El diputado Maximiliano Ferraro divulgó este lunes el acta firmada por el escribano del gobierno y Victoria Villarruel, cuando la vicepresidenta fue notificada del viaje de Javier Milei a Italia, el mismo día de la sesión que terminó con la expulsión del senador Edgardo Kueider.
En ese documento público se confirma que el traspaso de mando ocurrió a las 19, como había dicho la vicepresidenta, es decir varias horas después de la sesión que expulsó al senador aliado de la Casa Rosada. Esto confirma la versión de la vicepresidenta y deja en ridículo la operación que agitó Santiago Caputo para intentar anular la sesión.
El diputado lilito apeló a su derecho al acceso a la información pública para solicitar la documentación donde constara jurídicamente a qué hora supo Villarruel que debía relevar al Presidente en el ejercicio de sus funciones. “Terminado el culebrón libertario”, posteó el legislador en X, y luego precisó que “la vicepresidenta de la Nación fue notificada, conforme al artículo 88º de la Constitución Nacional y al artículo 8º, inciso c, de la ley 21.890, por el Escribano General de Gobierno el día 12/12 a las 19:00 horas”.
Además de agregar a su tuit la versión facsimilar, sostuvo: “Acá está la prueba en respuesta al pedido de acceso a la información pública que realicé al día siguiente. Nótese la aclaración de puño y letra de la Señora Vicepresidenta VickyVillarruel. Por si quedaba alguna duda”.
La nota de Villarruel está al final del texto formal del escribano. “Tomo conocimiento del viaje del Sr. Presidente a las 19 hs del corriente día”, escribió. El vocero Manuel Adorni había afirmado en medio de la poleemica que Villarruel había sido notificada por mail a las 12 del cambio de mando y hasta sacó pecho afirmando que el Gobierno “no miente”.
La intervención de Ferraro se convirtió en un factor determinante para desmontar la jugada de la Casa Rosada, comandada por Santiago Caputo, para declarar nula la sesión que terminó con la destitución de Kueider. Como informó LPO, el asesor estrella de Milei era uno de los más interesados en salvar al senador entrerriano por su cercanía con él, a quien propuso para que presidiera la Bicameral de Inteligencia luego que se convirtiera en uno de los legisladores clave para que se aprobara la Ley Bases en la Cámara Alta.
El gobierno pretendió instalar tras la abrumadora mayoría de 60 senadores para echar a Kueider que la Vicepresidenta estaba en conocimiento de la partida de Milei y la responsabilizó por la acefalía que se produjo entre las 12 y las 19, cuando Villarruel recibió al escribano y firmó los papeles, alrededor de 40 minutos después que culminara la sesión.
La estrategia del Poder Ejecutivo fue revelar las conversaciones con una de las colaboradoras más estrechas de la vice, supuestamente notificada sobre la hora del viaje de Milei. El ejército de trolls libertarios se encargó de viralizar esa captura de pantalla y hasta el propio Milei, desde Italia, dijo que la sesión era “inválida” porque Villarruel no podía presidir el país y el Senado al mismo tiempo.
Con el paso de las horas, la Casa Rosada se anotició que si hubo por lo menos siete horas de acefalía la falta de cumplimiento de los deberes de funcionario público también afectaba a Milei que no se ocupó de hacer un traspaso de mando ordenado. Y entonces dejaron de agitar el tema.
además, que el asunto incluso saltó en el recinto, media hora después de iniciada la sesión, cuando a Villarruel le habría sonado el teléfono, hizo a una seña a Bartolomé Abdala para que se suba al estrado y conduzca el trámite parlamentario mientras ella atendía el llamado. “Claro, se tiene que ir porque el Presidente está viajando a Italia”, dijo en ese instante la peronista Juliana di Tullio, fuera de micrófono.Pero, la información obtenida por Ferraro da por tierra con el intento del gobierno por evitar la expulsión de Kueider y la consecuente asunción de la camporista Stefanía Cora. Se suma al rechazo de la justicia federal del planteo de la defensa de Kueider que intentó anular la sesión.Pero, la información obtenida por Ferraro da por tierra con el intento del gobierno por evitar la expulsión de Kueider y la consecuente asunción de la camporista Stefanía Cora. Se suma al rechazo de la justicia federal del planteo de la defensa de Kueider que intentó anular la sesión.