En Yerba Buena, la cantidad de accidentes de tránsito creció de forma preocupante, y las diferentes imágenes captadas por las cámaras de seguridad del municipio revelan una realidad alarmante: en octubre, se registraron 45 siniestros viales, de los cuales 33 involucraron motocicletas. De estas, solo siete usaban casco, cifra que representa menos del 20% de los motociclistas involucrados.
De acuerdo a lo que pudo observar, los registros de la municipalidad destacan el comportamiento de los motociclistas en la vía pública. Con la economía actual, muchas personas optan por la moto como medio de transporte y solución de movilidad ante un sistema de transporte público considerado deficiente. Sin embargo, esta situación también llevó a un aumento de infracciones, como el cruce de semáforos en rojo o la circulación sin casco, lo que representa un riesgo para la integridad física de conductores, peatones y automovilistas.
Además, la falta de controles efectivos y la corrupción en algunas instancias de control vial agravaron el problema. Según vecinos y conductores, las motocicletas “aparecen por la derecha, se cruzan y frenan bruscamente, lo que transforma las calles en un escenario de caos y peligros constantes”. En muchos casos, los automovilistas, al intentar esquivar maniobras imprudentes de motociclistas, terminan involucrados en accidentes que los afectan a nivel económico y de salud, sin haber infringido ninguna norma.
La falta de uso de casco y la exposición a accidentes de gravedad llevan a una sobrecarga en el sistema de salud pública, particularmente en el hospital Padilla, donde el equipo médico se enfrenta a una gran demanda de pacientes politraumatizados provenientes de accidentes de moto.
El costo asociado con el tratamiento de estos pacientes, desde cirugías hasta la rehabilitación, implica -asegura el Gobierno- un gasto significativo para el Estado y un desgaste de los recursos disponibles para atender otras emergencias. /La Gaceta
