Mientras los vinos argentinos se destacan en el mundo, el consumo per cápita en el país está en el nivel más bajo desde que se tienen registros, según señaló el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV).
Desde la entidad remarcaron que la caída comenzó en 2013, último techo, cuando se midió un consumo de 25,6 litros. Luego, se inició un declive cada vez más pronunciado hasta llegar a los 16,7 litros per cápita en 2023, el número anual más bajo del que se tiene registro.
Las explicaciones a este descenso se encuentran en los cambios de tendencias de consumo y el aumento del de otras bebidas alcohólicas, como la cerveza, en especial por parte de los segmentos más jóvenes de la población.
En 2024 la caída continúa y se encamina a cerrar el año con un consumo menor a los 16,7 litros per cápita de 2023. De acuerdo a la información publicada por el INV, durante los primeros nueve meses del 2024 los argentinos consumieron 12 litros per cápita, lo que representa una caída del 1,9% en comparación al mismo período del año pasado, cuando se contabilizaron 12,24 litros por cada argentino.
La serie histórica en base a datos del INV comenzó en 1963, con un consumo per cápita de 82,9 litros al año y alcanzó un pico de 87,5 litros en 1968. Luego se produjo una caída hasta 1973, cuando el consumo promedio llegó a 72,5 litros por año y una posterior recuperación hasta 1978 (81,6 litros). A partir de ese momento comenzó largo declive con algunas remontadas.
Las ventas de vino siguen cayendo pero aumentan las exportaciones
Según las cifras dadas a conocer por el INV, entre enero y octubre de este año se vendieron en el mercado interno 6.324.387 hectólitros de vino, lo que representa una baja del 2% en comparación a los 6.452.855 hectólitros que se vendieron en el mismo período del 2023.
La baja más importante se dio en el tetra brik, que pasó de 2.218.885 a 2.123.948 hectólitros comercializados en ese formato entre 2023 y 2024, lo que marcó un retroceso del 4,3%. También cayeron las ventas del vino en damajuana (-20,4%), lata (-12,3%) y bag in box (-28,5%).
Como contrapartida, Argentina exportó en los once primeros meses de 2024, 90,3 millones de litros de vino (+5,7 %). Se exportaron 10,3 millones de litros más con respecto al mismo período del año 2023. De ese total, 143,7 millones (75,5%) corresponden a vinos fraccionados (+3,3%) y 46,6 millones (24,5%) son vinos a granel (+13,7%).
Las exportaciones de mosto concentrado en todo el año ascienden a 74.464 toneladas, un 107,8% más en volumen y un 77% más de ingreso de divisas respecto al mismo período del año anterior.
Consumo en el Gobierno de Javier Milei
Argentina registró una importante caída en 2024 en el consumo de alimentos y de otros bienes, debido al impacto que tuvieron en los hogares algunas de las medidas implementadas en el primer año de gestión de Javier Milei, con el objetivo de alcanzar una estabilización macroeconómica.
Durante el trayecto del año se distinguieron diferentes etapas que mostraron los efectos en las compras de los argentinos, donde en el primer trimestre se registró una suba de la inflación que se mantuvo en niveles de dos dígitos, aunque con un descenso progresivo: enero 20,6%, febrero 13,2% y marzo 11%.
En el primer trimestre hubo una contracción del consumo de mayor magnitud, que llegó a una baja en torno al 30% tanto en las ventas de supermercados y autoservicios, como en comercios minoristas de distintos rubros. Ya a partir de abril, la inflación se redujo a un dígito, hasta llegar al último dato de 2,7% en octubre, según la medición del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del INDEC.
Las decisiones que se observaron hasta el día de hoy, generaron un reacomodamiento en la disponibilidad de productos y de los precios en las góndolas. Dentro del IPC de octubre, los alimentos, bebidas y el transporte tuvieron una suba de 1,2%, por debajo del nivel general; sin embargo, el costo de vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, es el rubro que más aumentó con un incremento del 5,4% mensual.
Respecto al consumo masivo, en el inicio del año se registró una caída en torno al 30% en la compra de las cuatro categorías que componen este segmento: alimentos, bebidas, higiene personal y limpieza. Este sector presentó un descenso que, según datos de Nielsen y Scentia ya tocó piso y se sitúa en torno al 15%.