Falta una hora para el arranque y en el estudio 1, el más grande de Telefe, ya no cabe un alfiler. Mientras que los técnicos ultiman detalles de sonido e iluminación, el equipo de producción -fácilmente identificable con remeras negras que llevan la silueta de la diva estampada en la espalda junto a la leyenda “Susana 2024″- reparte pulseritas luminosas y botellas de agua a una tribuna que parece ya no tener más lugar. Es que, este último programa de Susana Giménez tendrá una invitada muy especial. “El destino se encargó de Tinista pintarme”, dice un cartel que -además de letras de colores- tiene luces que prenden y apagan cual arbolito de Navidad. “Tini, te amamos”, expresa otra cartulina mientras que otra fan le pide un saludo por su cumpleaños.
Delante de la multitudinaria grada llena de fanáticos y seguidores de Tini Stoessel, los invitados VIP se van acomodando en una platea improvisada con sillas. Mientras que la anfitriona tiene su propia hinchada, en la que se encuentra su hija Mercedes Sarrabayrouse y su fanática más fiel, Lorna Gemetto, Tini tiene mayoría: sus padres Alejandro Stoessel y Mariana Muzlera, sus amigas más íntimas y algunas amigas de su madre se ubican entre periodistas, auspiciantes del programa e invitados de las autoridades del canal.
Faltan apenas 10 minutos para el aire y hay tres sillas que siguen vacías con el cartel de “reservado”. “Son para Wanda y las hijas”, repiten las productoras una y otra vez a todo aquel que intenta ocuparlas. Sin embargo, la conductora de Bake Off Famosos no tardará en llegar. Con una campera deportiva oversize, jeans y una cartera que no habla español, Wanda Nara revoluciona el estudio ni bien ingresa. No sólo la empresaria se encarga de saludar y responder cada manifestación de apoyo y cariño sino que improvisa unos pasos de baile cuando de fondo sueña su hit “Bad Bitch”.
Mientras tanto, en el centro del estudio Marcelo Iripino repasa una y otra vez la coreografía de apertura que rememorará algunos de sus musicales más recordados, como “Mambo N° 5″, “Cachita” y “A quién le importa”. Como Susana aún está en su camarín retocando su pelo y su maquillaje, uno de los productores decide ocupar su rol, tomando del brazo al bailarín y haciendo todo tipo de mímicas e imitaciones que hacen estallar de risa al público presente.
“Faltan tres minutos para el aire”, dice una voz en off obligando al numeroso staff a ocupar rápidamente sus posiciones al tiempo que las autoridades del canal, Darío Turovelsky y Guillermo Pendino, junto a los productores, Luis Cella y Federico Levrino, se ubican detrás de cámara para seguir de cerca a la máxima estrella de Telefe. De repente, la cuenta regresiva se pone en marcha, las lucen se encienden y las pantallas de última generación cobran vida. Después de un gran despliegue musical, los bailarines abren paso y aparece ella: la gran diva de los teléfonos lista para dar su último show de 2024.
La magia de la televisión
La primera gran invitada de la noche es Tini Stoessel. Y como este regreso a la TV y los escenarios era especial (y muy esperado), el despliegue está a la altura. La cantante llega a Telefe alrededor de las 13 horas acompañada de su equipo de trabajo y sus bailarines. Prueba de sonido, ensayo con su cuerpo de baile y chequeo de vestuario la mantienen ocupada hasta las 16, cuando graba dos temas musicales entre los que se encuentran “Pa”. Luego, la ídola juvenil se queda para el vivo, donde es entrevistada por Susana y donde cierra la noche con dos temas más de su repertorio.
El primer musical de la ex Violetta no fue lo único que salió grabado en este último programa. El deslumbrante y divertido mano a mano entre la conductora y su personaje de 1974, La Mary (gracias a las ventajas de la inteligencia artificial) también fue parte de lo que el público que estaba en el estudio disfrutó en pantalla grande. “Llevó más de un mes de edición”, contó Susana feliz por el resultado mientras sus productores aplaudían detrás de cámara.
Tanto en el recital de Tini como en esta charla con ese personaje tan memorable de su carrera, la diva no se movió de su escritorio y disfrutó junto a los presentes como si fuera una espectadora más. De hecho, y a pesar de que sus productores la interrumpían a cada rato con distintas indicaciones para los bloques siguientes, “La Su” logró emocionarse con algunas de sus respuestas. El recuerdo de su madre y de los amores de su vida le sacaron alguna que otra lágrima.
Sueño cumplido
Podría decirse que el último programa de Susana Giménez estuvo lleno de sueños cumplidos. Por un lado, algunas fanáticas de Tini Stoessel pudieron conocer a su ídola, como fue el caso de Francesca e Isabella Icardi que, una vez que la artista pop terminó la entrevista y mientras en pantalla se veía parte del show grabado, fueron al camarín y se sacaron una foto con ella. Su madre, Wanda Nara, se encargó de retratar el momento y compartirlo en sus redes.
Quien también tuvo la posibilidad de acceder a la intérprete de “Fresa” fue Juliet, la mini periodista que ya ha entrevistado a figuras como Mirtha Legrand. “¿Tini, te puedo hacer una nota? Soy Juliet”, gritó la pequeñita de 7 años desde la tribuna cuando Stoessel estaba sentada en el living. Si bien en este primer intento no tuvo suerte, la mini reportera no se dio por vencida. Cuando el programa fue al corte, bajó rápidamente las gradas y se dirigió hacia Alejandro Stoessel, quien estaba sentado en primera fila. “Por favor, quiero hacerle una entrevista a Tini”, le rogó al empresario y productor que enseguida se sintió conmovido por su pedido y pidió que la lleven detrás del escenario para que cumpla su objetivo.
La propia Tini también fue sorprendida por la producción de Susana Giménez. Chris Martin, con quien grabó recientemente una canción, le dejó un saludo en español. “Yo tuve un sueño. Oí una canción afuera de un edificio en un concierto y esta canción es ‘We Pray’. En el sueño estaba Tini cantando. Tini es una artista maravillosa, alucinante, muy gentil, amable y súper cool. Es un talento que no puedo creer, con una voz que es un regalo de Dios. Es un ser humano perfecto”, dijo el líder de Coldplay en un video, haciendo emocionar a la invitada.
Los participantes de Gran Hermano también fueron sorprendidos en esta noche especial. Junto a Santiago del Moro, Susana entró en la casa más famosa del país y saludó a los competidores que no podían creer estar hablando con ella. Detrás de cámara, productores se esforzaban por mantener a la tribuna en silencio para que no se filtre ningún dato del exterior y así mantener “en lo posible” el aislamiento.
“Yo quiero ser Susano algún día. Hay que ver si Susana quiere pero es mi objetivo antes de fin de año”, dijo Nacho Elizalde hace algunas semanas en una entrevista con LA NACIÓN, confesando su admiración por la conductora. Y en esta última noche se le dio. Durante el bloque final, el influencer abandonó por unos segundos el streaming del programa, se calzó el traje y sorprendió a la diva uniéndose a Licha Navarro y Daniel Romero.
La gran anfitriona también se sintió conmovida en su última noche. No sólo por el cariño del público, que a cada rato le gritaba algo sino por el reencuentro que pudo vivir 50 años después con uno de los personajes más célebres de su carrera. En este mano a mano asombroso (el primero que se hace con inteligencia artificial en la TV argentina), Susana abrió su corazón y demostró por qué sigue siendo una de las grandes divas de nuestro país.
Pasada la medianoche llegó el momento de despedirse. Con una copa de champagne en la mano, todos los invitados volvieron a escena para acompañar a Susana en este cierre que terminó con mucho agradecimiento y una explosión de papelitos dorados. Después del aire, y mientras los productores recolectaban las pulseras luminosas entre la multitud, la conductora se quedó unos cuantos minutos en el centro del estudio saludando a todos los que la acompañaron un año más tanto delante como detrás de cámaras.