Victoria Villarruel, Bartolomé Abdala y Ezequiel Atauche siguieron reunidos este miércoles, cuando concluyó la visita de Guillermo Francos a los legisladores aliados. En esa reunión se analizó el cambio de clima en la Casa Rosada, donde en principio enfriaron la posibilidad que Luis Juez reemplace al puntano en la presidencia provisional del Senado. “Acordaron que todo tiene que quedar como está”, afirmó a LPO un senador al tanto de las conversaciones.
La frase remite no solo al puesto de Abdala en la línea de sucesión presidencial, por debajo de la Vicepresidenta, sino también a las secretarías Parlamentaria y Administrativa, prosecretarías y direcciones. Ese reparto de cargos fue el saldo de la mayoría de 39 senadores, compuesta por el PRO, la UCR, los libertarios y los provinciales, que despojaron en diciembre de 2023 al kirchnerismo en las comisiones.
“El gobierno entendió que no le conviene arriesgarse a una negociación en la que podría ser devorado por el peronismo, que en el tramo final de la de la discusión podría quedarse con la presidencia provisional y meter así uno propio en la línea de sucesión”, agregó el senador.
“Mantener los cargos a los que están contra el peronismo es lo único que podría servirles para sostener el esquema de reparto de poder que se configuró con los 39 de diciembre de 2023”, precisó.
Durante el encuentro con el jefe de Gabinete, ese riesgo fue expuesto con claridad por el radical Pablo Blanco, sentado a la mesa en reemplazo de Eduardo Vischi, el jefe de bloque de la UCR ausente por razones familiares. “Blanco explicó que estaba toda la mesa de conducción de la casa en riesgo si abrían la discusión sobre la presidencia provisional”, resumió otro senador al tanto de lo conversado.
En Balcarce 50 sobran indicios para mostrarse precavidos. El formoseño José Mayans mandó a decir esta semana que no se sentaría en su banca durante las sesiones extraordinarias, lo que complica los planes del gobierno para aprobar los pliegos de los candidatos a la Corte Suprema, Ariel Lijo y Manuel García Mansilla: “Si no viene a sentarse Mayans, no vienen los 33 y no hay dos tercios”, dijeron en un despacho afín al oficialismo.
LPO había revelado el golpe que se preparaba contra Villarruel y Abdala. La maniobra incluía la participación de gobernadores peronistas y aliados, además de legisladores sin techo, para barrer al puntano de la conducción de la Cámara y colocar a uno que les responda.
La Casa Rosada, enfrentada sin cuartel con Villarruel, también atendía a la jugada bajo la suposición de que el legislador puntano respondía a la Vicepresidenta.
Sin embargo, un diputado libertario aclaró que “Abdala no es de Villarruel, pero se lleva bien”. “Antes le convenía decir que era de ella, aunque ahora no tanto”, apuntó.
Los tres candidatos a relevarlo en ese puesto eran el jefe de bloque de La Libertad Avanza, Ezequiel Atauche, el cordobés Luis Juez y el salteño Juan Carlos Romero. Atauche es un hombre de Karina Milei pero desde su entorno negaron sistemáticamente que aspirase a esa silla, mientras que Juez, como informó LPO, negociaba su pase al oficialismo a cambio del lugar de Abdala. Romero, por su parte, no mostraba mayor interés, pese a que sus colegas lo consideraban el más apto, por cercanía con Milei y trayectoria política.
Si bien falta un mes para la sesión preparatoria en la que deberán ratificarse o no las autoridades del Senado, el acuerdo entre Villarruel y Atauche para respaldar a Abdala podría funcionar como un llamado a los aliados, hartos de la interna entre Milei y la Vicepresidenta.
De hecho, Villarruel recibió luego a los macristas Alfredo De Angeli y Enrique Martín Goerling Lara, para comunicarles la postura libertaria. Los dos senadores del PRO pulsean para quedarse con la jefatura del bloque, después que Juez la dejara vacante, y serían los encargados de garantizar los seis votos de su bancada.
A la voluntad de los siete libertarios, contando a Francisco Paoltroni, y los macristas, habría que sumar a los 12 radicales, los dos misioneros, los dos santacruceños, y los provinciales de Romero, Camau Espínola y Alejandra Vigo. Sin Kueider y Víctor Zimmerman, en uso de licencia por marcharse al gabinete de Leandro Zdero en Chaco, el gobierno podría conseguir 37 manos, siempre que prevalezca la unidad contra el kirchnerismo antes que el malestar contra Villarruel y la Casa Rosada.