Un reciente informe de inteligencia militar al que tuvo acceso El Tiempo reveló divisiones significativas en las filas lideradas por Néstor Gregorio Vera Fernández, conocido como ‘Iván Mordisco’.
Según el documento, dos cabecillas destacados, Wilmar Pazú Rivera, alias ‘Cholinga’, e Iván Jacob Idrobo Arredondo, alias ‘Marlon’, han mostrado diferencias profundas con su líder, afectando la cohesión del Bloque Occidental ‘Jacobo Arenas’.
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Las tensiones surgieron entre junio y julio de este año, cuando ‘Cholinga’ y ‘Marlon’ expresaron su desacuerdo con las altas sumas de dinero que debían tributar al líder de la organización. Según el informe, ellos consideraban estas cifras “desproporcionadas y exorbitantes”.
Esta disputa, combinada con la creciente presión militar en los departamentos de Valle del Cauca y Cauca, agravó las diferencias internas.
En el Cauca, las disidencias tienen bases destinadas al entrenamiento de sus miembros en el uso de armas, explosivos y tácticas ideológicas.
Sin embargo, la intensificación de las operaciones militares del Ejército Nacional ha mermado los recursos humanos y económicos en la región. Los líderes locales han argumentado que enfrentan deserciones, capturas y bajas, lo que ha reducido su capacidad operativa.
El informe al que tuvo acceso El Tiempo también señala que, aunque inicialmente acataron las órdenes de ‘Iván Mordisco’ de reclutar personal para reforzar estructuras en el Meta y Guaviare, ambos cabecillas comenzaron a oponerse cuando el reclutamiento y las operaciones afectaron la defensa de sus propios territorios.
“Ellos le argumentaron que la desmovilización, fuga de personal, capturas y muertes en desarrollo de operaciones militares los tenían muy ‘apretados’ con la gente que tenían en la región del Cauca”, se lee en el informe.
Por su parte, ‘Iván Mordisco’ mantuvo su postura firme, exigiendo que las cuotas económicas y los envíos de personal se mantuvieran intactos.
Según fuentes, el líder les habría respondido: “La guerra en el Cauca puede esperar y ustedes allá se pueden sostener. La mía en el Meta no da espera y es cuestión de honor revolucionario”.
La disputa no solo radica en lo económico, sino también en la capacidad de mantener la operatividad de las estructuras.
El documento conocido por ese medio de comunicación indica que la disminución en los ingresos ilegales, producto de extorsiones, minería ilícita y narcotráfico, ha comprometido la capacidad logística del grupo.
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Esto ha llevado a retrasos en los pagos a trabajadores de cultivos de coca y laboratorios, algo inusual para una organización que anteriormente pagaba con meses de antelación.
Ante esta situación, se especula que ‘Cholinga’ y ‘Marlon’ podrían desobedecer las órdenes de su líder o incluso formar una nueva facción disidente bajo el nombre del Bloque Occidental ‘Jacobo Arenas’.
Las divisiones internas, combinadas con las operaciones militares en curso, están debilitando la estructura que alguna vez fue uno de los bastiones más sólidos de las disidencias de las FARC.
