El truco para recalentar fritos y que queden crujientes como la primera vez

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Todos pasaron por esto: sobras del día anterior que esperan en la heladera, un antojo que vuelve a surgir y una pregunta que se repite: ¿Cómo hacer para que los fritos vuelvan a ser tan crujientes como cuando los disfrutamos por primera vez? La solución podría ser más simple y estar más cerca de lo que se piensa. Existe un truco sencillo para darle nueva vida a esos fritos que parecían condenados a la textura blanda y triste de un recalentado mal hecho.

En muchas ocasiones, la comida frita suele ser un lujo que se disfruta en reuniones, cenas familiares o simplemente en esos momentos en los que se necesita algo sabroso para consentir a los comensales. Sin embargo, la naturaleza de los fritos hace que, muchas veces, terminen en modo “sobras”. La razón es simple: son tan ricos y tentadores que se suelen cocinar o pedir por delivery en exceso, y, además, se enfrían rápido.

Es suficiente con que la comida frita alcance los 70° en la sartén para lograr una textura crujiente

Cuando se habla de comida frita, se trata de aquellos alimentos que se cocinan sumergidos en aceite caliente hasta desarrollar una superficie dorada y crocante. Los ejemplos más comunes incluyen papas fritas, nuggets de pollo, empanadas fritas, aros de cebolla, churros y croquetas. Todos estos tienen algo en común, que es ese crujido que satisface al primer mordisco, ese sabor inigualable que solo se logra mediante la fritura. Lamentablemente, cuando tratamos de recalentarlos, parece imposible devolverles esa magia inicial.

El microondas es el recurso más popular para recalentar comida, y aunque es perfecto para muchos platos, los fritos sufren bajo su poder. En lugar de volver a ser crujientes, acaban empapados y blandos. Este electrodoméstico calienta rápido, pero el vapor generado no tiene a dónde escapar y hace que la textura crocante se pierda. Los fritos terminan empapados, sin el más mínimo rastro de esa crocancia buscada.

Otro método común es el horno, pero a menudo resulta en un alimento demasiado duro o desigual en su textura. Esto ocurre porque el horno utiliza calor seco, lo cual puede extraer la humedad interna de los fritos. Si bien este método puede funcionar para algunas comidas, es difícil lograr que todos los fritos recuperen su característica crujiente original de manera uniforme, ya que el calor no siempre se distribuye de manera pareja y tiende a secar los alimentos más de lo deseado.

Las empanadas fritas y los churros suelen ser muy delicados y complicados de recalentar por sus rellenos húmedos

El truco sencillo: la sartén antiadherente

La solución más efectiva y sencilla para recalentar fritos y que vuelvan a quedar crujientes es usar una sartén antiadherente con un poco de aceite de oliva virgen extra, como menciona el medio especializado Slurrp. Se deben colocar las frituras sobre la sartén a fuego suave y darles el tiempo suficiente para recalentarse sin apresurarse. La clave está en la temperatura: es importante mantener un fuego bajo, lo cual permite que el aceite haga su trabajo sin que los alimentos se quemen o se sobrecalienten rápidamente. Es suficiente con que alcancen los 70 °C para lograr esa textura crujiente.

La clave del éxito de este truco está en el equilibrio entre calor directo y humedad. El aceite funciona como conductor del calor y ayuda a restablecer la textura dorada y crujiente, mientras que el fuego bajo permite que el calor penetre de manera gradual y evita que el interior se sobrecocine y que el exterior se queme.

La clave del éxito a la hora de recalentar un plato de comida frita está en el equilibrio entre la humedad y el calor directo

No todos los fritos se comportan igual al recalentarse. Algunos, como las papas fritas, los aros de cebolla o las croquetas, suelen responder muy bien a este método. Sin embargo, otros fritos que tienen un alto contenido de relleno húmedo, como algunas empanadas y churros, pueden tener más dificultades para volver a su estado ideal. En estos casos, es posible que la textura no sea tan perfecta como la primera vez, pero sin duda va a ser mejor que intentar usar un microondas. Y si el frito ya lleva varios días en la heladera y absorbió demasiada humedad, quizá sea momento de despedirse de él.

¿Qué recomiendan los nutricionistas sobre los fritos?

A pesar de lo rico que pueden ser los fritos, los nutricionistas prenden la alerta cuando se habla de ellos. Este tipo de comida, al ser cocinada en aceite, incrementa considerablemente su valor energético, lo que contribuye a una ingesta calórica elevada.

Otro aspecto importante a considerar son las grasas trans, que se generan durante la fritura cuando los aceites se calientan a temperaturas muy altas. Estas grasas son especialmente perjudiciales para la salud, ya que no solo elevan los niveles de colesterol “malo” (LDL), sino que también disminuyen el colesterol “bueno” (HDL). Por este motivo, los nutricionistas insisten en que el consumo de fritos debe ser ocasional, y que siempre es preferible optar por métodos de cocción más saludables que permiten conservar mejor los nutrientes de los alimentos sin añadir grasas innecesarias.