Italia empezó a deportar migrantes a los centros de Albania y estalló la polémica

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Desde Roma Los migrantes vuelven a ser motivo de conflicto entre el gobierno ultraderechista de Giorgia Meloni y los partidos opositores y organizaciones de derechos humanos luego que el poder ejecutivo destinara los primeros 16 inmigrantes a uno de los dos centros de “recepción” (pero sobre todo para la expulsión), construidos por Italia en Albania. De los 16 trasladados, 10 eran de Bangladesh y 6 de Egipto, dos países que el gobierno considera “seguros” según su criterio.

Si el país es “seguro” el migrante no debe recibir asilo en Italia, dado que las normas europeas e italianas en general hablan de refugio y asilo sólo para las personas que provienen de países con conflictos, guerras o persecuciones religiosas. La desesperación económica, el hambre, la desocupación, provocadas por las sequías, el cambio climático en general y otros factores, no son considerados motivos suficientes para recibir asilo en un país europeo.

Pero esta decisión de Italia de enviar los primeros expulsados a Albania fue condenada por la justicia de Roma que se basó en una decisión precedente de la Corte de Justicia Europea. La justicia de Roma anuló la detención de los migrantes en los centros italianos de Albania y ordenó el retorno de ellos a Italia. Fueron conducidos a Bari, al sudeste de Italia, donde podrán apelar ante la justicia.

Conflicto con la Justicia

Todo esto creó un importante conflicto entre los jueces y el gobierno que considera que la justicia no debe interferir en decisiones gubernamentales. “Pienso que no le toca a la magistratura decidir sobre este tema sino al gobierno”, destacó Meloni mientras la ultraderechista Liga, del viceprimer ministro Matteo Salvini, acusa a los jueces de ser “la izquierda judicial”. El ministro del Exterior y miembro del berlusconiano partido Forza Italia, Antonio Tajani, dijo por su parte que “el poder judicial debe aplicar las leyes, no impedir al ejecutivo de hacer el proprio trabajo”.

Ambas partes implicadas deberán afrontar difíciles momentos próximamente. Meloni deberá presentarse ante el Parlamento para justificar las decisiones de su gobierno en este campo. Los jueces del Tribunal de Roma deberán afrontar un recurso ante la Corte Suprema presentado por los abogados del gobierno.

Entre los opositores, el Partido Democrático (PD, centroizquierda), acusó al gobierno de “querer interferir en el poder judicial”, cosa que en una democracia no está permitido. Para la líder del PD, Elly Schlein, el acuerdo con Albania está al margen de la ley porque viola el derecho internacional. Los parlamentarios europeos de partidos italianos de centroizquierda han pedido al Parlamento UE que se inicie un proceso contra Italia por incumplimiento de normas europeas.

La lista de países “seguros”

Si bien se viene hablando desde hace tiempo de elaborar una única lista, no existe una lista de países “seguros” de la Unión Europea que sea obligatoria para todos los estados miembros. Cada país tiene la suya. En Italia eran 22 países en la lista hasta ayer. Para evitar las críticas de la Corte de Justicia Europea respecto a la expulsión de los inmigrantes de Bangladesh y Egipto, el gobierno de Meloni decidió con un decreto del lunes, disminuir de 22 a 19 países la lista de naciones seguras (a la que teóricamente pueden ser deportados tranquilamente los migrantes) que será actualizada periódicamente. Ahora están en la lista Albania, Bangladesh, Bosnia-Erzegovina, Cabo verde, Costa de Marfil, Egipto, Gambia, Georgia, Ghana, Kosovo, Macedonia dle Norte, Marruecos, Montenegro, Perú, Senegal, Serbia, Sri Lanka y Túnez, de donde llegan muchos migrantes a Italia. Fueron eliminados de la lista Camerún, Colombia y Nigeria.

Según la Unión Europea (UE), son sólo 19 países de sus 27 miembros, los que han adoptado listas de “países seguros”, pero las listas varían de uno a otro.

El concepto de “país seguro” ha recibido críticas de parte de las organizaciones de derechos humanos como la Asociación Europea de Derechos Humanos (AEDH), Euro Med Rights y la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), que sostienen que “ningún país puede garantizar que un estado sea seguro para todos sus ciudadanos” y temen que el uso de estas listas puedan producir discriminaciones y violación del derecho de asilo. Hay que tener en cuenta además, que en Europa son aceptados sólo los considerados “refugiados” es decir que escapan de países en guerra, con conflictos o donde hay persecuciones de todo tipo. El que escapa de países que sufren hambre, pobreza, no es considerado un refugiado y no tiene derecho a recibir asilo.

Las cifras

En la UE se viene discutiendo desde 2015 sobre la necesidad de crear una lista común de países seguros aplicable a todos sus miembros. El Pacto sobre Migraciones adoptado el 14 de mayo de este año, establece una serie de normas que “servirán para gestionar las llegadas de manera ordenada, crear procedimientos eficientes y normalizados y asegurar un reparto equitativo de la carga entre los Estados miembros”, dijo el documento. Pero hasta ahora no se han visto grandes efectos de estas medidas ni la realización de una lista común.

No obstante todo, los migrantes siguen llegando a Europa, especialmente a países del Mediterráneo como Grecia, Italia y España. Según datos del ministerio del interior italiano, en los primeros meses del 2024 llegaron por mar a Italia 33.480 migrantes, el 62,3% menos respecto a los 88.939 llegados en el mismo período del año pasado. Otros datos hablan que del 1 de enero al 31 de julio de este año llegaron a España 29.196 migrantes y a Grecia 29.673. En esta última semana, según la Agencia de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR), 1.898 migrantes desembarcaron en Italia. Hace dos días, fueron 400 los migrantes desembarcados en España, en el archipiélago de las islas Baleares y en Cabo de Gata. De enero al 15 de octubre de este año, desembarcaron en España 45.122 migrantes, según datos oficiales españoles.

Los centros italianos para migrantes en Albania

Gracias al acuerdo con el gobierno de Albania de noviembre de 2023, Italia pudo construir con material de prefabricados, un centro de recepción de migrantes en el puerto de Shengjin y otro en Gjader, ubicada a unos 20km del puerto, una exbase y aeropuerto militar abandonado.

Roma y Tirana acordaron que se acogería a unas 3.000 personas al mes, hasta un máximo de 39.000 al año, a partir de la primavera de 2024. Además, sólo serían llevados a Albania hombres adultos en buenas condiciones de salud. En principio, el acuerdo durará cinco años.

El centro de Gjader tiene hasta ahora unos 400 lugares disponibles para migrantes, puestos que deberían llegar a 800 cuando esté todo terminado. Unos 144 de esos lugares están destinados al centro de detención para los que ya han sido expulsados y otros 20 para el centro penitenciario para eventuales delincuentes.

Roma y Tirana acordaron recibir unas 3.000 personas por mes hasta un máximo de 39.000 al año. Pero después esa cifra fue disminuida a 1000 en cada estructura. El barco militar italiano Libra fue el primero en llegar a Albania la semana pasada, con los 16 expulsados. Cuando llegaron los recibió un grupo de activistas de derechos humanos que protestaban contra Italia. De los 16 recién llegados, dos fueron devueltos a Italia porque eran menores, y otros dos también por presentar “vulnerabilidad extrema”.

La idea del gobierno ultraderechista de Meloni es disminuir la presión de los migrantes que llegan a Italia y son alojados en los numerosos centros de acogida de las costas italianas. El objetivo de estos centros albaneses es también la “repatriación acelerada” de los migrantes a los cuales se rechaza el pedido de asilo. No está claro quien la pagará. Hay un fondo de la UE para las repatriaciones voluntarias, pero no siempre son voluntarias.

Meloni, que ha dicho que estas medidas ayudarán a controlar el tráfico de seres humanos, a prevenir los flujos migratorios irregulares y a recibir sólo a los que tienen derecho a la protección internacional, se ha declarado “orgullosa de que Italia sea un modelo para imitar”.

Los gastos

Según los opositores del gobierno, las medidas de Meloni son sólo propaganda antimigrantes que satisface a los electores de la derecha que no los quieren tener cerca. Porque ¿cuál es el sentido de transferirlos a Albania pagando millones de euros cuando las mismas operaciones podrían hacerse en Italia sin necesidad de tanto dinero?

En este sentido, el pasado lunes el gobierno de Meloni fue denunciado ante el Tribunal de Cuentas de Italia por el opositor Movimiento 5 Estrellas (M5S), a causa de los importantes gastos de fondos públicos programados para el envío de inmigrantes a Albania. El 30 de mayo el gobierno publicó un aviso de concurso para contratar naves que llevarían a los migrantes a Shengjin. El servicio de las naves contratadas habría debido iniciar a principios de setiembre y costaría, por tres meses, hasta 13 millones de euros, según lo denunció ante el Parlamento la diputada Elisabetta Piccolotti de la opositora Alianza Verde Izquierda. Pero cuando se decidió deportar a los 16 migrantes a Albania se hizo uso de una nave de la marina italiana, no adecuada al transporte de personas que tuvieron que dormir al aire libre dos noches hasta llegar a destino, según publicó el diario católico Avvenire.

Otro opositor como Carlo Calenda, líder del partido Acción, destacó que trasladar a los migrantes a Albania costará a los italianos entre 500 y 800 millones de euros. Este proyecto es “una mentira con un único objetivo electoral”, subrayó. El ex primer ministro Matteo Renzi, líder de Italia Viva, declaró por su parte que el gobierno desperdiciará unos 700 millones de euros – tomado de los impuestos que pagan los italianos- en un centro para migrantes en Albania y pidió que ese dinero en cambio sea destinado a la salud pública, a los jóvenes así no se van a vivir a otros países, a los policías y carabineros que controlan la seguridad en estaciones, periferias y ciudades.