A 50 años del estreno de La Mary, la película de 1974 en la que Susana Giménez se puso en la piel del personaje del mismo nombre, la despedida de la diva de su temporada 2024 contó con un momento tan nostálgico como emotivo cuando, a través de la Inteligencia Artificial (IA), se dio una charla única entre la conductora y el rol que encarnó en el filme. Más precisamente, con ella misma cuando tenía esa edad.
Una actriz, caracterizada con el look de la película, encarnó a la animadora y gracias a la IA se pudo recrear por primera vez en televisión su rostro de aquellos años. La entrevista estuvo cargada de preguntas sencillas de la Susana que tenía 30 años a la actual, tales como cuándo fue que se convirtió en rubia o si había llegado a conocer a Rita Hayworth, junto a otras más profundas.
“¿Quién fue el amor de tu vida?”, le preguntó, momento en el que la diva prefirió esquivar la respuesta aduciendo que muchas de sus exparejas estaban muertas, aunque “otros están vivos”. “¿Si pudieras volver al tiempo atrás, cambiarias algo?”, fue otra de las consultas que le hizo “la joven Su” a su otro yo. “Nunca cambiaría ni un minuto de mi vida”, aseveró, tajante para después relativizar sus dichos. “A lo mejor cambiaría la forma de encarar algunas cosas”, expresó.
“¿En algún momento voy a dejar el cigarrillo?”, fue otra de las preguntas. “Sí, cuando llegues a los 43. Yo hacía el programa al mediodía y tenía dos funciones de Sugar. La garganta no me daba. Siempre fue mi parte débil la garganta. Es una comedia musical que vas a hacer, pero cuando seas más grande”, señaló, prestándose al juego de charlar consigo misma sobre su historia, su pasado, los momentos alegres que vivió y de los otros.
“Yo ya no pido nada más. Yo agradezco. No puedo pedir nada”, se sinceró, al hablar de si todavía le quedaban sueños por cumplir. “¿A quién extrañás todos los días?”, quiso saber La Mary y allí la diva dio una respuesta a corazón abierto. “Lo que más extraño es a mamá. A mi madre. Es lo que más extraño. Un hombre no me interesa”, compartió.
“A lo mejor cambiaría la forma de encarar algunas cosas como con mi madre. Ella vivía en Mar del Plata, yo la extrañaba mucho y me hubiera gustado… Pero, bueno. Ella también tenía su pareja y era marplatense, por eso se quedó ahí. Pero cuando yo era un poco más chica que vos, nos peleábamos mucho hasta que yo crecí y me fui a vivir sola. No la valoré tanto en mi niñez y en mi juventud como después cuando vi su vida y me hice el plan en mi cabeza sobre cómo había sufrido”, detalló, sobre su mamá, María Luisa Sanders, que murió en 1996.
“Ahora vos sí vas a amar mucho, varias veces y vas a ser muy feliz”, agregó, siempre con humor, mientras le recomendaba no volver a casarse. “No te lo aconsejo”, dijo, lúdica hablándole a la que fue. “Algún hombre me robó, pero amparado por la ley”, fue otra de las frases más punzantes, en alusión a su escandaloso y millonario divorcio de su exmarido, Huberto Roviralta.
“Hay cosas que no vas a poder evitar, pero te vas a divertir. Menos con ese, con todos te vas a divertir, reírte y la vas a pasar bien”, se despachó. “Lo que más extraño es la juventud. Viví, viajé, hice todo lo que me gustó en la vida, amé y fui amada. ‘El sol iluminó mi faz. Vida nada me debes, vida estamos en paz’”, expresó, citando el reconocido poema de Amado Nervo.
Cuando llegó el final del particular momento, ya en su escritorio, luego de la experiencia que había vivido, Susana se mostró honesta sobre los reparos que había tenido al principio cuando se lo ofreció su producción, pero tras ver el resultado final manifestó su sensibilidad y alegría. “Es emocionante. Me tocó el corazón”, finalizó.