María Eugenia Talerico: “Paul Starc no tiene los conocimientos suficientes para estar al frente de la UIF”

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María Eugenia Talerico atravesó semanas complejas, pero no acusa el golpe. Dice que está dispuesta a dar batalla y alzar la voz para alertar sobre un supuesto pacto de impunidad del gobierno de Javier Milei con Cristina Kirchner. Discípula política de Ricardo López Murphy y exvicetitular de la Unidad de Información Financiera (UIF) durante la gestión de Mauricio Macri, Talerico se convirtió en los últimos días en el principal blanco de los ataques del aparato comunicacional de la Casa Rosada.

Ella está convencida de que Santiago Caputo, el influyente asesor de Milei cuyos tentáculos llegan a las grandes estructuras de poder del Estado, lanzó una ofensiva para desgastar su figura por su rechazo al pliego de Ariel Lijo y, sobre todo, su decisión de construir una alternativa electoral al kirchnerismo y los libertarios en la provincia de Buenos Aires. Talerico, quien fiscalizó para LLA en el balotaje 2023 y estuvo a punto de asumir como titular de Migraciones, presume que la designación de su exmarido, Paul Starc como nuevo titular de la UIF, fue una jugada pergeñada por Caputo para doblegarla. “Starc no tiene los conocimientos suficientes para ese rol”, aseguró en una entrevista con LA NACION.

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-¿Por qué Milei sostiene la postulación de Ariel Lijo, pese a las críticas y objeciones?

-Al comienzo pensé que era un tema del entorno de Milei. En materia judicial lo rodeaban Alfredo Lijo, Santiago Viola -que es el apoderado de LLA y fue el abogado de Lázaro Báez- y Guillermo Scarcella. Después, el ministro de Justicia confirmó que había sido [Ricardo] Lorenzetti quien lo sugirió como candidato. Lo raro es que nadie haya puesto bolilla negra para un juez tan cuestionado por sus resultados, las denuncias en el Consejo de la Magistratura y la cantidad de cuestionamientos que tuvo de las ONG.

-¿Qué motivó al Presidente a inclinarse por Lijo?

-Para mí es inexplicable que el nombre de Lijo llegue a la Corte propuesto por un gobierno que vino a combatir a la “casta” y que prometió luchar contra la corrupción. Milei habló de la “bancarrota moral” de la Argentina como una de las cuestiones estructurales que hay que subsanar. Y Lijo significa una gran contradicción frente a esa construcción. Hay versiones de que Lijo le da tranquilidad al kirchnerismo, a los corruptos del país y que lo instalan para tratar de ser uno de los resortes de impunidad de Cristina Kirchner.

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¿Sugiere que Milei pactó impunidad con el kirchnerismo a cambio de gobernabilidad? ¿O el Gobierno solo hace gestos al peronismo porque necesita los votos para aprobar los pliegos en el Senado?

-Estoy convencida de que hay un pacto de impunidad con Cristina Kirchner y, probablemente, involucre la gobernabilidad. Hay un silencio elocuente y ensordecedor ahora en la Argentina, a pesar del desarme del Estado o los despidos.

-¿Lo dice por el peronismo?

-Sí, claro. Además, el Ministro de Justicia es toda una señal de tranquilidad para un arco de investigados por corrupción, lavado de dinero y demás. No es un dato menor quién es Mariano Cuneo. O el procurador del Tesoro Rodolfo Barra [acaba de ser desplazado], que ha firmado un dictamen diciendo que Cristina Kirchner no cometió delitos. Se le ha ido dando tranquilidad a Cristina en distintas cuestiones.

-¿Quién vetó su ingreso a Migraciones en diciembre de 2023?

-El veto vino de la Casa Rosada. Guillermo Francos me había propuesto el cargo. Pero días antes de visitar a la directora de Migraciones de ese momento me llamó para decirme que el veto de la Casa Rosada no se podía sortear. Entonces supe que era imposible que yo formara parte de eso.

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-¿A qué vincula ese veto: a su agenda de trasparencia o al perfil anticorrupción?

-Parece que en LLA no todos los que abrazan las ideas de la libertad son bienvenidos. Yo soy una discípula política de Ricardo López Murphy, con lo cual no hay duda de dónde vengo o mi perfil anticorrupción. Yo había denunciado al kirchnerismo y a [Sergio[ Massa por el famoso “plan platita”. No podemos desconocer que también el massismo jugó acuerdos con el Gobierno. Para ese paladar, Talerico es absolutamente impasable. Vemos que Santiago Caputo opera para llevarle paz a Cristina Kirchner, junto con [Sebastián] Amerio, el viceministro de Justicia. Ellos pusieron sobre la mesa de negociación a los 150 jueces federales.

-¿Por qué cree que Caputo puso la mira en la UIF?

-La UIF empezó a avanzar en temas de corrupción cuando se posicionaron en los casos de [Martín] Insaurralde o en un tema de Hotesur para revertir un sobreseimiento respecto de Cristina. También están en la causa de los cuadernos, donde tres jueces quisieron sacar a Ángelo Calcaterra [primo del expresidente Mauricio Macri]. La UIF había dado pasos certeros y cuando se fue Manuel Tessio ponen a un amigo de Santiago Caputo. Y empiezan a presionar al presidente de la UIF, Ignacio Yacobucci, una persona ejemplar, a la que ensuciaron para sacarlo porque se resistía a que el organismo estuviera al servicio de la política.

-¿Fue un gesto para contentar al kirchnerismo?

-No solo está la articulación de todo esto, sino los diálogos que hay con Juan Manuel Olmos en la Auditoría General de la Nación. Además, salieron al unísono Santiago Caputo, Rodolfo Tailhade, y el ministro de Justicia bonaerense, Martín Mena, a atacarme porque estoy señalando todas estas cuestiones. Para desarticular a la UIF se organizaron para atacarme. Todo esto es tranquilidad e impunidad para Cristina Kirchner e, insisto, más allá de los pliegos para la Corte o la ampliación, el rol clave es el procurador general de la Nación. Y espero que no se vengan con un nombre que tenga tanta mácula o tanta sombra como el de Lijo, porque ese cargo es estratégico para el kirchnerismo. Es la próxima movida, de la cual estoy muy pendiente para ver hacia dónde van. ¿Hay un pacto de impunidad? Yo creo que sí.

-¿A qué vincula que desde el Gobierno la hayan atacado, incluso, antes de que se produjeran estos cambios en la UIF?

-¿Por qué me atacan? Yo avisé que voy a presentarme en la provincia de Buenos Aires con una alternativa al oficialismo nacional. No lo voy a hacer para enfrentar a las ideas de la libertad, al achicamiento del Estado o las políticas de desburocratización, sino porque en materia institucional o de transparencia como pilares fundamentales para el desarrollo me van a encontrar a mí gritando por lo que está pasando, que es una porquería.

¿El nombramiento de Paul Starc, su exmarido, como nuevo titular de la UIF responde a un encono personal o una provocación?

-Yo anuncié que iba a ser candidata y empezaron los ataques con mucha más virulencia. Es muy llamativo lo que está pasando con las cuentas de redes sociales de Santiago Caputo, además en consonancia con el kirchnerismo para atacarme. Decidí dar este salto político, con lo cual todo lo que quieran atacarme alza mi voz sobre las cosas que estoy alertando. El efecto que buscan es querer callarme, incluso con la nominación de mi exmarido a la UIF, lo que veo como parte de una trampa o algo risueño y me genera mucha inquietud porque estamos hablando de instituciones sensibles de la Argentina.

-Usted dice que el Gobierno quiere hacer un uso político de la UIF y desmantelarla. ¿Considera que Starc cometió un error al aceptar? ¿Habló con él tras el anuncio?

-Yo no sabía que él había tenido este ofrecimiento, ni que lo iba a aceptar. El gran tema es que el Gobierno anunció una semana antes [de comunicar que Starc asumiría en la UIF] que se iba a reír de María Eugenia Talerico, y él acepta un cargo en ese contexto. Además, sabiendo que yo estoy denunciando lo que está pasando con las instituciones. Me separé hace 11 años de él, pero tenemos dos hijas. Entonces, yo no hubiera aceptado el cargo en estas condiciones.

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-¿Cuál es su evaluación de la carrera profesional de Starc?

El sistema de prevención de lavado de activos está bajo seguimiento intensificado por parte del GAFI. Uno de los señalamientos que hace este organismo internacional es la interferencia política en la conducción de la UIF, lo que nos puede llevar a la lista gris, si esto se ordena mal o si la unidad va a funcionar de acuerdo a los intereses del Gobierno.

-¿Starc tiene las aptitudes necesarias para ocupar ese lugar en la UIF?

Paul Starc puede tener experiencia como fiscal federal en algunas investigaciones complejas de lavado de activos, pero la UIF tiene como prioridades facultades preventivas de regulación y de sumarios que le hace al sector de sujetos obligados. O sea, la parte preventiva de la UIF es regulación, prevención y sanción. Que yo sepa, él no tiene los conocimientos suficientes para ese rol. Tampoco los tiene el vicepresidente [Santiago González Rodríguez], a quien pusieron para intervenir la UIF a través de Santiago Caputo.

-¿Por qué denunció a González Rodríguez?

-Hice una denuncia porque no es un cargo cualquiera. Hay que tener especificaciones técnicas y experiencia determinada para asumir como autoridad de la UIF, porque tanto quien te designa como quien acepta puede estar cometiendo un delito. Es una denuncia seria porque falta aptitud del segundo. Vos podés tener un presidente y un vicepresidente que se complementen en sus aptitudes: un experto en materia penal o de investigaciones financieras paralelas para detectar si hay lavado de dinero en determinados asuntos y un experto en materia de regulación y prevención. Esa no es la dupla que hay hoy en la UIF.

-¿Cuáles son los efectos concretos de que el Gobierno haya decidido que se retiren de la querella de las causas de corrupción?

-La UIF es una unidad híbrida, que tiene todas las facultades de regulación, de supervisión, de sumario y de persecución penal; se le dio en la época de Cristina Kirchner la posibilidad de querellar. Cuando nosotros asumimos en la UIF dictamos un protocolo para autolimitar esa facultad, se trata de un escrito que decía en qué casos podíamos querellar y en qué casos no; y en qué casos se podía desistir. Si le sacan las facultades por decreto, la UIF va a dejar de querellar en todos los asuntos.

-En el Gobierno argumentan que el macrismo usó la UIF como una herramienta de persecución política para desgastar al kirchnerismo. ¿Hubo excesos?

-Sí, el Gobierno, Tailhade y Martín Mena dijeron eso. La UIF actuó de acuerdo a sus facultades y al protocolo que teníamos. La herramienta de la querella fue direccionada y posicionada mayormente a los asuntos de narcotráfico y de corrupción a gran escala, que son las grandes amenazas de lavado de activos. Entre 2003 y 2015 nos gobernó una cleptocracia, una asociación ilícita que se organizó piramidalmente para tomar el Estado, robar y extraer fondos públicos. Los posicionamientos de la UIF arrojaron resultados muy importantes en casos como Cuadernos, Vialidad y la ruta del dinero K. Incluso, la UIF colaboró en el caso de Panamá Papers, que involucraba al presidente Macri. Como el resultado de la información era negativo, la UIF después no tuvo participación.

-¿Ve un entramado de corrupción de bandas mafiosas en el Estado que sobrevivieron al kirchnerismo y al macrismo y ahora perduran con Milei?

En general, Macri puso al frente de organismos clave a personas muy aptas, honradas e idóneas. No hay ninguna duda de que en todos los gobiernos pudo haber corrupción, pero nunca había existido la toma del Estado que vimos con el kirchnerismo.

¿Hoy ve corrupción en el gobierno de Milei?

-Hoy se vuelve a reorganizar el Estado sin importar si eran corruptos o no. La DGI está a cargo de Andrés Vázquez, quien tiene importantes señalamientos de corrupción. Se está organizando un poder que no es virtuoso y que va a volver a generar condiciones de negocios corruptos en lo más alto del poder.

-¿Por qué cree que una posible alianza electoral entre Pro y LLA sería un “enchastre”?

-Pareciera que la corrupción es un tema subestimado y no es un valor para subestimar al poder. Cuando fui a hablar con muchísimos senadores respecto de Lijo para mostrar por qué no podía ser juez de la Corte -hay muchos problemas de corrupción en su entorno por su hermano [Alfredo], me miraban como diciendo “vamos viendo”, “si le transfieren fondos a tal gobernador”, “si finalmente logramos destrabar”. Es decir, en los acuerdos del “toma y daca” no incluyen en la valoración para excluir si la persona tiene problemas de corrupción. La Argentina necesita prevenir la corrupción para estabilizarse y devolver la confianza a la gente de que no todos son impunes, para eso necesitá organizarse a partir de personas que no tengan ruidos. Entonces, cuando hay denuncias serias, por ejemplo, en el caso de Vázquez o los señalamientos que se están haciendo a Ritondo…

-¿Por qué cree que la Justicia “llegó tarde” en el caso de Ritondo?

-No, todavía no llegó la Justicia. Imagino que habrá una investigación en trámite. Ahora, con la sospecha de que los políticos son todos iguales y corruptos, si uno tiene la transparencia necesaria tiene que sentarse a aclarar a la gente lo que pasó, porque la Justicia se vive embarrando o frenando, y está llena de operaciones y obstáculos.

-Milei defendió a Ritondo, pese a que aún no hubo una explicación.

-El Presidente lo defiende diciendo que es una operación. Ojo con lo que pasa en las redes sociales con la información, la tergiversación de hechos, de datos. Si es una “operación”, siéntense a dar explicaciones, muestren si es verdad o si es mentira lo que se está diciendo porque necesitamos personas limpias.

-¿La ficha limpia es un buen proyecto de ley?

-La ficha limpia tiene razón de ser porque la Justicia es tan lenta que tenemos dentro del Congreso personas que tienen condenas o señalamientos penales muy importantes, como ocurrió con Edgardo Kueider. Desde mi punto de vista, cuando hay una primera condena, quédate afuera, porque tenemos un problema sistémico y estructural de corrupción que afecta el desarrollo, a las políticas públicas y es una de las principales causas de empobrecimiento del país. Entonces, andá a aclarar a la Justicia penal y volvé. Tenemos la necesidad de que los funcionarios que están limpios, si hay operaciones, si hay señalamientos falsos, vayan a poner la cara.

-¿Hay una defección del interés de la sociedad en la agenda institucional o de anticorrupción?

-La plata en la Argentina alcanza, el problema es todo lo que se roban en el camino. Nosotros denunciamos lo de “Chocolate” Rigau. Por ejemplo, la Legislatura bonaerense tiene un presupuesto de $60.000 millones, hay municipios que tienen recursos por $5000 millones y no tienen sábanas en los hospitales. Las estructuras del Estado que se hicieron para robar son muchas y es mucha plata que no llega a los hospitales o al sistema educativo.

¿Cuáles son los silencios que le llaman la atención respecto de lo que usted denuncia sobre la gestión de Milei? ¿Bullrich o Macri?

-No, Bullrich y Macri están hace muchos años en la política y debieron guardar mucho silencio por los lugares que ocupan o ocuparon. Ahora, si yo hubiera estado en el Gobierno, como directora de Migraciones, y me nominaban a Lijo, o lo bajaban o pegaba un portazo. Acá nadie se va. Hoy Patricia Bullrich critica lo que no pudo hacer durante el gobierno de Macri, pero no se fue. Los silencios son de muchos de los que quieren estar acomodándose en lugar de hacer lo que tienen que hacer.

-¿Percibe miedo a que Milei los fustigue en un tuit?

-Bueno, el aparato comunicacional del Gobierno te pone en un pelotón de fusilamiento y no todo el mundo está preparado para soportar esos costos. No hay miedo, sino especulación política. Quieren acomodarse con el poder de turno.

-¿Además de López Murphy, junto a quién piensa competir en Buenos Aires? ¿Es parte del armado nacional de Francisco Paoltroni? ¿Pretenden incluir a Victoria Villarruel?

-La gente de Javier Iguacel va a acompañar. Hay un referente de Tandil, Ricardo Store, que ya es uno de los referentes identificados para ir armando una parte de la provincia. Félix Lonigro, Diego Armesto y Álvaro de la Madrid, entre otros. Varios partidos afines que están sin candidatos vinieron a proponerme que encabece una propuesta política. Le dejé muy claro a Paoltroni que no iba a participar de un armado para Villarruel en la provincia, pero que estaba dispuesta a ser parte de un seleccionado nacional. Entonces, Paoltroni me dijo “sos mi delegada de la provincia para el seleccionado nacional”.

-¿La división de la oposición es funcional al gobierno de Axel Kicillof en Buenos Aires?

-La política grande va a tratar de eliminar alternativas. Vamos a estar en el bloque del Congreso en contra del kirchnerismo; queremos jugar un rol importante de apoyo al Gobierno para las transformaciones profundas con mucha más nitidez de lo que va a tener la lista de LLA. Hay que tener una propuesta alternativa porque va a venir un reciclaje en las listas de LLA que no es el más virtuoso.

-Sugiere que va a defender en el Congreso el rumbo económico. ¿Se desilusionó con el proyecto político de Milei?

-Yo iba a entrar al gobierno sin saber que después iban a venir Daniel Scioli, ni lo que iba a pasar con Santiago Caputo. No los conocía y creo que tuve un Dios aparte para finalmente no haber estado ahí. Este gobierno es disruptivo y tiene ideas que entusiasman. Se destaca el rol de Patricia Bullrich y de Sandra Pettovello en la desarticulación de las extorsiones de los gerentes de la pobreza. Ahora, la Argentina sin normas de transparencia, ni personas honestas, sin luchar contra la corrupción y con Lijo como candidato a la Corte, puede verse muy complicada en breve.

-¿Le llama la atención que Caputo haya acumulado tanto poder?

-No deben seguir construyendo con aliados que son corruptos y que, además, organizan los entramados del poder para perseguir a los ciudadanos que son críticos. Santiago Caputo actúa a escondidas detrás de los trolls en redes sociales. No tiene cargo, por lo cual no rinde cuentas sobre lo que está haciendo en el Gobierno; no sabemos qué intereses contrapuestos tiene. Esa opacidad puede terminar complicando a la Argentina porque no vamos a poder generar la confianza necesaria, las reglas de la ley y del Estado de Derecho no van a ser iguales para todos.

¿El Gobierno usa la “batalla cultural” para desviar la atención de la opinión pública sobre asuntos estratégicos?

-Ahora estamos hablando de los femicidios. Marcan agenda todo el tiempo con polémicas que nos enardecen a todos y logran distraer. Es lo mismo que hacia el kirchnerismo.