La ola de calor en la Argentina provocó que, en el afán de resguardarse, se utilicen distintos métodos para atravesar esta situación sofocante. Desde el aire acondicionado, el ventilador y otros tantos artefactos que sirven para apaciguar las altas temperaturas, las personas toman sus recaudos y buscan no exponerse ante los rayos del sol.
Lejos del país, en Japón, un invento revolucionario dejó pasmado a muchas personas por su versatilidad. Se trata de un colchón especial, de baja condensación, que se diferencia de los tradicionales más pesados y robustos.
Su nombre es shikibuton y está ideado, a fines prácticos, para dormir de manera más plácida y cálida, sin recibir el calor de los tradicionales colchones que se venden en comercios. Al ser más delgado y ligero, dos de las cualidades que más resaltan, la persona podrá reposar sobre una tela más fresca debido a su composición de fibra de bambú.
La fibra de bambú, compuesta por microporos que permiten absorber y ventilar la humedad, colabora de manera activa para evitar la acumulación de calor durante el sueño y, además, permite una buena ventilación, lo que ayuda a mantener el producto durante más años; caso contrario, los colchones tradicionales, consumen el sudor corporal por las noches y su composición comienza a deteriorarse con el tiempo.
Considerado un “colchón de suelo”, el mismo no tiene un soporte como los sommier y deberá apoyarse sobre una pequeña base sólida. Esto hace que se puede enrollar una vez utilizado y así poder guardarlo en cualquier lugar –preferentemente, aireado-, sin ocupar un espacio fijo en la pieza.
El método japonés, a su vez, incluye otras técnicas alternativas que mejoran aún más la experiencia y le brinda un confort insuperable a las personas, quienes le escapan a las altas temperaturas.
Para enfriar el cuerpo, y no sentir la pesadumbre por las noches, los japoneses usan toallas –o retazos de telas- que se colocan en puntos estratégicos del cuerpo para refrescarlo. El cuello, las muñecas, tobillos y la frente, son cuatro lugares ideales para bajar la temperatura corporal y así poder dormir de manera plácida.
Un complemento más de este colchón, y las toallas, son las sábanas de lino. Su capacidad de regular la temperatura y su suavidad y fineza, son dos de sus características que más sobresalen para ser elegidas en esta época del año donde el termómetro asciende a temperaturas de 40 grados y, por las noches, la condensación de aire caliente empieza a convertirse en una pesadilla.
De esta manera, el método japonés, con el colchón shikibuton a la cabeza, es una opción válida, cómoda y aconsejable para poder atenuar las consecuencias del verano. Sin tanta consideración en la Argentina, este lugar de descanso se puede conseguir en sitios como Amazon, a un precio de 180 dólares (187 mil pesos). Este importe establece una brecha importante con el resto de los competidores, quienes buscan la forma de competir en el mercado con distintas estrategias, como probar los colchones en siestarios o en el mismo local antes de ser comprado.
