Desde Roma Según una investigación realizada por el instituto italiano Censis (Centro de Estudios sobre las Inversiones Sociales), el 57,4% de los italianos tiene miedo de los migrantes, en particular de su estilo de vida, y el 38,3% no está de acuerdo con las políticas que los ayudan. Las cifras son alarmantes, sobre todo viniendo de un país cuya población emigró en el siglo pasado por todo el mundo, incluida Argentina, y sus jóvenes lo están haciendo de nuevo ahora, en busca de un mundo mejor. Exactamente lo mismo que buscan los migrantes de África y Asia que llegan a Europa.
El Informe Censis 2024 reveló, luego de una larga investigación sobre este tema, la existencia de fracturas en la población que muestran una sociedad traumatizada y que está produciendo cambios que podrían ser conflictivos, según los investigadores. Esta crisis estaría centrada principalmente en los sectores medios de la sociedad, una clase media que sabe poco o nada del tema migraciones, lo que la hace más desorientada y vulnerable, según el informe.
Quien no conoce las reales causas de las migraciones actuales, el por qué y para qué los jóvenes quieren llegar a Europa arriesgando la propia vida, por ejemplo en el Mediterráneo; los sacrificios que están dispuestos a hacer para poder quedarse en lo que ellos consideran un mundo mejor y poder enviar dinero a sus familias; la “contribución” que dieron distintos países europeos a su miseria con las conquistas, con la explotaciones mineras, con las guerras que produjeron. Quien no conoce el hoy y el ayer de los países de origen de los migrantes, difícilmente puede aceptar que ahora vengan a su casa- Europa.
La desinformación y, peor todavía, la mala información, hoy llamada fake news, que se difunde a través de las redes sociales (Facebook, Instagram, X y muchos otros), pero también la televisión y la publicidad de los políticos, permite crear una realidad deformada o que no existe, pero que logra exacerbar en la gente ciertos sentimientos que algunos sectores políticos y económicos quieren explotar.
Pese a todo, hay sectores que abren sus puertas a los migrantes (agricultura, bares, distribución de comida para llevar, etc), sabiendo que Italia, un país donde ha bajado poderosamente el número de nacimientos y los jóvenes se van a otros países, los necesita.
La nueva ley que pretende controlar flujos migratorios
El nuevo decreto-ley sobre los flujos migratorios, aprobado por el Parlamento italiano el pasado 4 de diciembre, despertó no pocas críticas de la oposición y de los sectores sociales, especialmente las organizaciones de solidaridad que ayudan a los migrantes en el mar.
Si bien fue aprobado por la Cámara de Diputados y por el Senado, el decreto recibió un fuerte rechazo de parte del Consejo Superior de la Magistratura italiana que criticó y declaró no legal lo que algunos han llamado la “norma Musk”. El decreto-ley, en efecto, cambia de manos el procedimiento del tratamiento de los migrantes. Normalmente en manos de Tribunales especiales, el tratamiento de migrantes pasa ahora a la Corte de Apelación. Y esta decisión fue llamada la “norma Musk” en alusión a las críticas que el supermillonario y ahora parte del gobierno estadounidense de Donald Trump, hizo a la justicia de Roma cuando ésta decidió hacer volver a Italia a los migrantes que habían sido deportados al centro migrantes en Albania, creado por el gobierno derechista de la primera ministra Giorgia Meloni. Musk, que ha visitado numerosas veces a Meloni, comentó sobre esa decisión “Esos jueces se tienen que ir”.
El ministerio del Interior, por su parte, a través de su ministro Matteo Piantedosi que calificó la decisión de la justicia romana como “equivocada e injusta”, hizo una denuncia ante la Corte Suprema contra los jueces de Roma. Pero la decisión de esta Corte ha sido postergada para las próximas semanas. Algunos hipotizan que la Corte tal vez espera que la Corte de Justicia Europea tome una decisión al respecto.
El decreto prevé otra cosa inusual: el secreto sobre los contratos públicos con empresas que deban proporcionar medios materiales para controlar las fronteras y las actividades de socorro en el mar. Punto que desató no pocas críticas de la oposición.
Las reacciones de la oposición
El partido Alianza Verde e Izquierda declaró en una nota que los migrantes “son una verdadera obsesión” para el gobierno Meloni. La “narración propagandística de la derecha trata de convencer a los italianos que nuestro país es inseguro y bajo invasión. Pero no es así. Los números hablan de otra realidad. La retórica de la invasión que tanto gusta a la derecha, no tiene fundamento. En vez de ocuparse de proteger las fronteras contra los migrantes el gobierno debería ocuparse del éxodo de los miles de jóvenes italianos que se van del país en busca de oportunidades que Italia no les ofrece. Pero de esto la derecha no habla”.
Siempre sobre el tema migrantes, otros partidos pusieron el acento en el centro para migrantes construido por el gobierno Meloni en Albania. La líder del Partido Democrático, Elly Schlein, subrayó el desperdicio de dinero que ese proyecto significó para Italia. “Es absurdo que nos digan que no hay dinero para invertir en la salud púbica o para asumir nuevos médicos y enfermeras que tanto hacen falta, cuando el gobierno ha tirado 800 millones de euros para construir el centro en Albania para deportar a las personas que luego han tenido que devolver a Italia mientras se violaban todos sus derechos. En realidad no es que no hay dinero sino que este gobierno lo está malgastando en su ideología, no al servicio de los italianos”.
El fundador de Italia Viva y ex primer ministro, Matteo Renzi, acusa al gobierno de hacer una “campaña propagandística” sobre el tema migrantes mientras los exponentes del Movimiento Cinco Estrellas (M5S) destacan “el fracaso del modelo Albania” donde fueron llevados (y después volvieron a Italia por decisión judicial) 20 migrantes de los más de 8.000 desembarcados en noviembre en Italia.
Las organizaciones que ayudan a los migrantes sobre todo en el mar, en una nota conjunta que firmaron varias de ellas como Médicos sin Fronteras, Sos Humanity, Mediterranea Saving, Open Arms, Sea Watch, Sos Mediterranee, aseguraron que el decreto flujos tendrá un efecto de castigo sobre ellos “transformando en crímenes el socorro en el mar”. “El verdadero objetivo no es la gestión de los socorros en el mar sino limitar y obstaculizar la presencia de naves humanitarias y llegar a un plan definitivo de abandono del Mediterráneo”, dijo la nota.
La reacción conservadora
A las reacciones de la oposición se han agregado las de la gente miedosa, conservadora, alejada de los centros importantes. Entre ellos los alcaldes de numerosas pequeñas localidades en torno a las Autopista A4 del norte de Italia pero también de asesores de las regiones Veneto y Lombardia. En una nota dirigida al Parlamento pidieron que no se preste atención sólo a los migrantes que llegan por mar sino también a los que atraviesan los Balcanes y entran por el noreste de Italia. Muchos de ellos menores no acompañados, que tienen entre 15 y 17 años y que podrían significar un problema para la región, dijeron, porque a los menores no se aplican ciertas normas anti migrantes.
Otra noticia negativa fue que a pedido de la población local, la prefectura de Cuneo (norte de Italia, región de Piemonte) decidió suspender la construcción de un centro de recepción para migrantes que se había iniciado en la localidad Bandito di Bra. Y ante esa decisión la derechista Liga de Matteo Salvini, que tiene un considerable número de votantes en el norte del país, se vio muy orgullosa.
Contraejemplo
Al contrario de esas actitudes antimigrantes, Bolonia (ciudad progresista de la región Emilia Romagna) firmó un acuerdo con ACNUR (Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados) para ayudar a la integración de migrantes, refugiados y personas que piden asilo. Esto significa, entre otras cosas ayudarlos a sobrevivir, enseñarles el idioma y las normas vigentes en la sociedad y prepararlos para algunos trabajos a los que podrían acceder.
Cuántos migrantes han desembarcado en Italia
Forza Italia, socia de Meloni en el gobierno, por boca de Maurizio Gasparri aseguró que los desembarcos han disminuido un 60% desde que está el gobierno Meloni. Y Paolo Tosato de la derechista Liga de Matteo Salvini, dijo que ha habido un 15% más de repatriados, mientras Alberto Balboni del partido de Meloni, Fratelli d’Italia habló de 100.000 irregulares menos en dos años y atacó a las organizaciones de solidaridad que salvan a los migrantes en el mar “porque han transformado el salvataje en el mar en un trabajo muy bien retribuido”.
Ninguna de estas personas hizo referencia a los muertos en el Mediterráneo que en los últimos 10 años, según OIM (Organización Internacional para las Migraciones), superaron las 30.000 personas (1452 de enero a octubre del 2024), hombres, mujeres y niños, en buena parte porque el estado italiano no hizo mucho para ayudarlos.
Contradiciendo los datos difundidos por la derecha, Renzi comentó que durante su gobierno (2014-2016) entraron en Italia 153.000 migrantes. Mientras con Meloni, en 2023 entraron 158.000.
Por su parte ACNUR, en un comunicado del 3 de diciembre dijo que en noviembre desembarcaron en costas italianas más de 8.100 personas, el 42% más del mes precedente (5.722). Entre enero y noviembre las llegadas fueron aumentando de 2.258 personas en enero a las más de 8.100 en noviembre.
El informe habla también del lugar de donde parten los migrantes que atraviesan el Mediterráneo: Libia (el 76% de las llegadas), Túnez, Turquía y Argelia. Con Libia, Italia había firmado un acuerdo hace algunos años para que la Guardia Costera de ese país controlara los barcos con migrantes y los devolviera a Libia. Pero como han demostrado numerosas organizaciones de derechos humanos, los centros libios de retención de migrantes funcionan como verdaderas cárceles donde torturan, violan y extraen dinero a las familias de los detenidos.
Los dos principales países de donde vienen los migrantes ahora son Bangladés (13.000 en 2024) y Siria 12.000 con los efectos de la guerra. ACNUR concluyó su comunicado pidiendo una vez más a los gobiernos que potencien los recursos para cumplir con su deber en relación a los migrantes, en particular los mecanismos de búsqueda y auxilio en el mar. Pero también los llamó a fortalecer los “caminos seguros”, es decir, recorridos donde puedan tener acceso a los consulados y allí pedir ayuda, para que las personas que escapan de guerras y persecuciones puedan acceder más fácilmente a la protección internacional.
Mientras tanto los migrantes siguen llegando, aunque algunos han cambiado la ruta y prefieren entrar por el norte de Italia. En estos últimos días “Humanity 1” una nave de la ONG alemana Sos Humanity, salvó a 80 personas que viajaban en una barca de madera que ya se estaba inclinando en aguas tumultuosas. Y otras 45 salvó la nave Geo Barents de Médicos Sin Fronteras.