Putin aumenta el poder de los paramilitares rusos para expandirse en África

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Rusia avanza silenciosamente en África. Mientras Donald Trump se enfoca en la disputa con China y busca reforzar su poder sobre el Canal de Panamá y Groenlandia, el gigante euroasiático deposita sus esfuerzos en el contienen africano.

Esto no es nuevo. En 2023, África se convirtió en un nuevo frente de conflicto entre Rusia y Europa cuando 27 de julio se produjo un golpe de estado en Níger donde las Fuerzas Armadas alentadas por Vladimir Putin destituyeron y detuvieron al presidente Mohamed Bazoum, elegido democráticamente y en el poder desde 2021.

La noticia fue un duro golpe contra la Unión Europea y sobre todo para Francia, dado que se trata de una de sus ex colonias con quien el país galo sigue teniendo relación de subordinación. Con el golpe, Níger anunció el fin de la colaboración militar con Francia y la ruptura de relaciones diplomáticas y obligó a Macron a evacuar más de 500 franceses.

Desde entonces, eso no se ha detenido y Moscú financia grupos paramilitares que operan precisamente como fuerzas de ocupación.

Un reciente informe confidencial que recorre las oficinas de diplomáticos latinoamericanos afirma que la creciente popularidad de las juntas militares de Mali, Níger y Burkina Faso, y su modelo de cooperación con la Federación Rusa, sirve como puerta de entrada en un creciente número de naciones que buscan en los rusos nuevas alianzas que salgan de los socios convencionales.

Los países del Sahel  pero también Sudán, República Centroafricana, Guinea Ecuatorial y Libia son de una creciente importancia estratégica para consolidar la presencia rusa en el continente africano.

 

En este esquema, asegura este documento, hay que destacar las diferencias entre el Grupo Wagner y el Africa Corps. El Grupo Wagner todavía se mantiene como una empresa militar privada con vínculos estrechos al Kremlin, mientras que Africa Corps puede definirse como una fuerza perteneciente al ejército ruso y que se encuentra directamente subordinada a la autoridad del Estado.

Un reciente informe confidencial que recorre las oficinas de diplomáticos latinoamericanos afirma que la creciente popularidad de las juntas militares de Mali, Níger y Burkina Faso, y su modelo de cooperación con la Federación Rusa, sirve como puerta de entrada en un creciente número de naciones que buscan en los rusos nuevas alianzas que salgan de los socios convencionales.

“El primero sigue una estructura empresarial; el segundo mantiene una estructura militar jerárquica. Además, el carácter privado de Wagner facilita las operaciones encubiertas y la nebulosa que rodea sus acciones, donde el carácter oficial de Africa Corps vuelve su presencia más transparente, si es que esta afirmación puede ser válida”, plantea el informe.

Wagner ha permitido en los últimos años una primera aproximación de Rusia a los países africanos una vez consolidada abre la puerta a Africa Corps en países como Mali. Aquí, el Grupo Wagner lleva operando desde 2021, mientras que no fue hasta finales de diciembre de 2024 que se hizo oficial la presencia operativa del Africa Corps, ahora bajo el nombre Wagner Legion Istra.

Wagner Legion Istra forma parte de Africa Corps y no está asociada al Grupo Wagner. Esta dinámica donde Africa Corps penetra después de Wagner también ha podido observarse en Libia que se ha convertido en protectorado ruso luego del asesinado de Gadafi en 2011.

Grupo Wagner.

Wagner opera en el país desde 2018, mientras que relativamente poco tiempo atrás le llegó el turno al Africa Corps, que coordina la construcción de una base aérea rusa al sur del país, próxima a las fronteras con Chad y Sudán y a la región aurífera de Kuri-Bugudi (Chad).

Otro factor importante para la estrategia rusa en África la caída de Bashar al-Assad en Siria, un duro el golpe para los intereses geopolíticos rusos. Vladimir Putin se involucró directamente en la guerra iniciada en 2011 y logró en 2015 hacer retroceder a las fuerzas rebeldes apoyadas por las potencias occidentales.

Wagner Legion Istra forma parte de Africa Corps y no está asociada al Grupo Wagner. Esta dinámica donde Africa Corps penetra después de Wagner también ha podido observarse en Libia que se ha convertido en protectorado ruso luego del asesinado de Gadafi en 2011.

Rusia allí tiene la base aérea de Hmeimim, cerca de la ciudad de Latakia, y la base naval de Tartus, clave para toda la inteligencia militar sobre el Mediterráneo. Esto, sumado a la situación generada por la guerra civil en Sudán  ha provocado que Libia sea un punto de apoyo fundamental para la expansión de la influencia rusa en África.

El informe remarca que “el sitio EekadFacts reveló un aumento significativo entre 2023 y 2024 de vuelos rusos en Tobruk, Al-Khadim, Ghardabiya, Al-Jufra y Brak Al-Shati, mientras que fuentes del ejército sudanés han confirmado que el Grupo Wagner ha provisto a las Fuerzas de Apoyo Rápido (uno de los dos bandos enfrentados en la guerra civil sudanesa) de drones, sistemas de defensa aérea y armamento variado transportado desde Libia y República Centroafricana”.

También se ha dado el caso del desembarco directo del Africa Corps, como ocurrió en en Guinea Ecuatorial, donde a finales del año pasado llegaron cien militares rusos, con el objetivo de entrenar a las fuerzas de seguridad ecuatoguineanas.

Además de las importantes reservas de petróleo, la posición estratégica de Guinea Ecuatorial en el golfo de Guinea es un punto clave en el comercio marítimo africano, también de fuerte interés para el Kremlin.

En Guinea Bissau la aproximación se inició luego de la II Cumbre Rusia- África en 2023. En la ocasión, el Presidente Embaló firmó un acuerdo que permitirá entrenar a tropas bisauguineanas en la Universidad Rusa de las Fuerzas Especiales en Chechenia. Por fechas similares, Vladimir Putin también firmó un acuerdo de cooperación militar con Santo Tomé y Príncipe.

Ibrahim Traore, líder de Burkina Faso.

En Sudán, Rusia apoya al ejército regular, pero existen pruebas de vínculos también con las Fuerzas de Apoyo Rápido. Esta dualidad hizo que el gobierno sudanés rechazara el pedido de Moscú para construir una base naval militar a las orillas del mar Rojo.

“El prestigio de la presencia rusa en Mali fue mancillado por la masacre de Tinzawaten, donde casi un centenar de operativos Wagner y sus acompañantes del ejército maliense fueron masacrados por los separatistas de Azawad, y luego fueron rematados en su retirada por terroristas del JNIM, la filial de Al Qaeda en la región”, detalla el documento.

También, fuerzas irregulares rusas están activas en Mauritania, donde mercenarios de Wagner y militares malienses atacaron la localidad mauritana de Lagzaf y capturaron a quince presuntos terroristas escapados de Mali.

Finalmente, la República Centroafricana es el único país africano con una presencia exclusiva del Grupo Wagner, sin constancia aún de la llegada del Africa Corps. La relación entre Rusia y los centroafricanos es tan estrecha fue la inauguración a finales de 2024 de una estatua conmemorativa de Yevgueni Prigozhin, ex jefe del Grupo Wagner muerto de manera confusa en un accidente de helicóptero.

“El secretismo con el que Rusia maneja sus intereses en Africa genera la suspicacia de que cada mercenario blanco que aparece en el continente es ruso, aún cuando son muchas las agencias privadas de seguridad -y las nacionalidades- activas en la región. Esta confusión juega a favor de Moscú y le permite ganar influencia en el continente, a veces sin necesidad de invertir un rublo para ello”, concluye el análisis.

El avance de Rusia en Africa es un golpe directo al viejo poder colonial francés y un contrapeso que le permite a Putin no perder protagonismo en el escenario global.