Claudia Rucci renunció este jueves a la dirección del Observatorio de Derechos Humanos del Senado y Victoria Villarruel aprovechó su salida para enviar un mensaje de concordia a la Casa Rosada. Si bien desde su entorno aseguraron a LPO que la relación entre ambas era “muy buena”, indicaron que la Vicepresidenta “está reordenando su equipo para estar más sincronizada con el Poder Ejecutivo”.
Esos movimientos se producen después del aislamiento al que Javier Milei, su hermana Karina y el asesor Santiago Caputo sometieron a la Vicepresidenta durante meses. Aunque en la Cámara Alta lo negaron, Rucci era la funcionaria de confianza que se había animado a dos incursiones territoriales el año pasado hasta que Villarruel le pidió que dejara de hacerlo.
Fuentes del Congreso, de hecho, comentaron a LPO que el esposo de Rucci, Gustavo Salischiker, había intentado asumir la tarea de construir un armado político pero fue desalentado por la jefa de su pareja. “Victoria no arma nada, vio que todo es una mugre”, dijo un diputado que la trata con frecuencia.
Sin embargo, reveló que la Vicepresidenta mantuvo cuatro encuentros con Mauricio Macri, se reunía con empresarios y era observada por el círculo rojo como garantía de una sobriedad que a Milei no le reconocían. El problema es que el mensaje tras la partida de Rucci roza la sobreactuación de una subordinación que Balcarce 50 ni siquiera tiene en consideración: “el vínculo está roto y no hay vuelta atrás”, dicen.
Como sea, Rucci representaba una suerte de emblema de Villarruel en su prédica contra los atentados de las agrupaciones guerrilleras en la década del 70′. Hija del legendario líder de la CGT, José Ignacio Rucci, la mujer estuvo sentada en primera fila cuando la Vicepresidenta hizo un acto en el Salón Azul para conmemorar a las víctimas de las organizaciones armadas.
La ex directora del Observatorio de DDHH de la cámara también estuvo al lado de la vice cuando encabezó la ceremonia de descubrimiento del busto de Isabel Perón en el Salón de las Provincias.
Al cierre de esta nota, Villarruel no había hecho referencia a la partida de Rucci públicamente. La ex funcionaria se despidió por Twitter: “Hoy presenté la renuncia, por motivos personales, al cargo de Directora General del Observatorio de DDHH del Senado de la Nación. Mi agradecimiento a todos con los que compartimos el esfuerzo en pos de que los Derechos Humanos sean de todos y para todos. Muchas gracias”, tipeó.
Desde el despacho de la vice se limitaron a explicar que “la renuncia es estrictamente personal y se venía conversando. La relación entre ella y Victoria es muy buena”. “De todos modos, Victoria está reordenando el equipo del Senado para estar más sincronizada con el Poder Ejecutivo Nacional”, reconocieron.
Un dirigente territorial libertario deslizó ante LPO que Rucci había sido “responsable de los errores de Victoria”, en referencia al busto de Isabel y tuits desafortunados, una carga que compartía con el joven Juan Martín Donato, director de Atención Ciudadana y líder de los villarruelines. “Victoria se tiene que rearmar y dejarse ayudar”, soltó.
Esa última frase tal vez exprese una declinación circunstancial de las aspiraciones políticas de Villarruel, algo que desataba la ira de Milei y su núcleo más cercano.
En los pasillos del Congreso tampoco descartan que la salida de Rucci esté vinculada a la negociación por el reparto de cargos y autoridades en el Senado, una pelea que va desde la presidencia provisional hasta las secretarías y direcciones.
La Vicepresidenta había empezado a blindarse contra el sitio de los hermanos Milei y Caputo en el Senado, designando funcionarios de su confianza en puestos clave.