Entrevista: Luis Juez deja la presidencia de Pro en el Senado y dice que quiere ser el candidato de Milei en Córdoba

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Luis Juez anticipa que dejará la presidencia del bloque Pro en la Cámara Alta, tras una etapa marcada por tensiones y diferencias con el expresidente Mauricio Macri. Mientras la relación con el jefe de su partido se erosiona, su cercanía con el Presidente se consolida. “Me encantaría ser el candidato a gobernador de Javier Milei en Córdoba”, asegura.

En una conversación telefónica con LA NACION, en la que se destaca su estilo directo, Juez despeja los rumores que lo ubican como interesado en ser el próximo presidente provisional del Senado, rol que actualmente ocupa el libertario Bartolomé Abdala. “Yo no soy un especulador”, dictamina.

El senador también deja en claro que no votará a favor de Ariel Lijo, el candidato presidencial para integrar la Corte Suprema. “No es un tema ideológico, sino de valores. Ese tipo de jueces no sirven”, afirma, al tiempo que subraya que esta definición no afecta su relación con Milei. “Con él puedo hablar con total franqueza. No me hizo ningún problema. Eso me da una tranquilidad increíble”, agrega.

Luis Juez y Mauricio Macri

–¿Cómo lee los últimos intercambios entre Mauricio Macri y Javier Millei, que parecieran conducir a un acuerdo electoral?

–Me parece que es el camino. Me parece que eso es lo que deberíamos emprender. Coincido un ciento por ciento de que el camino es juntos.

–¿Por qué?

–Porque si la idea es evitar que vuelvan a este país la dirigencia política que lo puso de rodillas, no hay opción si no es juntos. Por no entender la construcción de ese proceso, nuestro gobierno duró cuatro años. Es juntos, es trabajando, es con liderazgo, es con conducción, es con los que no están en la vereda de enfrente.

–¿Le genera alguna duda el alcance de este acuerdo?

–Yo suscribo con la expresión del Presidente: es juntos y en todos lados. Porque si yo quiero ir solo donde estoy bien y me alcanza y juntarme donde mi fuerza no tiene esa expresión, me parece un acto de egoísmo que pone a las claras que en algún lugar las cosas se van a complicar. O sea, es juntos y en todos lados o que cada uno atienda sus necesidades. Porque si no, más que una alianza parece un acto de oportunismo: donde me conviene te busco y donde no me conviene te ignoro.

–¿Por qué cree que está tardando tanto en concretarse ese posible acuerdo político?

–No, no te podría decir. No he participado. Pero yo las veces que he hablado con el Presidente, que han sido muchas, en privado o cruzando mensajes, siempre tuvo esa predisposición. Él siempre me planteó y lo encontré absolutamente predispuesto. Me dijo ‘mirá Luis, vamos a ir juntos. Yo sé que es difícil y que por ahí se complica, pero lo que de mí dependa como conductor de este proceso, voy a hacer lo imposible’.

Luis Juez habla de su vínculo de amistad con Javier Milei

–Por momentos pareciera que esa lógica no se replica en Karina Milei, la presidenta de La Libertad Avanza, ni en Santiago Caputo, el asesor presidencial.

–Es lógico y natural que el Presidente deposite, particularmente en su hermana, el armado de la conducción de su estructura territorial. Y cuando esa construcción depende de otros factores, esos factores también empiezan a incidir. Nosotros también tenemos que aprender y tener la autocrítica de reconocer que muchas veces fallamos al no plantearlo con claridad, con generosidad. Es un proceso complejo. El peronismo no tiene nuestro problema, se ordena a partir de la conducción, es mucho más pragmático.

–¿Cree que el electorado también está pidiendo esta unión?

–Creo que la gente no ha hecho semejante esfuerzo para que después algunos quieran especular o quieran sacar alguna ventaja de la escena política. Están muy de moda esas conductas miserables.

–¿A qué se refiere concretamente?

–Bueno, yo digo cómo veo el proceso. Hay que vivirlo con mucha naturalidad, con mucha prudencia, pero también entendiendo que no hay margen para especulaciones personales. Nuestro electorado decididamente acompaña la política del Presidente. No entender eso puede ser catastrófico.

Javier Milei

–¿Cómo es su vínculo con Milei?

–En estos últimos 40 años me ha tocado tener muy buena relación con casi todos los presidentes, pero es la primera vez que un Presidente me hace sentir su amigo. Y yo no estoy detrás de nada, lo mío no puede ser interpretado como una expresión obsecuente.

–¿Por qué lo hace sentir así?

–Es un tipo con el que puedo hablar de cualquier cosa, de la familia hasta un análisis político en profundidad, con el que puedo decir lo que pienso porque no se va a enojar por lo que diga. Como un amigo, que lo aceptas con toda su virtud y sus defectos. A mí Milei no me pidió nunca nada, no me pidió que votara de una manera o de otra, que dejara de decir una cosa u otra, que no me manifestara de una forma u otra. Sí me pasó con otros presidentes con los cuales he tenido una gran relación, pero que sin embargo se fastidiaban, se enojaban por cuestiones. Con Milei nos hablamos con una franqueza impresionante y no veo que él especule conmigo, ni anda esperando de mí algo que sabe que yo puedo no dar. Tampoco yo estoy con el cuchillo abajo del poncho.

–¿Cómo surgió este vínculo?

–No sé, el día de la proclamación del cómputo definitivo en la asamblea legislativa, cuando él todavía era diputado, y se dio a conocer con cuántos votos había ganado la presidencia, todo el mundo saludó. Yo estaba en la última fila en la Cámara de Diputados, lo voy a saludar, con mucha gente alrededor, y me menciona un hecho que había ocurrido en la campaña a gobernador de Córdoba, algo muy desagradable: una candidata a intendente de La Libertad Avanza se mofó de un videito que habíamos subido con mi familia donde mostramos que mi hija Milagros había votado por primera vez con 23 años y parálisis cerebral. Nosotros a pesar del dolor de la derrota estábamos muy felices porque habíamos logrado que después de 23 años Milagros votara y esta mujer se nos burló en las redes, una dirigente de LLA. Entonces Milei me habló con una humildad que me conmovió, ese día me dijo que no tenía nada que ver con eso. Yo le quise trasmitir que era un hecho menor y que no pensara en eso ese día, pero me repitió que no era un hecho menor y que tanto él como la hermana no avalaban ese tipo de actitudes. Fue un tipo que me abrió su corazón. Me tocó conocerlo a Carlos Menem, a Eduardo Duhalde, a Néstor Kirchner, a Macri, pero es la primera vez que un presidente me habla con semejante franqueza, con una sinceridad brutal.

Mauricio Macri junto al bloque de senadores de Pro

–¿Cómo está su vínculo con Macri?

Mi particular forma de ser a Mauricio muchas veces le ha caído antipática. Yo no soy un tipo que anda con vueltas, soy extremadamente sincero, pero la personalidad de Mauricio muchas veces te obliga a no ser extremadamente sincero si quieres tener una buena relación. Es de esos tipos que están con la guardia levantada siempre. Y yo no soy así, yo no especulo. En la última elección que disputé en Córdoba el candidato que ganó había sido el CEO de la empresa de su padre [Juan Schiaretti]. También me tocó en ese momento histórico esa desgracia. Digo, ¿cómo voy a hacer para que este tipo me banque a mí? Si del otro lado tiene un tipo que conoce hace 40 años y ha sido un empleado de la familia. Me mandaron de embajador para que yo no estuviera en Argentina armándole quilombos en la provincia. Pero bueno, en la última elección no tengo vergüenza de reconocer que tuvo un gesto: vino acá a Córdoba, a un lugar donde él se siente muy cómodo, que es la Bolsa de Comercio de Córdoba, y públicamente dijo que el proceso del peronismo en Córdoba se había agotado. Entendí que yo podía ser el candidato.

Estuve un montón de meses trabajando para que el bloque se pudiera juntar con el Presidente, pero me llamaron y me dijeron que no me podía juntar.

–En la última votación en el Senado el bloque Pro se dividió para votar la expulsión del senador Edgardo Kueider. ¿Qué pasó ahí?

–Me trajo mucho dolor de cabeza esa votación. A mí me molesta que me subestimen. Yo no quería ser presidente de la banca, de hecho no lo voy a ser en en el futuro inmediato.

–¿No vas a seguir como presidente del bloque Pro?

–No, no me interesa, no creo.

-¿Por qué?

–No creo que sirva, no me siento cómodo. No me gusta, lo digo con todo respeto, pero me siento desautorizado.

–¿Por Macri?

–Sí, no me gusta tal cosa, y esas cosas pasan, pero no hay ninguna autocrítica, entonces es muy complicado. Es un tema que seguramente lo hablaré con Mauricio, pero yo ya le hice saber que no tengo ningún interés en seguir. De hecho, lo planteé la semana antes de la sesión de expulsión de Kueider.

–¿Por qué se sintió desautorizado?

–He tomado decisiones pensando en el conjunto, yo no soy un tipo que especula. Estuve un montón de meses trabajando para que el bloque se pudiera juntar con el Presidente, y cuando el Presidente me dio el día y hora para juntarme, me llamaron y me dijeron que no me podía juntar.

La próxima vez que me junte con Mauricio voy a poner a disposición la conducción del bloque.

–¿Ese llamado lo hizo Macri?

–Sí, me llamó de España o Portugal. Después vino el tema de Kueider. Le dije: ‘No sé qué te están contando pero acá a Kueider lo vamos a expulsar porque es la primera vez en la historia de la política Argentina que entra un oficio de un juez federal al Senado pidiendo el desafuero para meterlo preso’. El creía que había que suspenderlo porque no está acá. Yo no quería convivir ni media hora más con ese tipo en el Senado. Me dolió muchísimo que de los cinco votos que votaron la suspensión, cuatro eran nuestros. Hay momentos en los que tenés que dejarle al tipo que está en la trinchera que tome la decisión que tenga que tomar. Es fácil decir ‘voten de tal manera’, pero en estos temas que tienen que ver con valores, uno se tiene que diferenciar. La gente nos estaba diciendo que somos todos iguales. Yo no soy igual que Kueider. Seguramente la próxima vez que me junte con Mauricio voy a poner a disposición la conducción del bloque.

–¿Pero va a seguir dentro del bloque?

–Sí, yo no soy un especulador. Unos tipos corrieron el rumor de que yo quería ser el nuevo presidente provisional del Senado, tercero en la línea de mando, eso no es así. Yo no pido nada y se lo dije al Presidente. Le dije: ‘Mirá Javier, dentro de tres años, si Dios me da salud y estoy en la consideración de los vecinos de mi provincia, voy a intentar ser gobernador y me encantaría ser tu gobernador’.

 Bartolomé Abdala junto a Luis Juez

–¿En representación de La Libertad Avanza?

–El candidato de Milei, no sé si de una coalición o de un espacio más amplio, no sé, pero de Milei. Me encantaría que Milei pueda decir con orgullo ‘mi candidato a gobernador en Córdoba es el senador Luis Juez’. La primera vez que hablamos, en marzo del año pasado comiendo en Olivos, yo le dije: ‘Cuando vos vayas por tu reelección el 10 de diciembre del 2027 yo voy a terminar mi mandato de Senador y voy a trabajar con un honor increíble para tu reelección’.

–¿Habla con Gabriel Bornoroni, el presidente de la Libertad Avanza en Córdoba?

–Lo conozco, tengo una buena relación, de cariño, de respeto, pero no hemos construido nunca nada juntos, no hemos caminado. Sé que es un hombre de confianza de Karina Milei porque me lo ha dicho ella.

–¿Qué vínculo tiene con Rodrigo de Loredo [presidente del bloque UCR en Diputados y dirigente político cordobés]?

Tengo una buena relación con Rodrigo, pero a la única persona que le tengo una paciencia infinita es a mi hija. Si llego con posibilidades voy a ser candidato a gobernador sin pedir permiso a nadie.

Me encantaría que Milei pueda decir con orgullo ‘Mi candidato a gobernador en Córdoba es el senador Luis Juez’.

–¿Podría votar a favor de los candidatos de Milei para integrar la Corte Suprema, Ariel Lijo y García-Mansilla?

–En marzo, durante la primera conversación que tuve con el Presidente, le pregunté por qué lo proponía a Lijo para la Corte. ‘¿Por qué no?’, me contestó. Le contesté que Lijo y su hermano tienen una pyme que se dedica a alquilar bidets a políticos con el culo sucio, que es el tiempista más grande que tiene la Justicia. Ese tipo de jueces no sirven. Yo vivo del derecho penal, que es mi profesión, y ese tipo de jueces los he combatido toda mi vida.

El juez federal Ariel Lijo, candidato a integrar la Corte Suprema

–¿El Presidente qué le respondió?

–No es un tipo que se enoje porque yo opine distinto. No me hizo ningún problema. Eso me da una tranquilidad increíble, porque otro me diría que lo vote porque es una orden. Pero esto es una cuestión de convicción, no es que tenga un problema con Lijo o problema ideológico con Lijo. Yo no hablo de ideología, tengo un problema de valores con Lijo. No me podría obligar a que yo haga algo que vaya en contra de los valores que yo profeso.

–¿Aciertos y errores del primer año de Milei?

–Cuando hablé con el Presidente, mi primera conversación, mi primera cena con él, me dijo que en diciembre íbamos a terminar con una inflación de dos dígitos y que el riesgo país iba a estar en menos de 600 puntos. Yo me acuerdo haberle dicho, ‘No Presidente, no diga eso, porque nos vamos a tener que poner un pasamontañas del hombre araña, no vamos a poder salir de calle, es imposible que suceda, no va a pasar eso’. Esta es la primera vez que tenemos un Presidente que realmente sabe de economía, no un Presidente que se rodea del tipo que aparentemente sabe de economía. Tiene un conocimiento increíble de hacia dónde va, cómo va, por dónde va, qué va a hacer, de qué manera. Maneja los tiempos. A mí no me preocupa lo disruptivo de Milei, porque yo he sido de igual manera en mi provincia, a mí me conocen por esa forma. Por supuesto, a mí me tocó existir políticamente en la época en que no estaba en las redes sociales, no soy el tipo que milita en las redes sociales. Pero a mí lo disruptivo de Milei jamás me hizo ruido, al contrario, me pareció auténtico.