Qué se juega en las elecciones norteamericanas

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En las puertas de unas elecciones presidenciales trascendentales en los Estados Unidos, con un escenario político polarizado al máximo y con gran incertidumbre acerca del resultado de la compulsa, especialistas consultados evalúan el impacto para Argentina que puede tener un triunfo de Trump o de Kamala Harris.

De entrada, está claro que si el magnate platinado vuelve a la Casa Blanca, la agenda simbólica de Milei se verá notablemente fortalecida. Los libertarios locales coinciden con el ala más extrema del Partido Republicano en cuanto a la presentación de un discurso agresivo y difamador, en contra de las minorías y de la agenda de género e incluso negacionista en términos del cambio climático. Es la tribuna ciega y violenta de Twitter llevada al debate político de más alto nivel.

De modo que para la nueva derecha reaccionaria, de la cual Javier Milei es uno de los máximos exponentes a nivel mundial, un triunfo de Trump implica un gran impulso. En la región, también sería un espaldarazo para el bolsonarismo, que demostró en las últimas elecciones que está fuerte en Brasil.

Sin embargo, expertos advierten que a nivel estructural y puntualmente a nivel de financiamiento y apoyo material de los Estados Unidos, el resultado electoral tiene menos impacto para la Argentina que en términos simbólicos/ideológicos. En cualquier escenario, se mantiene el alineamiento absoluto de Argentina respecto de los EE.UU.

Fractura interna

“El escenario de profunda fractura interna que presenta la sociedad norteamericana es consecuencia de su declive relativo como potencia global, eso golpea a diferentes sectores sociales y económicos y va configurando esta polarización política tan profunda. A su vez, esta situación debilita la proyección del poderío estadounidense. En este cuadro, América latina, su patio trasero, sigue siendo clave. EE.UU. necesita una América latina alineada con sus intereses, pero tiene el problema de que no ofrece los incentivos materiales para garantizarlo, en medio del crecimiento de la influencia de China y otros actores”, explica Gabriel Merino, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina.

“En concreto, respecto de la disputa Trump-Kamala, está claro que el triunfo de Trump fortalece a la derecha más reaccionaria y conservadora. En tanto, Kamala representa a la derecha liberal tradicional. Ambos se oponen a las posiciones políticas de corte nacional y popular y autonomistas. En relación al impacto positivo para Milei de un triunfo Trump, más allá del sostén ideológico, sería cauto respecto de los incentivos materiales. Hay que ver qué pasa con el FMI, estamos en un escenario diferente del de 2018. En aquel momento, se trataba de apoyar a Macri para garantizar la salida de los capitales que habían entrado a través de la bicicleta financiera. El crédito del FMI vino a viabilizar la fuga de esos capitales. Al margen de la agenda ideológica, Milei está alineado a los Estados Unidos más allá de quién gobierne. De hecho, por ejemplo, Milei coincide con Kamala y no con Trump en el tema Ucrania”.

Proteccionismo

Un aspecto bastante contradictorio de la idolatría que le tienen los libertarios a Trump es que éste tiene una mirada de política comercial más proteccionista que los demócratas, lo cual claramente se lleva de patadas con la retórica del “Topo”.

Julieta Zelicovich, doctora en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional de Rosario e investigadora del área de Política Productiva de Fundar, considera que “en la propuesta de Trump hay algo muy concreto: la distancia ideológica implica un castigo pero la cercanía no premia. Entonces, es ingenuo pensar que la afinidad ideológica pueda traducirse en oportunidades de comercio e inversión. De hecho, Trump está proponiendo aplicar un arancel comercial horizontal para todos los países del mundo de un 10 a 20 por ciento y del 60 por ciento para China. Esto aplica tanto para los países amigos como para los distantes y representa un aumento de los costos para las exportaciones argentinas”.

“La propuesta de Kamala es más sofisticada en materia de política exterior, ya que apuesta a las ‘partnerships’, lo cual implica que los vínculos sí se pueden profundizar entre países amigos, lo cual obligaría a Milei a pulir la relación con los demócratas. De cualquier manera, cabe recordar que Argentina es un socio estable pero no relevante para EE.UU, como sí lo son México, Colombia, Brasil y Chile. La lectura internacional que tiene Milei es bastante maniquea e ideológica, no parece estar captando los matices y el giro proteccionista que supone Trump”, agrega Zelicovich.

Guerra comercial

Para Martín Burgos, economista de Flacso y del Centro Cultural de la Cooperación (CCC), “el impacto puede venir por la parte financiera, asociado a ver si hay algún tipo de financiamiento para el país desde Estados Unidos o vía el FMI. Pero también está el tema de las exportaciones, en dónde la cuestión pasa por saber si habrá una nueva guerra comercial”.

Si efectivamente gana Trump y se relanza la guerra comercial y nos guiamos por lo que ocurrió en 2018, es posible que baje el precio del poroto de soja en Estados Unidos y crezca en Argentina, Brasil y China. En su momento, la brecha de precios llegó a ser del 40 por ciento. En este caso, es posible que la soja de Estados Unidos se desplace hacia Argentina, y que desde ahí se procese y se exporte a China bajo formato de aceite de soja. Eso implicaría competir con las aceiteras de China, que están sobreinvertidas, y podría existir exceso de oferta en el mercado mundial. Esto puede implicar que los precios locales de soja y de aceite mejoren pero moderadamente. A diferencia de lo ocurrido en 2018, en este caso todos los actores esperan un escenario que ya se produjo, lo que da ventajas de información. Ya se sabe que China fue comprando más poroto de soja que lo normal en los últimos meses, acopiando para morigerar los impactos negativos de una guerra comercial. Además, su producción de soja creció de 12 millones de toneladas a casi 20 millones de toneladas este año”, agrega Burgos.

En tanto, para el ex Canciller Diego Guelar, “gane Trump o Harris, el impacto para Argentina es el mismo. Creo que va a seguir la política proteccionista y las eventuales inversiones en Argentina no dependen del color del gobierno norteamericano. Las inversiones dependen de nosotros, no hay soluciones mágicas ni en Washington ni en Beijing”.

La derecha

El historiador Néstor Restivo pone el foco sobre el impacto de un potencial triunfo de Donald Trump en el escenario de la política de América latina. “Si gana Trump, será un gran aliciente para el gobierno de Javier Milei. Pero no sólo para él sino también para el resto de las derechas más duras en la región, sobre todo para el bolsonarismo, que está fuerte, como se vio en las últimas elecciones regionales en Brasil. En definitiva, los sectores más recalcitrantes de la derecha van a tener más apoyo. Ahora bien, no está nada claro que esto se traduzca en más fondos, pero va a ser un empuje importante”, indica.

“Por el contrario, si gana Harris, el primero que se va a sentir apoyado en Lula Da Silva, que tiene una fuerte alianza con el Partido Demócrata. Lo curioso es que en el mundo en general pasa lo contrario, si gana Trump se espera que podría haber más alivio en algunas cuestiones asociadas a la guerra, en particular en relación a Ucrania, y si gana el Partido Demócrata, el grupo militar se fortalece, con los Biden, Harris, el Clan Obana y Clinton”, agrega Restivo.