Una organización internacional de lechería le perdonó a la Argentina una deuda y le permitió regresar para participar. La Federación Internacional de Lechería (FIL), que en octubre había suspendido al país debido a una deuda de aproximadamente 50.000 euros, decidió condonar ese monto tras múltiples gestiones lideradas por el sector privado. Esta decisión permitirá que la Argentina vuelva a la organización, aunque con un rol diferente, ya que fue recategorizada.
Según explicaron referentes del sector, esta nueva categoría limita la capacidad para intervenir en decisiones políticas, como el derecho al voto en las asambleas generales. Sin embargo, habilita su participación en las 17 comisiones disponibles, que abordan los temas más relevantes de la lechería a nivel global, algo que fue celebrado por el sector. Y permitirá el acceso a información técnica, científica y sectorial clave para el desarrollo de la actividad láctea.
La decisión de suspender a la Argentina fue tomada en octubre pasado durante una asamblea de la FIL en París, luego de que el país acumulase tres años de incumplimientos. En diálogo con LA NACION, Flavio Mastellone, empresario del sector lácteo, señaló que fue una resolución benévola, ya que inicialmente se había considerado la posibilidad de expulsar a Argentina. “Gracias a nuestra buena relación con las autoridades de la FIL y a nuestra participación en la Federación Panamericana de Lechería, se logró que la sanción fuera solo una suspensión”, explicó.
Tras esta decisión, Mastellone encabezó las gestiones para mantener la presencia argentina en la organización, proponiendo un modelo de gestión basado en un consorcio privado con universidades, en lugar de una representación estatal. Esta iniciativa recibió el respaldo del gobierno nacional, lo que permitió avanzar hacia un acuerdo y asegurar la continuidad del país en la FIL bajo una nueva modalidad.
“Trabajamos para entender un poquito por qué el resto de los países están participando y por qué Argentina no. Las diferencias que teníamos las fuimos ajustando y adecuando a un esquema mucho más humilde, mucho más razonable y mucho más sustentable en el tiempo. Con dos puntos básicos. En esta oportunidad, vamos a participar desde lo técnico, dejando de lado la parte política, dejando de lado la votación de un montón de cosas porque queremos estar en las comisiones técnicas, que internamente el país elegirá en cuál quiere participar”, dijo Mastellone.
Ser parte de la FIL, organización integrada por 53 países que representan el 74% de la producción mundial de leche, permite el acceso a información clave sobre políticas, tecnologías y normativas internacionales del sector lácteo. Aunque con la nueva categoría la Argentina pierde su derecho al voto, podrá acceder a información técnica, científica y sectorial de gran relevancia, además de poder participar en las comisiones. Además, mantiene la obligación de participar con un representante en las cumbres mundiales anuales.
“Formar parte de esas comisiones sirve para ordenar la agenda interna del país. Hay temas clave en los que Argentina no puede quedarse afuera. En estas comisiones, los países realizan aportes técnicos y acuerdan sobre normativas globales, estándares, regulaciones, políticas y otras cuestiones relevantes, donde es crucial estar presentes y participar”, comentó el empresario.
Por otro lado, toda la información que antes estaba en poder de la Secretaría de Agricultura y en una o dos personas ahora estará a disposición de las universidades. La Escuela de Lechería de Villa María, que fue la primera en acompañar todo este proceso, está abriendo la cuenta para que se pueda hacer el pago anual y regularizar la situación del país. En enero de 2025 se deberá abonar la cuota anual de 13.300 euros, lo que permitirá acceder a información completa y generar los reportes solicitados por la FIL. “El aporte antes dependía en parte del Estado nacional y de las provincias. Por otro lado, lo acompañaban cámaras del sector. En este caso, lo que estamos haciendo es que sea un aporte individual: son empresas privadas y personas físicas con la intención de contribuir”, indicó Mastellone.
Según detalló, hasta el 30 de diciembre de 2024 se recibirán inscripciones para quienes deseen formar parte del Comité Nacional. Están invitados productores primarios, empresas del sector industrial, prestadores de servicios, instituciones educativas, entidades vinculadas a la producción, gobiernos provinciales y profesionales del sector lácteo. Se busca contar con el mayor número posible de adherentes, quienes podrán aportar hasta 500 euros.
“Con el apoyo de la gente que ya se comprometió, hemos superado la cifra que necesitamos cubrir. Por lo tanto, nuestra idea es hacer una lista teórica y restar proporcionalmente la parte individual. No queremos aportar ni un peso más de lo que necesitamos pagar; buscamos una forma de ser vistos de manera positiva en el exterior”, contó Mastellone.
Como se mencionó, el manejo de los fondos será gestionado por la Escuela Superior Integral de Lechería de Villa María. La institución educativa también encabezará los equipos técnicos que se conformen para el trabajo con los datos y el traslado de los mismos hacia todos los beneficiarios en el país.
La primera participación habilitada será en octubre de 2025, en el encuentro organizado por Chile, que será el primer país latinoamericano en recibir el evento de la organización. Entre los comités permanentes de trabajo de la FIL en los que la Argentina podrá participar, una vez conformado el grupo, se encuentran áreas clave como: métodos analíticos para aditivos y contaminantes, salud y bienestar animal, ciencia y tecnología láctea, marketing, política y economía láctea, ambiente, manejo del tambo, identidad y marca, aditivos alimentarios, higiene microbiológica, residuos y contaminantes químicos, nutrición y salud, estadísticas y automatización, entre otros.