El Gauchito Gil, una figura de fe popular que trasciende generaciones, continúa siendo símbolo de esperanza y milagros para quienes confían en él.
“Todos los 8 de enero pido por mi familia, por mis nietos y mis hijos. Que les vaya bien en los estudios y en el trabajo”, relató , Luis.
“Anoche a las 00 tiraron bombas, hubo baile y la gente se llega a agradecer los favores todos los días, no sólo los 8 de cada mes. Es milagroso”, comentó Luisa que también se acercó a vender cadenitas y otros accesorios.