Concordia, el eterno refugio de Edgardo “el turco” Kueider: peleas, traiciones y denuncias en su salto al poder

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CONCORDIA (enviado especial).- El carro tirado por un caballo avanza lentamente en el fango. Por el clima lluvioso, la calle de tierra del barrio El Silencio se convirtió en un sendero escabroso que obliga a Antonio Pozo a detener el tranco a cada paso. El joven carga unas bolsas con restos de comida y botellas de plástico que traslada hasta la planta recicladora del Campo del Abasto, situado en las periferias de Concordia, una de las ciudades más pobres del país, según el Indec.

Como Oscar Murrua, su acompañante, Antonio integra el grupo de recolectores de la zona. Pueden ganar hasta 70 mil pesos a la semana por ayudar a desmontar el basural. Pero el dinero que consiguen, se lamentan, no siempre alcanza para sustentar a sus familias. Por eso recurren a “changas”. De pie, en la parte delantera del carromato, el pensamiento de Pozo parece estar a kilómetros de distancia. “La esperanza es lo último que se pierde; los políticos solo se acuerdan de nosotros cuando necesitan el voto”, dice, con la mirada perdida. De repente, el joven reacciona como si sonara una alarma en su mente y levanta la vista con ojos atentos: “Yo de política cero, pero ayer vimos en la televisión al senador… ¡Lo agarraron con toda la plata!”, exclama, mientras gesticula con el brazo.

El escándalo por la detención del entrerriano Edgardo Kueider, quien fue interceptado en Paraguay cuando intentaba ingresar US$ 211.102 y $646.000 sin declarar y ahora enfrenta una causa penal por presunto contrabando, provocó un fuerte revuelo en Concordia, el eterno refugio político del senador peronista que se convirtió en aliado crucial del gobierno de Javier Milei en el Congreso.

El “turco” Kueider no es un caudillo en esta ciudad, que fue un bastión del PJ en Entre Ríos durante los últimos cuarenta años, pero logró posicionarse como un operador todoterreno para ganar influencia. Es que Kueider conoce al dedillo la receta para mantenerse cerca del poder.

Eliseo Blanco denunció a Kueider en la causa por supuesto enriquecimiento ilícito que se investiga en la Justicia de Concordia

El senador, que fue detenido en Ciudad del Este junto a su secretaria Iara Guinsel Costa, oriunda de Concordia, construyó en esta geografía la red de vínculos que le permitieron escalar hasta codearse con la alta política. Es un hombre de lealtades difusas y negocios opacos, según describen dirigentes que lo acompañaron en su ascenso por las estructuras del poder político. En los últimos años fue la mano derecha del exgobernador peronista Gustavo Bordet, uno de los socios más estrechos de Alberto Fernández durante la gestión del Frente de Todos. Como el alter ego de Bordet en la política de Entre Ríos pudo dar el salto a la Cámara alta en 2019. Pero la histórica relación se terminó de quebrar a partir del apoyo decisivo que le dio el senador Kueider a la ley bases que promovió el gobierno de Milei.

Hace tiempo que Kueider no es profeta en su tierra. Desde antes de la tormenta por su detención en Paraguay, que sus adversarios en el peronismo lo tildaban de “traidor” por haberse acercado a La Libertad Avanza después de haber sido el “último albertista”. Pero los rencores con su figura en el ecosistema justicialista se generaron antes de que se alineara con “las fuerzas del cielo”.

Concordia estuvo casi siempre administrada por el PJ hasta 2023, cuando la municipalidad cambió de signo político por el triunfo en las urnas del radical Francisco Azcué, apuntalado por el gobernador Rogelio Frigerio. Y sus habitantes no salen del estado de shock por el nuevo caso de presunta corrupción que sacude a Entre Ríos. A pesar de que aún resuena la detención del exmandatario Sergio Urribari, ordenada por la Justicia tras encontrarlo culpable por los delitos de peculado y negociaciones incompatibles con su cargo. Urribarri fue apresado el 19 de noviembre último en su lujosa mansión de la calle Garat 291, en un barrio residencial de Concordia. Ahora la vivienda familiar se encuentra cerrada.

La mansión de Sergio Urribarri, exgobernador de Entre Ríos, en Concordia

Con la mirada clavada en el asfalto de la calle Pellegrini, Marcelo Olmos, policía en Concordia desde hace más de treinta años, no oculta su bronca por la seguidilla de exfuncionarios provinciales que desfilan por la Justicia. Pasaron minutos de las 13 y los comerciantes se apuran a cerrar los negocios para ir a descansar. “Kueider nos mintió a todos; nos sentimos estafados, pero no sorprende”, dice Olmos. A unas diez cuadras de allí, dos jóvenes salen del local de la empresa Internet Plus, donde Guisel trabajó como empleada hasta hace algunos años. Renunció poco antes de que fuera designada por Kueider en el Senado. “A Kueider se lo veía muy poco por acá. Ya es como Urribarri: no existe más”, desliza entre risas.

Denuncias

La Justicia de esta ciudad también investiga a Kueider por supuesto enriquecimiento ilícito a raíz de una denuncia promovida por Eliseo Blanco, un empleado del PAMI y militante del peronismo que conoce desde hace años al senador del heterogéneo bloque de Provincias Unidas.

Blanco y Kueider tienen una vieja enemistad. Apenas se reclina en el banco de la Plaza 25 de Mayo, en el centro de Concordia, el primero recuerda cuando aceptó que Kueider se incorporara al staff de la revista Prensa Justicialista, que se solventaba con aportes de concejales. Fue antes de que se enfrentaran en la interna por el control de la juventud del PJ local. Años después se reencontrarían en la sede local del PAMI. Blanco denunció que colaboradores cercanos a Kueider habían montado una red ilegal de reparto de medicamentos para los afiliados. “Yo era funcionario jerárquico en PAMI. Cuando me arrimo a [Rogelio] Frigerio en la campaña a diputado, armaron una carpeta y la llevaron a Buenos Aires. Desde aquel entonces, me plancharon: me sacaron función jerárquica, categoría y carga horaria. Kueider lo hizo creyendo que me iba a dejar en la lona. Él me tiró a matar y no pudo”, relata Blanco.

Los secretos del senador Edgardo Kueider: la madre de la secretaria, los empleados en la biblioteca del Senado y los departamentos de lujo

En junio, en base a una publicación del portal El Disenso, Blanco se presentó ante la Justicia para pedir que se investigara si Kueider había comprado tres departamentos de lujo y cocheras en un edificio en Paraná, a través de la empresa Betail SA, en la que el senador figura como director suplente. “Kueider es mala palabra, pero hay complicidades. En la propia dirigencia peronista ya sabían de todo esto. Los sindicalistas, diputados y concejales que fueron beneficiados por él se callan la boca”, relata Blanco, quien decidió avanzar con la presentación judicial después de que el legislador aportara su voto para aprobar la ley bases.

La causa por presunto enriquecimiento ilícito está a cargo del fiscal de Concordia, José Arias, quien impulsó una batería de medidas de prueba sobre Kueider, su familia y las sociedades que tienen vínculos con el senador. A su vez, pidió informes sobre Guinsel Costa y planea ampliar la pesquisa respecto de Rodolfo Daniel González, socio de Kueider en Betail y empleado de la Biblioteca del Congreso. González es el dueño de la camioneta que manejaba Kueider cuando fue demorado. Otro nombre que aparece ligado a la firma Betail es Ernesto Javier Rubel, amigo y socio del senador. Fuentes cercanas a la familia Kueider niegan irregularidades y lo defienden: “Se están diciendo muchas mentiras”, aseguran. Semanas atrás, en una audiencia virtual, Kueider y su abogado, Carlos Conti, pidieron la incompetencia del fiscal Arias y el traslado del caso a la Justicia federal.

Edgardo Kueider y Iara Guinsel Costa

Los fajos de miles de dólares que hallaron los empleados de migraciones de Paraguay en la mochila de Kueider en el puesto de control de Ciudad del Este contrastan con la situación económica y social de las periferias de Concordia. Sede central del poder peronista en Entre Ríos desde el retorno de la democracia, la ciudad tiene unos 198.802 habitantes, según datos del último censo. En la política local la llaman “La Matanza de Entre Ríos”, por su peso estratégico en el padrón electoral y el predominio que tuvo el aparato peronista en esta plaza. Fue la cuna política de Jorge Busti, los Bordet o los Cresto o epicentro de poder de Urribarri durante el kirchnerismo.

En rigor, se la conoce como la capital nacional del citrus, pero también como uno de los aglomerados más carenciados del país. De acuerdo al último informe publicado por el Indec, la pobreza en esta ciudad llegó al 54,8% de los hogares en el primer semestre del año. Es decir, unos 28.257 hogares. En tanto, un 65,8% de la población está debajo la línea de pobreza (108.890 personas).

El barrio El Silencio, una de las zonas más carenciadas de Concordia, en Entre Ríos, donde Kueider hizo política

Un operador en las sombras

El senador Kueider aprendió sobre la práctica política y el manejo de las redes clientelares en esa geografía, donde la desesperación se extiende entre los sectores populares. Proveniente de una familia de clase media de inmigrantes sirios, apenas finalizó sus estudios en la escuela de Comercio N 1° de esta ciudad, Kueider se involucró lentamente en la rosca. Dio su primera batalla en la universidad de Entre Ríos cuando comenzó a militar en la Juventud Peronista.

Siempre ambicioso, “Edgardito”, como lo llamaban sus íntimos, decidió enfrentar al candidato promovido por Augusto Alasino y Busti, dos caciques del PJ de Concordia en los noventa. Hizo campaña con una carreta y un caballo en la ciudad. Y sacó alrededor de ochenta votos. Eliseo Blanco, quien ahora lo denuncia en la Justicia, lo doblegó con facilidad en las áreas más pobladas de Concordia. Sin embargo, la sed de poder le permitió a Kueider ganarse la bendición del aspirante a intendente Hernán Orduna, quien lo promovió como candidato a concejal en 1999. Kueider ocupó esa banca hasta 2003. Pero, con la llegada de los Kirchner a la Casa Rosada, se movió para conseguir un cargo como empleado administrativo en la sede del PAMI de Concordia, situada en la calle Tucumán 67. En concreto: Kueider transita la función pública desde fines de los noventa hasta la actualidad. Un exponente de la “casta”, en el glosario de Milei.

Pese a que había desembarcado en el PAMI, Kueider siguió cultivando su relación con Bordet, quien lo nombró como secretario de gestión participativa para el desarrollo tras su asunción como intendente en 2007. En ese momento, Blanco denunció que Kueider cobraba dos sueldos del Estado. Bordet lo negó. “El ‘turco’ era el gemelo, el casero de Bordet. El que hacía los mandados y el trabajo sucio”, relata un referente del PJ local.

Desde la juventud Kueider estuvo interesado en la informática y los medios de comunicación. No es casual que haya creado en 2022 la sociedad Edekom SA, dedicada al servicio de software, en la que es accionista uno de sus hijos, Haidar.

Una de las propiedades que declaró Kueider está ubicada en una zona residencial

Quienes lo conocen describen a Kueider como una persona parca. A diferencia de Urribarri, el exgobernador peronista y aliado de Cristina Kirchner que fue detenido tras ser condenado por corrupción, no ostentaba su riqueza en Concordia, donde se mostró poco y nada en los últimos años. Cultivaba el bajo perfil. Una de las propiedades que declaró -una casona de ladrillo- está ubicada en la calle Saure, en una zona residencial alejada del centro. Eso sí: cuentan vecinos de Concordia que lo han divisado en restaurantes de la costanera mientras tomaba champagne Cristal. “No tiene ética ni moral. Y no es un líder político, sino un oportunista”, comenta un funcionario que trabajó durante años con Kueider.

Polémicos manejos en el PAMI

El senador conservó su influencia en el PAMI local hasta hace poco. En la sede no tienen el mejor recuerdo de su paso como empleado. Y aseguran que prácticamente no cumplía con tareas. Hasta hoy, mantiene una licencia sin goce de haberes.

Con la victoria de Alberto Fernández en 2019, incrementó su radio de influencia en Concordia. En ese entonces ya se había convertido en el brazo ejecutor del entonces gobernador Bordet. Era su jefe de campaña y secretario general de la administración provincial, un puesto desde el que manejaba el reparto de la pauta publicitaria y administraba el vínculo con los municipios. Por caso, se jactaba de tener contactos frecuentes con Santiago Cafiero. Con ese sostén, Kueider colocó al frente del PAMI a dirigentes de su confianza. Puso a Sergio Bertolotti, como director ejecutivo, y a Cristina Berón como coordinadora ejecutiva. Hasta se dio el gusto de asistir al acto de asunción y saludar a los empleados. En otras palabras, sus excompañeros.

Con la llegada de Milei a la Presidencia, Kueider quedó envuelto en una controversia. En mayo pasado, en plena discusión por la ley bases en el Congreso, donde el voto del senador fue decisivo, el aliado de la Casa Rosada logró desplazar como titular del PAMI a Guillermo Deymonaz. Con perfil técnico y de extensa trayectoria, Deymonaz había sido promovido por la nueva gestión libertaria. Pero, durante su breve paso por la conducción del organismo, había removido a Magdalena Mac Intyre, media hermana de Kueider, de la jefatura de auditoría médica. Cuando se enteró del movimiento -que consideró inconsulto-, el senador pidió la cabeza de Deymonaz, según relataron a LA NACION distintas fuentes del organismo. Por el fuerte revuelo que ocasionó en la política local a partir del desplazamiento del funcionario sin justa causa, el gobierno nacional le ofreció a Deymonaz un puesto como director de la Anses local.

La sede del PAMI donde trabajó Edgardo Kueider antes de sumarse al equipo de Bordet

El mundillo de Kueider

Si bien Bordet fue el principal auspiciante de Kueider en la política entrerriana, el senador supo tejer redes de contactos con otros herederos de las dinastías de poder de Concordia, como Enrique Cresto, exintendente de la ciudad. También se acercó a Armando Gay, otra figura que gravita en el ecosistema peronista local, y anudó acuerdos con la administración de Frigerio. De hecho, en agosto logró colocar al dirigente peronista Juan Carlos Chagas, que supo estar cerca de Busti, en la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande (CTM). Fue después de que negociara con el Gobierno de Milei una modificación en la normativa para las designaciones en el CTM.

Desde hace años, el senador preserva influencia en la empresa pública binacional. Su entendimiento con Milei y, sobre todo, con Santiago Caputo, el principal asesor presidencial, le permitió además incidir en la designación de Gastón Árigos como coordinador de pasos fronterizos en Concordia. En marzo pasado, Facundo Kueider, uno de sus cinco hijos, recaló en un puesto de administrativo y técnico en planta temporaria el Senado. Facundo fue nombrado en el despacho de Carlos “Camau” Espínola, quien tiene afinidad con el “Turco”. “Facundo estuvo solo unos meses; ya no está”, justifican allegados a Kueider.

Los tentáculos de Kueider también llegan al Concejo Deliberante de Concordia, donde por ahora mantiene a dos leales: Carolina Amiano y Guillermo Satalia Méndez.

El peronismo local le dio la espalda, sobre todo por su acercamiento a Milei. En junio, Facundo Ruiz Díaz, titular de la filial del PJ en esta ciudad, pidió la expulsión de Kueider del partido a la conducción provincial después de que el senador auxiliara a Milei con la ley bases. No obstante, la capacidad de presión de Kueider y sus vínculos le permitieron demorar el tratamiento de la solicitud.

Las autoridades del PJ de Concordia pidieron expulsar a Kueider del partido por su apoyo a la ley bases

La convulsión en el peronismo se incrementó por el episodio en Ciudad del Este. Entre los lugartenientes fieles que le quedan al senador en Concordia no ocultan su inquietud por las derivaciones del escándalo por la detención en Paraguay. Algunos creen que “lo peor está por venir” porque temen que el “Turco” hable. De hecho, en las últimas horas Bordet ensayó otro gesto para alejarse de quien fuera hasta hace poco tiempo un colaborador íntimo, su sombra en la gestión. “No tengo amigos en la política”, dijo el exgobernador. Los desencuentros entre el “turco” y su mentor habrían comenzado durante la última campaña, cuando Bordet le dio espacio a Guillermo Michel, del riñón de Sergio Massa. ¿Kueider se sintió marginado? Trascendidos de un complejo entramado de grandes luchas internas del PJ.

A pocos pasos del palacio municipal, el concejal Felipe Sastre (Juntos por Entre Ríos) critica el juego de simulaciones de Bordet y los referentes del kirchnerismo para desprenderse de la carga de Kueider. “Hay mucha hipocresía. Ahora nadie lo conoce y le sueltan la mano, cuando él fue el candidato de la lista de Alberto y Cristina o Bordet. ¿Por qué no reaccionaron así con Urribarri, a quien siguen defendiendo? Es porque quieren la banca del Senado para La Cámpora”, puntualiza Sastre. Y agrega: “Ellos fueron gobierno durante cuarenta años en Concordia y hay que ver la situación que heredamos. Estamos viendo los resultados de sus acciones”. En el oficialismo local se frotan las manos, pese a que Kueider tejía nexos con todos.

El peronismo de Entre Ríos está plagado de detractores y enemigos de Kueider, quien cosechó enemistades cuando manejaba las principales cajas durante la gestión de Bordet. Por caso, el exdiputado provincial Alejandro Bahler, que integró el espacio de Massa hasta 2019, asegura que Kueider le envió una patota a la casa para amedrentarlo, hace cuatro años. En ese momento, el senador lo denunció por amenazas después de que Bahler, entonces funcionario de Bordet, lo insultara por teléfono. Bahler, que ocupaba un cargo en Turismo, fue desplazado por la presión de Kueider. Finalmente, la causa fue archivada por la justicia local, pese a que Bahler pidió que se elevara a juicio oral. “El tiempo me dio la razón: ahí está el ladrón”, apuntó Bahler, otro dirigente del PJ enemistado con el senador detenido.

Entre tantos sinsabores y mientras cumple arresto domiciliario en una torre de lujo en Asunción junto a Guinsel Costa, el senador Kueider disfruta por estas horas de una pequeña revancha con valor simbólico. El viernes a la noche, los “rojos”, su equipo en el torneo de fútbol del club de profesionales universitarios de Concordia, derrotaron 4 a 2 a los “Azules”, donde Eliseo Blanco, su denunciante y eterno rival, fue titular.

Kueider, durante una de sus últimas apariciones en Concordia, cuando se reunió con funcionarios locales para entregar donaciones por inundaciones