viernes, enero 3, 2025
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Empieza el 2025 que marcará la primera prueba electoral del Gobierno de Javier Milei

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2025 va a ser un año clave para el país y para el proyecto libertario de Javier Milei. El Gobierno ya hizo en 2024 todo el ajuste que prometió. Y aunque dice que la motosierra va a seguir, la expectativa es que el año que empieza se puedan ver resultados económicos que a su vez consoliden el esquema político de Milei.

La idea del Gobierno es que, con el despegue de la economía, la gente esté contenta, ganar las elecciones, tener más poder en el Congreso, hacer más reformas, que la economía crezca aún más, Argentina se vuelva un “faro del mundo” y más países adopten el modelo libertario.

Pero nos estamos anticipando. Acá, cinco claves para leer lo que viene.

1. El resultado de las elecciones 2025

Empezamos por el final del cuento. El Gobierno tiene garantizado el éxito en el Congreso y la victoria nacional salvo que pase algo muy grave con la economía. Todo indica que 2025 va a ser mejor que lo que pasó.

No es magia, sino matemática pura. Va a ser la única fuerza política que va a llevar consolidada una propuesta nacional. Apenas con los votos propios que sacó en primera vuelta, tiene casi asegurado el primer puesto ante una oposición dividida.

El peronismo va a ir fragmentado en muchos distritos o con alianzas difusas. Los votos de todos los filoperonistas no se van a sumar necesariamente.

En lo que supo ser Juntos por el Cambio, la dispersión es aún mayor. Los gobernadores del PRO, UCR y aliados van a alambrar sus provincias (en muchos casos separando las elecciones). Es una situación de win-win. El Gobierno nacional no se mete con las elecciones provinciales, pero los gobernadores presentan opciones menos competitivas para las nacionales.

Más allá de cuántos votos sume cada uno, La Libertad Avanza va a mejorar necesariamente sus números en el Congreso. Con un resultado medio podría ganar unos 40 diputados (solo pone en juego 2) y un piso de 6 senadores; en ambos casos mejoraría fuerte su representación parlamentaria. Esto los dejaría en un piso de 80 diputados y 13 senadores propios, que pueden ser todavía más.

Pero ojo, no todo es color de rosas. En Diputados se renueva la elección 2021, que ganó Juntos por el Cambio. El Gobierno va a ganar legisladores propios, pero va a perder a muchos aliados. Va a tener que negociar menos con aliados incómodos, aunque estará lejos de tener superpoderes para aprobar lo que quiera.

En esto es clave las alianzas que pueda generar a futuro.

Salvo que ocurra algo grave en la economía, el Gobierno se encamina a ganar las elecciones de 2025 (Foto: archivo).

Salvo que ocurra algo grave en la economía, el Gobierno se encamina a ganar las elecciones de 2025 (Foto: archivo).

2. Alianzas electorales

Para el común de los mortales, faltan años para las elecciones. Para la política no falta nada. 15 de mayo es la fecha clave para cerrar alianzas, según el cronograma electoral vigente.

La Libertad Avanza tiene su propuesta electoral consolidada, más allá de los candidatos. Habrá que ver si otros espacios se suman. Las cabezas del espacio quieren mantener listas lo más puras posibles, que no traigan sorpresas a futuro a la hora de votar en el Congreso. Reniegan de alianzas con partidos, aunque no descartan agregar “dirigentes valiosos” de otros espacios.

El peronismo está en ebullición. Gobernadores van a tratar de alambrar lo más posible sus provincias. El kirchnerismo se va a cerrar sobre la provincia de Buenos Aires; intentará meter la cuchara en otros distritos y habrá que ver cuánto puede hacerlo. Fue el objetivo por el que Cristina decidió ser presidenta del PJ nacional. Todavía no está claro si el PJ tiene margen para explorar nuevos acuerdos electorales con fuerzas opositoras.

La situación más complicada la tienen los partidos aliados y los provinciales. ¿Qué va a pasar con la UCR en este contexto? ¿Hay lugar para un camino de centro? ¿Terminará absorbida por el kirchnerismo o por La Libertad Avanza? ¿Tiene margen para sobrevivir a este ciclo histórico?

La situación es similar para el PRO, que apenas parece retener entre 5 y 10 puntos de aquellos 41 que supo cosechar Macri en 2019.

También en dificultades aparece el peronismo no kirchnerista y la Coalición Cívica de Elisa Carrió, que por primera vez en casi 25 años no tiene un paraguas electoral desde el cual renovar en la Cámara de Diputados.

Todo ese esquema de alianzas se tiene que definir (salvo que cambien la ley electoral) el 15 de mayo. No hay tiempo.

3. ¿Una dos, tres o cuatro elecciones?

La gran duda es cuánto vamos a votar este 2025. Si no hay cambios en el sistema, a mitad de mayo hay que cerrar las alianzas. La última elección es a fin de octubre. Exactamente seis meses con el calendario electoral incendiado. Es posible que esto, además, paralice la gestión.

Sumado a que muchas provincias van a desdoblar las elecciones. Ningún gobernador quiere atar la suerte de su distrito a lo que pase a nivel nacional. Vale recordar que muy poca gente corta boleta. Y aunque este año cambia el sistema a boleta única, el comportamiento del electorado es impredecible. ¿Para qué correr riesgos?

La elección nacional va a ser un plebiscito de la gestión nacional. Si se desdoblan, la elección provincial plebiscita al gobierno provincial. La mayoría de los gobernadores tienen buena imagen. ¿Para qué rifarla?

Con elecciones desdobladas y PASO, buena parte la ciudadanía va a ir a votar hasta 4 veces según el distrito: 2 provinciales y 2 nacionales.

De los distritos grandes, ya decidieron desdoblar Santa Fe (el 13 de abril hace las PASO y elige convencionales constituyentes) y CABA. No se sabe todavía que va a hacer Axel Kicillof.

A todo esto, el Gobierno nacional quiere eliminar las PASO, o al menos suspenderlas por un año. La reciente decisión de Jorge Macri de mandar una ley a la Legislatura porteña para suspender las primarias locales, abre una puerta de negociación con La Libertad Avanza para hacer lo mismo a nivel nacional. Con los votos del PRO y otros aliados, sería posible avanzar en la suspensión.

Si no se derogan las PASO provinciales, en muchos distritos van a votar hasta 4 veces; si se suspenden, se irá dos veces a las urnas. El tema es que uno u otro escenario pueden tener efectos colaterales en los resultados de la elección y de la composición del Congreso y las legislaturas.

Jorge Macri anunció que Buenos Aires desdoblará las elecciones locales de las nacionales (Foto: archivo).

Jorge Macri anunció que Buenos Aires desdoblará las elecciones locales de las nacionales (Foto: archivo).

4. Congreso cerrado

En este escenario de calendario electoral caliente, es muy difícil que el Congreso vaya a funcionar demasiado en 2025.

Sin Presupuesto, ni ficha limpia, ni ninguna otra ley importante aprobada (por fuera de la Ley Bases que quedó muy atrás), el Gobierno se dispone a cerrar virtualmente el Parlamento. Recordamos que como se dijo en esta columna, 2024 fue el peor año parlamentario de la historia democrática argentina; el Ejecutivo ignoró al Congreso desde la asunción a espaldas del 10 de diciembre hasta el último día de 2024.

Si eso pasó en un año no electoral, más cerrado va a estar en año electoral. La oposición va a intentar avanzar convocando a sesiones especiales para intentar meterle alguna derrota al Gobierno.

Pero en un contexto en que los “dialoguistas” están peleando lugares en listas, difícilmente alguna de esas sesiones opositoras consiga quorum.

5. La economía

Los optimistas dicen que….

Vamos camino al éxito. Dólar planchado, inflación a la baja, crecimiento económico, boom de consumo de durables y semidurables… se va a achicar un poco el consumo masivo, pero no por crisis, sino porque la gente va a priorizar comprar productos que hasta hace un año eran inaccesibles.. Vuelven las cuotas.

Va a haber mucho movimiento y un boom de inversiones que va a hacer crecer el empleo de calidad. Una vez que la economía empiece a dar señales de recuperación, Milei va a bajar más impuestos que van a redundar en más inversión, más crecimiento etc. Bienestar para todos.

En ese escenario, es imposible que Milei PIERDA las elecciones.

Los pesimistas dicen que…

No hay guita en la calle, el crecimiento no se consolida. El dólar está retrasado y los precios, pisados artificialmente. Por eso la inflación baja. Pero no es sostenible.

El Gobierno está obligado a mantener el dólar barato para ganar, demostrar que controla la inflación y ganar las elecciones. Eso va a tensionar sobre las reservas y se puede generar una corrida contra el dólar. Además hay otras luces amarillas:

  • Un Trump lanzando batería de medidas proteccionistas, subiendo tasa de interés y fortaleciendo el dólar.
  • Brasil y otros competidores devaluando.
  • El precio de la soja en niveles bajísimos.
  • Todo esto va a complicar la reactivación económica y obligar al Gobierno a devaluar y/o profundizar el ajuste.
  • Esto es menos empleo, más inflación, más pobreza, etc.

Opinión personal. Los optimistas tienen más razones. La política va a primar sobre el resto de las cuestiones. Trump va ayudar a Milei (aunque sea a morigerar algún daño colateral de sus políticas). Y aunque creo que el modelo es equivocado en el largo plazo, va a ser efectivo en el corto.

La economía del corto plazo marca el pulso de las elecciones 2025 y de la gobernabilidad. El proyecto va a ganar oxígeno.

Después de las elecciones, veremos. Recordatorio: Macri ganó 2017 y se comía el mundo. Un mes después le tiraron “14 toneladas de piedras” y empezó el fin de su gobierno.

Toto Caputo, ministro de Economía. Los optimistas aseguran que el modelo será un

Toto Caputo, ministro de Economía. Los optimistas aseguran que el modelo será un “éxito” en 2025 (Foto: archivo).

6. La opinión pública

Existe una ficción que todos sostenemos: el Gobierno anda bien con la opinión pública. Lo dicen las encuestas. Las mismas encuestas decían que Scioli ganaba en primera vuelta en 2015, que Macri y Alberto estaban empatados, que Bullrich era presidenta segura, que Milei ganaba en primera vuelta y que el resultado entre Milei y Massa del balotaje estaba parejo.

¿Fallan las encuestas? No necesariamente. Estamos en una era líquida con ideas políticas muy volátiles.

Decía que es la buena imagen de Milei es “una ficción” porque no sabemos cómo está realmente el Gobierno ni cómo va a llegar a octubre de 2025.

Pero la idea de que Milei “anda bien” ordena todo lo demás: la oposición en el Congreso no jode, la CGT no hace paro, los movimientos sociales no mueven. El orden social se sostiene a partir de esa premisa verdadera hasta que se demuestre lo contrario.

Un último recordatorio: las encuestas dan un 51% de aprobación en promedio. Dos o tres puntos que cambien su mirada, destrozan la ecuación.