El gobierno de Javier MIlei analiza quitarle rutas a la aerolínea Flybondi a raíz de la seguidilla de demoras y cancelaciones que se exacerbaron en el mes de noviembre. Luego de que la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) intimara a la empresa low cost para que presentara un “plan correctivo” con el objetivo de revertir esta situación, Flybondi respondió en las últimas horas. En este marco, avanza la posibilidad de sanciones económicas, aunque por el momento se descarta suspender la operación de la línea aérea.
Según pudo averiguar LA NACION, hay descontento en el Gobierno por cientos de cancelaciones y demoras en los vuelos de Flybondi dentro y fuera de la Argentina, a pesar del optimismo por la política de “cielos abiertos”, por la que les habilitaron a las low cost más posiciones en Aeroparque para pasar la noche, nuevas rutas y se desreguló el servicio de rampas -hasta hace dos meses controlado por Intercargo.
Datos proporcionados por la Secretaría de Transporte a este medio indican que solo en el mes de noviembre, de los 1991 vuelos programados, 384 fueron cancelados, es decir, el 20% del total de las operaciones de la línea aérea. En tanto, estiman que más de 700 vuelos sufrieron reprogramaciones. Estas dos cuestiones afectaron a miles de pasajeros.
La semana pasada, los intimó a presentar un plan correctivo dentro de las siguientes 48 horas, algo que debía contemplar una reducción significativa de las cancelaciones y la implementación de medidas de contingencia que garanticen la protección de los derechos de los pasajeros. Flybondi respondió en las últimas horas, algo que no parecería suficiente, si bien todavía las autoridades están analizando la propuesta, que debe garantizar los niveles pretendidos de operatividad y de calidad al pasajero.
Fuentes del Gobierno indicaron a este medio que la ANAC analiza quitarle rutas a la empresa si en los próximos días la situación no se soluciona. No obstante, el primer paso para una penalidad es sanciones económicas. “Será una multa importante”, deslizaron a LA NACION fuentes al tanto de la situación. Además, dijeron que las cancelaciones deberán bajar “considerablemente” para que la ANAC no la sancione.
Luego, la medida más drástica será sacarle permisos a Flybondi para operar rutas. “Si no pueden cumplir lo que venden, esa podría ser la consecuencia mayor”, advirtieron.
Desde la low cost se limitaron a decir que se los problemas que afronta la empresa se debe a cuestiones operativas vinculadas a la disponibilidad de flota e indicaron que persiste el problema del acceso a las divisas, que el año pasado estuvo a punto de dejar en tierra dos aviones.
Problemas
Flybondi fue foco de distintos problemas con la operación. El 22 de noviembre un avión tuvo un problema mecánico mientras cubría la ruta Aeroparque Jorge Newbery-Córdoba y 20 minutos después de despegar debió volver a Buenos Aires y aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Los pilotos no tuvieron que declarar la emergencia y la aeronave luego despegó nuevamente.
Por otro lado, el 20 de octubre, otro avión sufrió una falla mecánica en el aeropuerto de Puerto Madryn, Chubut, y recién un día y medio después se pudo resolver el problema. En todo ese tiempo la aeroestación quedó paralizada, ya que solo cuenta con una posición.
Además, a fines de junio un vuelo que cubría la ruta Ezeiza-Bariloche despistó al llegar a la ciudad rionegrina. La empresa comunicó en aquel entonces que el avión “se excedió en la distancia de aterrizaje (conocido como overrun o runway excursion)”. Se trata de un evento en el que un avión se desvía o sobrepasa la superficie de la pista, ya sea durante el despegue o el aterrizaje. Entre las causas pueden figurar la contaminación de la pista, las malas condiciones climáticas, las fallas mecánicas, los errores del piloto o las aproximaciones inestables.
Finalmente, el 6 de enero un Boeing 737 de Flybondi sufrió un fuerte golpe al aterrizar en la ciudad de Mar del Plata. La empresa explicó que se produjo “un golpe en la parte inferior del avión durante el aterrizaje”, al que denominaron “hard landing”, es decir, un aterrizaje brusco que se da con una mayor energía y fuerza que durante un aterrizaje normal.