El FC Barcelona aplastó al Real Madrid en el primer Clásico de la temporada. Todo parecía indicar que serían los azulgranas quienes se alzaran con la victoria, dado el inicio de campaña que habían registrado, pero en el fútbol, todo es posible. Tras una primera mitad, donde los de Ancelotti pudieron ponerse por delante, los segundos 45 minutos fueron un recital de fútbol del Barça. En lo deportivo, desmontaron al eterno rival. Y a nivel técnico también. Los de Hansi Flick, acostumbrados a adelantar la línea de los defensas, pillaron desprevenidos a los delanteros del Real Madrid, que eran incapaces de registrar una jugada en posición correcta.
Era el partido más esperado, la cita estaba marcada en el calendario desde hacía meses. Los azulgranas llegaban con la moral por las nubes, como dueños y señores de la competición doméstica y recuperados de un traspié inicial en la Champions. Los blancos, todo lo contrario. Habían registrado un inicio liguero gris, mientras que en la competición europea habían conseguido resarcirse con una remontada impecable ante el Borussia Dortmund. Parecía que las dudas y las costuras que llevaban evidenciando toda la campaña quedaban atrás justo a tiempo para recibir al FC Barcelona en el Santiago Bernabéu. Nada más lejos de la realidad.
La primera mitad fue un espejismo, donde los blancos pudieron llevarse el encuentro y pusieron una marcha más para adelantarse en el marcador. Las ocasiones de peligro se sucedían. Eran ellos quienes tenían el gol en sus botas, pero el balón no quería entrar. El final de los primeros 45 minutos llegaba sin que ninguno de los dos equipos fuera capaz de mover el marcador, aunque el sentir era que la victoria estaba más cerca de los blancos que de los azulgranas. La segunda mitad fue plenamente azulgrana, donde evidenciaron una superioridad que hacía años que no mostraban. El doblete de Lewandowski, el gol de Lamine Yamal y otro de Raphinha certificaron la victoria azulgrana ante los madridistas por 0-4.
Los fuera de juego
Sin embargo, a la superioridad futbolística se unió también la técnica. Los de Flick fueron capaces de anular a los delanteros del Real Madrid con un movimiento tan sencillo como adelantar la línea de los defensas. Este gesto fue suficiente para anular prácticamente todas las embestidas de los de Carlo Ancelotti. Kylian Mbappé y Vinicius vieron como el linier levantaba una y otra vez el banderín de fuera de juego para anular las jugadas, algunas de ellas incluso acabaron en gol, pero el tanto no subía al marcador.
Con un simple gesto, la defensa azulgrana ganó la partida a los atacantes del Real Madrid, mientras Lewandowski, Lamine Yamal y Raphinha se encargaron de certificar la victoria del FC Barcelona gracias a sus cuatro goles. Todo un recital por los cuatro costados que evidenció que el Barcelona de Flick nada tiene que ver con el de Xavi. El balón se movía al son de la música que ponían los jugadores de Flick. Esa música que llevan evidenciando toda la temporada. El duelo concluyó con un 0-4 en el marcador y el Real Madrid totalmente devastado. El Barça se llevó los tres puntos para desmarcarse en la competición doméstica, con seis puntos de ventaja y la corona a buen recaudo.