Maren, de La Voz Kids a presentar su segundo álbum tras arruinarse: “Si no compartes tu vida en redes y te va bien en la música te ha tocado la lotería”

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Imagen de la artista musical Maren, quien visita Madrid para presentar su último álbum, 'Qué lástima'

Maren, que viene del latín marinus y significa “del mar”, es un nombre que de primeras puede resultar algo extraño, aunque es bastante común dentro del País Vasco. Un nombre originariamente masculino pero que han adoptado muchas jóvenes desde hace años. Maren (Bilbao, 2002) es una de ellas, pero ha hecho de ese mar mucho más que su nombre, ya que ha construido toda una identidad en torno a él como artista musical. Y como el mar, constante en su fuerza y cambiante en su marea, llega este viernes a Madrid para iniciar la gira de su segundo disco con apenas 22 años, Qué lástima, después de pasar un 2024 lleno de baches en el que incluso se llegó a arruinar. Pero el 2025 acaba de comenzar y este mar no tiene nada de lo que lamentarse.

“Ahora estoy mucho mejor, por muy mal que vayan las cosas es raro que no esté pensando en lo bueno, siempre digo que soy muy optimista, como el disco de Dua Lipa (Radical Optimism)”, bromea al inicio de su entrevista por videollamada con Infobae España, días antes de aterrizar en Madrid para inaugurar en la Sala Vesta su gira. Nacida entre en el corazón de Euskadi pero criada entre Gallarta y Gernika, a extremos opuestos de Vizcaya, Maren vive ahora entre dos aguas; las de su Gallarta natal, donde tiene su familia y amigos, y Barcelona, donde tiene su pareja –Víctor Rossy, miembro de la banda Malmö 040- y su proyecto musical, aunque este lo lleve desarrollando desde que era una niña desde su mismo cuarto.

“He sido siempre una mezcla de esas dos cosas (Gallarta y Gernika) y y de la nada, literalmente, sin tener a nadie involucrado en la música en mi familia, he ido poco a poco construyendo esto desde que empecé a hacer conciertos en la tienda de mi madre en el puerto de Bermeo. Grabé mi primer mi primer EP con 14 años y poco a poco tocando donde me dejaban, pues fui haciendo carrera pico, pala, pico, pala”, relata la cantante, quien asegura que a pesar de su precocidad, la pasión no se despertó en su infancia. “De hecho, de pequeña quería ser futbolista, portera del Athletic Club de Bilbao y luego bombera. Más adelante, creo que para 6º de primaria, fue cuando descubrí que me gustaba cantar”, desvela.

Maren lanzó ese primer EP, Alguien Sin Vergüenza, en 2018, pero lo cierto es que su carrera musical ya había despegado mucho antes en televisión, cuando se presentó a La Voz Kids cona apenas 13 años y acabó siendo elegida por el mismísimo Antonio Orozco. “Ya había empezado a ir a clases de canto y mi profe me dijo que me presentase al casting. Lo recuerdo como una experiencia muy marciana porque yo no era la típica niña de la tele, pero me lo pasé genial. Fue un gran primer paso en mi carrera y luego Antonio (Orozco) me sacó a cantar un par de veces en conciertos muy importantes, lo cual fue alucinante y me dio esa primera experiencia en las grandes ligas”.

Los 60 y el valor de la ironía

En 2020, cuando la mayoría de grupos veían frenados sus proyectos debido a la pandemia, Maren activó más que nunca el suyo, primero con la publicación de una de sus canciones más famosas y posteriormente el lanzamiento de su primer álbum, Margaritas y lavanda, con el que hizo cambio de registro y encontró su personalidad musical a través de un elemento: la ironía. “Todo pasó en la pandemia, que fue un momento estupendo para escribir canciones. Escribí primero Te invito a mi piscina (Para matarte) y me lo pasé tan bien al cambiar… yo venía de hacer cosas más serias, que no se parecían tanto a lo que hago ahora. Y de repente, entre broma y broma salió eso y me pareció tan divertido y me reí tanto que dije venga otra”, explica la vizcaína, y de ahí salió La estación espacial de Teruel, otro de sus hits.

“Noto esa transición desde el 2020, de intentar hacer un proyecto súper serio porque tenía 16 años y claro, sientes que tienes que pegarte en un mundo de mayores y demostrar todo el rato que te mereces estar ahí. Y de repente me di cuenta de que mi parte personal era más la de la ironía la de quitarle hierro a las cosas”. Tres años después de aquello, la artista ha dado continuidad a esa esencia irónica con su nuevo álbum, Qué Lástima (Altafonte, 24), en la que además recupera también la esencia del pop más sesentero, de españolas como Concha Velasco o Marisol a las Ye-yé de Francia. “A mí me encanta esa música, siempre que viene mi familia a casa me encargo hacemos karaoke de temas de los 60. Entonces para mí sí que ha sido una influencia. Escuché a Juniore, que son francesas, y decían que hacían Dark Ye-yé, me pareció un concepto súper guay. La figura de las Ye-yé me encanta, tenían mucho carácter, no eran unas muñecas que usaran a su antojo para la época y además hacían canciones muy pegadizas”.

Es fácil rastrear ese sonido y esas letras pegadizas en algunos temas de este nuevo álbum como Tú puedes ver o Desde el otro lado, pero no son las únicas claves de cierta edad en este álbum. El disco está dedicado y se debe en gran medida a la bisabuela, quien solía repetir esa frase de Qué lástima. “Creo que mi forma de pensar la tengo heredada de ella, que era una persona con una ironía estupenda que vacilaba a todo el mundo dentro de una seriedad muy característica de ella, que siempre acababa en una sonrisa. He vivido toda la vida con ella, creo que es parte de que mis canciones sean así”, aclara Maren.

Remontadas históricas y nuevas formas de comunicar

“Qué lástima”, es una frase que Maren ha escuchado mucho durante el 2024, especialmente desde que rompió lazos con su anterior agencia de representación y tuvo que pagar alto el precio de seguir su propio camino cuando parecía que iba a lanzar su disco y arrancar su gira. “El año pasado rescindí el contrato que tenía con mi oficina de management por desacuerdos internos entre entre las dos partes. Y para romper ese contrato pagué muchísimo dinero. Lo digo tal cual: me arruiné y no creo que pueda decir que está todo solucionado ahora mismo. Aquí tenemos todavía para para recuperar y bajar, pero sí que fue un golpe durísimo y por eso tuve que cancelar la gira, no podía hacer frente a los gastos. Desde fuera solo se ven los conciertos, pero también es una empresa y al final tirar de una empresa cuando todo va en contra es muy complicado”.

Pero todo aquello se lo llevó la corriente y con el 2025 empieza un año de cambios y nuevas ilusiones, o remontadas. “Ya tengo una agencia nueva y estamos trabajando todos, dando lo mejor que tenemos. Ha sido un bache enorme pero me mantengo súper optimista. Creo que la frase que más veces he dicho en este tiempo ha sido esto es remontada histórica, cada vez que salía algo bien”, cuenta Maren, quien también menciona su canal de TikTok y redes sociales en general como otro vehículo para apoyarse y sobre el que inmortalizar también estas remontadas históricas, en una época en la que se cuestiona si un artista ha de ser también influencer y difundir su imagen y obra.

Yo creo que comunicar poco y ser misterioso es un privilegio. Vivimos en un mundo musical que si no compartes tu vida en redes y te va bien en la música es que te ha tocado la lotería, pero a los demás no. Tenemos una implicación en redes que es fundamental para nuestro desarrollo como músicos. Llegará el día en que no le haga falta eso, pero creo que es un error demonizarlo”, desarrolla Maren, quien desde hace unos meses utiliza todos estos canales no solo para dar a conocer su vida y los detalles de su gira, sino también para promocionar su música y descubrirla a un nuevo público como están haciendo otros tantos grupos y artistas emergentes. “Empecé a hacer blogs porque me gustaba tener los recuerdos y además creo que la gente conecta contigo de otra manera porque ven que detrás de esas canciones y conciertos hay una chica igual que también va a clase y tiene una vida normal”.

Esa chica de Debería ser normal o Fotosíntesis tendrá la oportunidad de reencontrarse con su público y presentar sus nuevas canciones en la Sala Vesta de Madrid este viernes 22, dando comienzo a una gira que seguirá por Donostia y que terminará en sus dos casas, Barcelona primero y Bilbao después: “Va a haber novedades, no todos serán iguales, por las canciones y por muchas cosas. Empezamos una etapa nueva con muchas ganas de pasárnoslo bien. Yo escribí el disco pensando en el directo, en que fuese divertido”, promete Maren, quien buscará demostrar sobre los escenarios que su año de baches no ha sido en vano y que, haciendo honor a su nombre, vuelve con más fuerza que nunca.