La Policía Federal y la Prefectura Naval lo hicieron de vuelta: reprimieron la manifestación de jubilados frente al Congreso. Con la aplicación del protocolo antipiquetes ideado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, sacaron a los golpes a quienes se manifestaban sobre avenida Rivadavia porque no llegan a fin de mes. En el operativo represivo se detuvieron a dos personas y quedaron tres heridos.
“Es una movilización pacifica y la respuesta del Gobierno de Javier Milei que viene de rifársela es esta. ¡Es una vergüenza!”, dijo a C5N una trabajadora de la salud que acompañaba la protesta.
Antes de las 18 hs, las fuerzas de seguridad empezaron a tirar gases lacrimógenos. Luego, formaron cordones para empujar a los manifestantes y obligarlos a subirse a las veredas. La movilización de la tarde del miércoles fue más masiva que la de otras semanas debido a que se plegaron a la protesta los trabajadores despedidos de los hospitales Bonaparte y Garrahan.
Como consecuencia de la represión, una mujer, de nombre Nancy, terminó con perdida de conocimiento y desmayo, por lo que debió ser asistida por otros jubilados y médicos que acompañaban la manifestación. Incluso se registraron episodios de violencia contra la prensa que cubría la movilización.
Menú represivo
La Policía Federal y la Prefectura Naval lo hicieron de vuelta: reprimieron la manifestación de jubilados frente al Congreso. Con la aplicación del protocolo antipiquetes ideado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, sacaron a los golpes a quienes se manifestaban sobre avenida Rivadavia porque no llegan a fin de mes. En el operativo represivo se detuvieron a dos personas y quedaron tres heridos.
“Es una movilización pacifica y la respuesta del Gobierno de Javier Milei que viene de rifársela es esta. ¡Es una vergüenza!”, dijo a C5N una trabajadora de la salud que acompañaba la protesta.
Antes de las 18 hs, las fuerzas de seguridad empezaron a tirar gases lacrimógenos. Luego, formaron cordones para empujar a los manifestantes y obligarlos a subirse a las veredas. La movilización de la tarde del miércoles fue más masiva que la de otras semanas debido a que se plegaron a la protesta los trabajadores despedidos de los hospitales Bonaparte y Garrahan.
Como consecuencia de la represión, una mujer, de nombre Nancy, terminó con perdida de conocimiento y desmayo, por lo que debió ser asistida por otros jubilados y médicos que acompañaban la manifestación. Incluso se registraron episodios de violencia contra la prensa que cubría la movilización.
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