El bonaerense Yamil Peralta, segundo en el ranking mundial crucero del CMB, está inmerso en una de las aventuras pugilísticas más inquietantes que tiene este deporte: la instancia de las revanchas, la expectativa de los desquites. Sobre todo, porque ya expuso una clara superioridad sobre su rival del momento: el conocido canadiense Ryan Rozicki, primero en el escalafón del CMB, con quien perdió por puntos en un fallo canallesco el 7 de mayo de 2022 en la misma sede del combate de este sábado: el estadio Centre 200, de Sídney, una comuna isleña de 50.000 habitantes ubicada en el Cabo Bretón de la región canadiense de Nueva Escocia.
La pelea de doce rounds será por la corona mundial crucero –interino– de la CMB, cuyo límite es 90,700 kg, comenzará alrededor de las 22 y será emitida por la aplicación digital local Threelionspromotions.com al costo de 32 dólares. No tendrá televisación convencional.
Este título tiene un litigio interno difícil de resolver para la cúpula del CMB, dado que tiene dos campeones consagrados pero totalmente inactivos: el sueco Badou Jack, campeón en receso, y el armenio Noel Mikaelian, campeón oficial en litigio contractual con su promotor, Don King. En un caso sin precedentes, el CMB tendrá tres campeones reinantes en la misma categoría simultáneamente.
Yamil, una espera interminable
A los 32 años y con una extensa carrera compartida entre el amateurismo olímpico, el profesionalismo de AIBA y el pugilismo rentado clásico, tuvo eco con el público y el ámbito internacional desde los Juegos Olímpicos de Londres 2012 hasta hoy. Estuvo cerca de la medalla de bronce en Inglaterra y muy lejos de todo en su segundo intento, en las olimpiadas de Río de Janeiro 2016.
Fue irregular en sus comienzos en AIBA boxeando a 5, 6 y 8 rounds y recién su rendimiento se afianzó en sus peleas internacionales ante Rozicki, a quien dominó con claridad sin exponer apetencia por noquearlo y pagó las consecuencias en un combate cuyo veredicto mereció una profunda investigación del CMB. Y, sobre todo, mostró mayores certezas ante el sudafricano Thabiso Mchunu, en su última pelea en Durban. Allí, también su falta de remate abrió algunos interrogantes y será un detalle técnico que su entrenador Ezequiel Torglele –con quien combatió dos veces como amateur– deberá tener en cuenta.
Yamil comparte el boxeo –entrena en el modesto club Manuel Alberti de Pilar– con su actividad de supervisor de poda callejera de municipios del Gran Buenos Aires. Uno de sus jefes es “Chiqui” Tapia, el presidente de AFA, quien le brinda un buen respaldo laboral.
Llega a esta pelea en el rol de favorito y con un récord legítimo de 34 peleas, con 26 victorias (9 KO) y 8 derrotas. El marco de autoridades neutrales compuesto por los estadounidenses Mark Nelson, como árbitro, y los jurados Michael Tate y Mike Fitzgerald, quienes compartirán la terna con el mexicano Moisés Melhem, otorgarán –se supone– esta vez un panorama mucho mas cristalino que en la pelea anterior.
¿Quién es Rozicki? Un boxeador torpe y fuerte. Sin grandes luces y escaso nivel de oposición en una carrera de 20 victorias (19 KO) y sólo un revés por puntos ante el colombiano Oscar Rivas, cuando intentó ganar el mundial Bridger de la CMB en 2021.
Tiene 29 años y vive en la sede del match. Es venerado, pero no alcanza el rol de “ídolo del pueblo”. Admirador de Jack Dempsey, deberá pulir su estilo agresivo para incomodar a Peralta. Será local en un estadio pequeño, pero con un público a favor tan frío como el clima imperante en este momento.
Hay revanchas que son calcadas. Sin embargo, hubo un sinfín de desquites que viraron su rumbo en relación con el capítulo anterior. Estas intrigas se apoderan de un combate mundialista que tienen un muy buen enfoque para Yamil Peralta, que no debe dejar escapar su último tren. Tiene todo servido para alcanzar el objetivo.