se desbarataron bandas como la de “Chaki Chan”.
En un juego de palabras que pareció apelar a su espacio “Derecho al Futuro”, Kicillof inició sus pasajes iniciales del discurso con la palabra “derecho”. Así, se refirió a sus acciones de gestión en materia de “derecho a la educación” y “derecho a la salud”. Ante la militancia, luego del discurso en la Legislatura, reforzó esa intención. Dijo que, a nivel nacional, ganó “la derecha”, pero que en la provincia ganaron “los derechos”.
“También a la educación le llegó la motosierra de Milei”, dijo para repasar recortes como el del Fondo de Incentivo Docente. Lo contrapuso con la inauguración de escuelas, las entregas de libros y la apuesta bonaerense por multiplicar universidades.
“La deserción en salud tiene matices criminales”, remarcó sobre el Gobierno, como hizo con tono crítico en cada ítem de gestión que expuso. “La motosierra no puede meterse con la salud de nuestro pueblo”, señaló y apeló a la gestión de la pandemia como un punto exitoso de sus años en el poder provincial (ganó el primero de sus dos mandatos en 2019).
Kicillof aplicó la misma estructura de denunciar la “deserción” del gobierno nacional y contraponerla con sus políticas en los apartados de su discurso sobre obra pública, producción, transporte (no hizo mención a la salida del exministro Jorge D’Onofrio, investigado por la Justicia). También en el área de ambiente, momento en que mencionó a “Dani” (por la ministra Daniela Vilar, una de las representantes de La Cámpora en su gabinete).
Una política cargada de violencia
La interna con Cristina (que el año pasado estuvo en la apertura de sesiones de Kicillof, pero ayer no se hizo presente) quedó debajo de la alfombra durante el discurso legislativo y, en el acto posterior, con el calor de la calle y la militancia, Kicillof optó por bajarle tensión. “Esto no es contra nadie. Hay mucha dirigencia que milita, pero siente que en el aire está la necesidad de organizarse mejor y estar en todos los rincones de la provincia. Estamos organizando, articulando, dándole fuerza y volumen”, afirmó.
“No soy responsable de lo que dice cada uno de los dirigentes que participa. tenemos que hacer un esfuerzo para darnos un discurso común y una acción política común”, señaló Kicillof desde el escenario. En su espacio, muchas declaraciones fuertes contra Cristina y Máximo Kirchner provocaron ruidosas repercusiones.
La interna peronista, de hecho, en los últimos días redujo su tensión por el mensaje de Milei en el que amenazó con una intervención de la provincia de Buenos Aires. Las principales figuras del kirchnerismo duro apoyaron al gobernador.
Kicillof disimuló el enfrentamiento peronista. Su foco en Milei fue casi total. Dijo en el acto que el Presidente propondrá una “campaña roñosa” este año.
Los militantes lo recibieron con cánticos contra los “sucios periodistas” de LA NACION y Clarín. De fondo, en una coincidencia con los últimos actos de Cristina, musicalizaba el acto del gobernador una canción de Lali Espósito.