La red ‘Pokrova’: así fue el gran engaño ucraniano para atacar a Rusia con sus propias armas

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El pasado 26 de noviembre, Ucrania las fuerzas ucranianas ‘secuestraron’ en el aire a 95 de los 188 drones Shahed 135 que Rusia lanzó contra su territorio. Usando un ingenioso sistema de jaqueo electrónico, las fuerzas de antidron ucranianas lograron tomar el control de estos drones kamikazes de diseño iraní para estrellar algunos en zonas desiertas sin causar daños y, en su mayoría, lanzar ataques bumerán contra Rusia y Bielorusia. Ahora tenemos los detalles de cómo lo han conseguido.

 

Nuevas informaciones afirman que, durante meses, Ucrania ha estado usando una técnica llamada ‘spoofing’ para modificar las coordenadas de navegación de los drones, desviándolos de su ruta programada para realizar contraataques. Al principio sólo conseguían interceptar unos cuantos pero, poco a poco, están consiguiendo reconducir una gran cantidad de estos vehículos letales. Según el Ministerio de Defensa ucraniano, Rusia suele lanzar entre 30 y 80 de estos drones cada día. Los Shahed tienen un alcance de hasta 2.500 kilómetros y una carga explosiva de entre 40 y 50 kilogramos. Principalmente, Rusia los utiliza para aterrorizar a la población civil en Ucrania.

Cómo lo han hecho

John Hardie, subdirector del Programa de Rusia en la Fundación para la Defensa de las Democracias, explica que “Ucrania está suplantando las señales GPS, alimentando a los Shahed –o Geran-2, como los llaman los rusos– con coordenadas falsas para desviarlos de su curso original”. A pesar de que estos drones están equipados con sistemas diseñados para detectar bloqueos de señal, la técnica de spoofing ucraniana consigue engañar al sistema sin que el dron lo detecte. “Es una forma de hacer que el dron se dirija en la dirección equivocada”, añade Hardie.

 

Hardie afirma que “cuando se suplantan las coordenadas de un dron, se debe hacer de manera gradual. No puedes cambiar el objetivo de forma inmediata al lado opuesto; hay que redirigirlos poco a poco para evitar que el sistema detecte la intervención”. Esto permite que los drones sigan creyendo que se están dirigiendo hacia su objetivo, aunque en realidad estén siendo conducidos hacia otro destino.

placeholderUna ilustración de un enjambre de drones Shahed 135 atacando un aeropuerto. (Khameini.ir/CC)
Una ilustración de un enjambre de drones Shahed 135 atacando un aeropuerto. (Khameini.ir/CC)

 

Este método se ha vuelto cada vez más efectivo y frecuente gracias a la mejora de las tácticas de guerra electrónica ucranianas. Durante un ataque ruso el pasado 2 de octubre, Ucrania logró desviar 23 de los 105 drones lanzados, además de derribar otros 78 usando sistemas de defensa aérea. En un ataque posterior, de los 110 drones Shahed lanzados por Rusia, la cifra de drones redirigidos aumentó a 50. Según Hardie, “la habilidad para interferir con estos drones ha evolucionado, y Ucrania ha conseguido desarrollar una estrategia cada vez más efectiva […] el sistema ha mejorado significativamente desde su primera implementación, y esto se refleja en el creciente porcentaje de drones desviados”.

 

El sistema que utilizan se llama ‘Pokrova’. Mencionado por primera vez por el exgeneral Valerii Zaluzhny, Pokrova –que significa “velo de protección” en ucraniano– actúa como una red de defensa electrónica contra los drones.

 

Ucrania utiliza una red de sensores distribuidos que proporcionan datos a equipos móviles anti-drones. Estos equipos, generalmente camiones armados con ametralladoras, llevan personal con las tabletas que usan para detectar y redirigir a los drones. Los camiones se despliegan en puntos estratégicos para poder detectar las oleadas de drones.

placeholderAtaque con drones Shahed.
Ataque con drones Shahed.

Impacto inesperado

Los desvíos de drones han sido documentados por el Proyecto Hajun, un grupo observador independiente situado en Bielorrusia. Hajun ha registrado un aumento en el número de drones rusos desviados hacia el espacio aéreo bielorruso desde julio, aumentando de forma constante: nueve en julio, 12 en agosto, 27 en septiembre, 49 en octubre y 151 en noviembre. De todos estos drones rusos, 148 eran Shahed. Según el grupo, 38 drones Shahed cruzaron el espacio aéreo de Bielorrusia el 25 de noviembre, obligando a las fuerzas bielorrusas a movilizar cazas para responder. Según los expertos del Instituto para el Estudio de la Guerra en EEUU, esto indica que ni Rusia ni Bielorrusia estaban preparados para gestionar las consecuencias de estas nuevas tácticas de interferencia.

 

Rusia ha intentado mejorar sus drones Shahed con la incorporación de un receptor GNSS Kometa M, que utiliza su red GLONASS. En teoría, está diseñado para ser resistente al bloqueo de señales pero, según Hardie, “aunque este sistema puede detectar intentos de bloqueo, la suplantación es mucho más difícil de contrarrestar”. La prueba más clara es que la efectividad de su técnica de ‘secuestro’ y ataques bumerán sólo ha ido en aumento, por lo menos hasta ahora.