Al sur de la costa: el balneario que surgió de una gran estancia y regala atardeceres sobre la playa

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El Faro de Claromecó está frente a la playa.

A Claromecó se llega por la RP 73, que está asfaltada y se convierte en la avenida principal de la localidad. Con mucho más aspecto de ciudad balnearia que Necochea (que es bastante más portuaria) y mucho más chica que Mar del Plata, Claromecó tiene playas anchas, un faro y un río (Claromecó) que la separa de Dunamar, la zona más residencial. Caminar por la playa, desde el arroyo hasta el faro, puede ser un paseo de media hora. Y una buena idea es volver por arriba, donde desde 2019 hay una costanera con bancos y faroles. También hay carteles que indican que a la playa no se puede bajar con perro, excepto en algunas zonas delimitadas. Y están los paradores, que son cuatro, todos de madera.

En verano las playas reúnen mucha gente.Posta del Faro es un gran lugar para comer muy bien, en un espacio agradable.

A la altura de la calle 32, una casita llama la atención. Sonia Chamus, a cargo de la Oficina de Turismo, comenta que antes de que fueran pueblo, algunos intrépidos se hacían sus casas de madera frente al mar. Con los años removieron la mayoría, otras se incendiaron, y quedó esta, que sigue siendo particular. También hay un reloj en la plaza Ascensión. Réplica del de 1941, reunía a las señoras que esperaban la llegada de sus maridos pescadores.

Réplica de un reloj antiguo, que reunía a las esposas de pescadores.

Rica en historia, Claromecó tiene un Museo Regional, el “Aníbal Paz”, que nació en 1987, está hecho a pulmón y es privado. Hugo Cortés y Mariano Reguero integran la comisión y reciben visitantes entre restos de boleadoras, fotos en blanco y negro y ropa de época. “Lo que hoy es Claromecó, a fines del siglo XIX, era parte de la estancia de los Bellocq. En verano, los campesinos de la zona y gente de Tres Arroyos les pedían permiso para pasar y llegar a la playa. La cosa se intensificó en 1901, tras el arribo de Antonio Fernández Molina, un andaluz que se maravilló con el lugar y puso un hotel, con autorización de la familia”, señala Hugo Cortés, que conoce bien la historia porque el hotelero era abuelo de su madrina.

El Museo Regional El kite surf es una de las actividades que se pueden practicar en Claromecó.

Cuenta que, en 1918, ya con la firme intención de levantar un pueblo sobre la playa, los Bellocq contrataron al ingeniero Arsenio Bergallo para la mensura. Lo fundaron el 9 de noviembre de 1920 y le pusieron Claromecó, que significa “tres aguadas con junquillos”, en lengua indígena. Cuando se asfaltó la ruta, 50 años más tarde, el balneario explotó. Desde entonces, todos los veranos recibe gente de Tres Arroyos, Bahía Blanca, Olavarría, Azul y Tandil, principalmente, además de Capital Federal. La movida se concentra entre las calles 26 y 28, y entre la 7 y la 15. Dunamar, mucho más tranquilo, surgió en la década del 40 por iniciativa de Ernesto Gesell, de ascendencia alemana y hermano de Carlos, que había forestado Villa Gesell.

Las playas de Claromecó son anchas y muy lindas.

En relación a Christian Madsen, apodado “el loco”, y un personaje famoso de la zona, Hugo Cortés pregunta: “¿Vos querés la verdadera historia o el mito?”. Estamos interesados en ambas. Entonces repasamos el mito que dice que en los años 20 se tiró de un barco cuando lo llevaban preso a la cárcel del Fin del Mundo, en Ushuaia, y nadó hasta Claromecó. ¿La posta? “Llegó en la década del 30, con un grupo de peones golondrina, para participar de la cosecha. Por disposición del gobernador Crotto, podían viajar gratis en tren. Entonces conoció a un danés que ya estaba radicado acá, lo tomó como cocinero y lo dejó quedarse cuando terminó la temporada. Madsen se hizo una casita de chapa junto a una laguna del campo del danés y durante años les dijo a los hijos que había llegado a la Argentina después de tirarse al mar desde un barco ballenero y nadar hasta la orilla en el sur de Bahía Blanca. Es decir que la cuestión del nado a la orilla estuvo siempre”, relata Hugo sobre este hombre legendario que fue guardavidas y que murió en un asilo de ancianos en Tres Arroyos, en 1965.

Atarcecer en las playas de Claromecó.

Para almorzar sobre la playa, un muy buen lugar es Posta del Faro, de Agustín Gómez Ferrari y su mujer, Cata. En el parador, de madera, amplio y muy bien puesto, se luce con el mero que le traen en lancha los pescadores de la zona, pero sólo en temporada, de octubre a noviembre. Tiene muy buenos mariscos. Porque, hay que aclarar, al igual que en Necochea, en Claromecó, los mariscos son congelados, y la mayor parte de la pesca no es artesanal. “Si no peino canas a mi edad (apenas pasados los 40), es por mi estilo de vida. Todas las mañanas llevo a mi hijo al colegio y me doy una vuelta a ver cómo está el mar. Eso me nutre. Soy pescador de laguna desde chiquito. Te imaginás lo que significa para mí tener tanto mar enfrente”, resume Agustín, que pesca a pulso desde la costa y por deporte. “Al viento del sur lo paramos de pecho”, dice. “En invierno acá hay sólo dos grados más que en Malvinas”, agrega.

Datos útiles

Hotel Buena Vista. Abrió hace cuatro temporadas de la mano de Bárbara Ahumada y Natalia Vallejo, que son amigas, además de socias. Es un complejo frente al mar que tiene 11 habitaciones cómodas –dobles, triples y una cuádruple–, desayunador que también es bar y muy buen espacio para niños. Desde $110.000 la doble con desayuno. Av. 26 y calle 3. T: (2983) 40-7740. IG: @buenavista.claromeco

Las habitaciones del Hotel Buenavista son muy cómodas.Gran opción para alojarse: Hotel Buenavista.

Posta del Faro. Parador gratamente ambientado con afiches y antigüedades, frente al mar. Capacidad hasta 120 personas. Agustín Gómez Ferrari es su genial dueño y cocinero. Sirve mariscos, pescados y carnes, con opciones sin tacc. Hay rincón de venta de Casa.mi, las cosas de decoración de Catalina Urbieta, la esposa de Agustín. Todos los días, de 9 de la mañana a 2 de la tarde. Av. Costanera y calle 19. T: (2983) 55-9032. IG: @postadelfaro

La Cocinería. De Henky Zwaal y Leo Bulla, es una propuesta superadora en la zona. En temporada, abre todos los días a partir de las 20:30 horas. San Martín y Corrientes, Claromecó. T: (011) 5888-0068. IG: @lacocineria_dunamar

La Gallina Turuleca. Céntrico, es un restaurante con muy buenas pastas y minutas. Las porciones son abundantes. Todos los días, mediodía y noche. Av. 26 n°555. T: (2983) 56-9928. IG: @lagallinaturulecaclaromeco

Oficina de Turismo Claromecó. Con eficacia coordinan actividades culturales, asesoran sobre prestadores y paseos, como salidas en kayak desde Puerto Mosquito. Todos los días, de 8 a 20 horas. Calle 9 y 30. T: (2983) 45-8082. IG: @turismoclaromeco.oficial

Museo Regional “Aníbal Paz”. De 1987, es privado y se sostiene por el esfuerzo de una comisión muy comprometida. Todos los días, de 20 a 22 hs. Calle 28 n° 365. T: (2983) 45-8082. IG: @turismoclaromeco.oficial