El arzobispado de Mendoza invitó a participar de la marcha antifascista

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La ofensiva del gobierno Milei contra las diversidades y las mujeres resultó tan repulsiva y alevosa que la Iglesia Católica invitó a participar a la gigantesca movilización que se prevé para este sábado.

La institución sacó un comunicado a favor de la marcha a través de la Pastoral de la Diversidad Sexual de la Arquidiócesis de Mendoza. En la provincia cuyana habrá dos marchas: una en la ciudad capital y otra en San Rafael.

El documento afirma que “no podemos ni debemos permanecer indiferentes”, que ve con buenos ojos “las diferencias de opinión o posicionamientos pero sin discriminar a los vulnerables y marginados”.

Según el arzobispado mendocino “expresamos nuestra profunda preocupación ante discursos que consideran al antirracismo, al feminismo y a la lucha por los derechos de la comunidad LGBTIQ+ como un ‘cáncer que hay que extirpar’ en nombre de la ‘libertad’ o del ‘sentido común’. Estas expresiones, que promueven la discriminación y la violencia contra minorías, nos parecen alarmantes y contrarias a los valores del Evangelio”.

Más adelante señala que “el Papa Francisco nos invita a construir una Iglesia que sea ‘Casa de Todos’ y ‘Hospital de campaña’, un espacio donde todas las personas, en particular las que sufren y son excluidas, encuentren acogida y amor. Siguiendo este llamado, reiteramos nuestro compromiso con la inclusión, la dignidad y los derechos de todos y todas”.

Ante la movilización organizada para este 1º de febrero, “hacemos un llamado a la reflexión y al diálogo fraterno y democrático, indispensable para el bienestar de nuestra sociedad” y resaltan que “adherimos a la marcha”, que será “en defensa de la libertad y la dignidad de los grupos y personas que luchan por un mundo más justo e igualitario”.

La palabra del arzobispo

El arzobispo Marcelo Colombo puntualizó que se trata de “una invitación a la tolerancia, al construir a pesar de las diferencias, o sobre todo aprovechando de las diferencias, poder sumar consensos para una vida social digna donde se tengan en cuenta las personas”.

En declaraciones a Mendoza Online, el prelado subrayó que “una preocupación que deja el texto son las desmesuras de algunas afirmaciones que se están dando en todo el mundo, pero que aparecen fundamentalmente en algunos discursos locales preocupándonos porque hay logros de la humanidad que se dieron a partir del consenso”. Y que esto “significa acompañar la discapacidad de las personas, acompañar las situaciones de pobreza extrema, la fragilidad de tantos que no tienen desde dónde comenzar, el desconocimiento de que somos un país nacido de la migración y que entonces para nosotros la migración forma parte de un ADN nacional”.

Para Colombo “hay una escalada conceptual y nos toca adelantarnos como país diciendo lo que pensamos. Esto es lo que somos, esto es lo que queremos y en ese caso no ser ingenuos, decir las cosas a tiempo para evitar después llorar sobre situaciones que nos parecen que son de una gran injusticia”.

En otro pasaje, reivindicó la justicia social, “tan vapuleada en algunos discursos cuando sabemos que es una respuesta de toda la sociedad frente a la fragilidad de sus miembros y no es una monstruosidad o una aberración como se dice”, en alusión a Milei.

“Como parte de la sociedad a la Iglesia le toca también siempre ofrecer estos espacios de servicio como Caritas, la Pastoral de la Casa y la Pastoral de la Diversidad sin la pretensión de ser la única voz en un tema, pero sobre todo no queriendo soslayar su rol y su misión”, cerró.