El Presidente Javier Milei afirmó que “no hay que tenerle miedo al progreso económico” y que en Argentina “queremos ser un refugio para quienes apuestan al desarrollo tecnológico”, al disertar en el Tech Forum Argentina, evento que reunió en el Hotel Libertador a referentes de la tecnología y las finanzas digitales.
Sus 34 frases más destacadas:
Es un orgullo para mí, siendo un férreo defensor de un capitalismo de libre empresa que ha producido la mayor expansión tecnológica de nuestra historia, poder dirigirme a un público que apuesta diariamente a descubrir nuevas soluciones para nuestros problemas cotidianos, sabiendo que, en caso de ser exitosos en su cometido, sus esfuerzos serán recompensados con creces por el mercado.
Es muy interesante el concepto de destrucción creativa porque, obviamente, como todo lo que es nuevo y como toda innovación, siempre genera temor. Entonces, ustedes, por ejemplo, una de las cosas que se encuentran es que muchos de los políticos tienen miedo a esto; le tienen miedo a lo nuevo, a lo desconocido, digamos.
Lo primero que quisiera contarles es que, si tuvieran razón los luditas — que es una reflexión que se hace y que tiene que ver con Ludd, quien básicamente fue alguien que se quedó sin empleo porque apareció el telar—, entonces, básicamente, fueron y rompieron la máquina. La realidad es que, si tuvieran razón los luditas, hoy la tasa de desempleo en el mundo sería del 87,5%, lo cual no tendría ningún sentido, porque, si no se hubieran creado nuevos empleos, en el mejor de los mundos se habrían creado los mismos. Pero la población se multiplicó por ocho veces, por lo tanto, estaríamos en un problema bastante interesante, y eso no ocurre. Entonces, no hay que tenerle miedo al progreso tecnológico: se van a destruir empleos, pero se van a crear nuevos.
El problema es que a los políticos les gusta el control y no les gusta la flexibilidad.
Si ustedes se fijan, ¿cuál es la zona del mundo más regulada? Europa. ¿Y cuál es la tasa de crecimiento más miserable del mundo? Europa. Es decir, por eso Argentina es una gran oportunidad.
Más allá de todas las reformas estructurales que estamos haciendo, no hay nada que odiemos más que las regulaciones. De hecho, tenemos un ministerio que se dedica a desregular.
De nuevo, volviendo a lo que estábamos señalando antes, puesto en términos matemáticos: si tomamos la imprenta de Gutenberg desde el año 1450 como el gran año civilizatorio de nuestra especie, estimamos que el 95% de los avances tecnológicos y científicos se dieron después de este hito. Esto significa que el 95% de los inventos humanos se dieron en el último 0,2% de la historia de nuestra especie.
Para que tengamos claro el momento en el que estamos viviendo: nunca vivimos como estamos viviendo. Nunca el hombre estuvo mejor que como está ahora.
Como verán, yo soy optimista, y se nota. Saben que hay un grupo que son los tecnopesimistas y ven todo mal, pero bueno, que vayan y se vean con los marxistas y que se hagan un lugar con los hombres en las cavernas. El marxismo es una profecía autocumplida.
Tal como reza un proverbio antiguo: la necesidad es la madre de la inventiva.
Ayer dejó este mundo ese ser siniestro que fue el impresentable y repugnante ministro de Salud que tuvimos, cómplice de la cuarentena cavernícola más grande de la historia, y que además fue el responsable, junto al ex presidente Alberto Fernández, de la muerte de 100.000 argentinos. Porque si Argentina hubiera hecho las cosas como un país mediocre hubiera habido 30.000 muertos, sin embargo nosotros pasamos los 130.000. Por lo tanto, a pesar de que murió y a la gente le gusta manifestar, parece que los muertos se vuelven buenos. Este era un hijo de re mil puta y será recordado como un hijo de puta.
Si hubiéramos aplicado las ideas de la libertad hubiésemos tenido muchos menos muertos.
Además, en un modelo anarcocapitalista no hubiéramos tenido a una basura de presidente que utilizó la cuarentena y la extendió por motivos políticos para mejorar su imagen y tener un mejor resultado electoral.
¿Alguien quiere hacer una cuenta…? Para ver si desterramos estas estupideces de zurdos que quieren asesinar gente.
Hoy en la Argentina entraría 13 veces y medio toda la población del planeta Tierra. Y quedaría todo el resto del planeta para hacer todo lo que quieran. Se dan cuenta que todos esos que andan asesinando gente es porque son ignorantes o porque son unos hijos de puta.
En la medida en que hemos asegurado las libertades civiles y económicas, que son un derecho natural del hombre, el ritmo del desarrollo tecnológico se ha acelerado
Creo que he repetido hasta el cansancio que aquellos países que son más libres son 12 veces y medio más ricos que los reprimidos. Tienen 25 veces menos de pobres en el formato estándar y 50 veces menos en el formato extremo. Por eso estoy profundamente comprometido en que Argentina sea el país más libre del planeta, para que seamos el país más próspero del planeta.
Como dijo Ayn Rand, cuando usted advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada, entonces podrá afirmar sin temor a equivocarse que su sociedad está condenada.
Los ciudadanos del mundo están cansados de la política monetaria y el chamanismo económico, de la inflación, de que un zángano pueda triplicar la base monetaria por capricho como si fuera inocuo, siendo que no solo no es inocuo, sino que aparte empuja a la pobreza a cientos de miles con el accionar de un botón, sin ningún otro fin que el de obtener rédito político.
Hace unos días se viralizó un video que comparaba una descarozadora de aceitunas nacional con una europea. Y la europea descarozaba cuarenta veces más rápido. ¿Por qué en Europa pueden y acá no? Tiene que ver con todas las trabas y las regulaciones que hay acá. Como les decía antes, para desandar este camino tenemos que reencontrarnos con verdades que están en el pasado profundo de nuestra historia.
Eso es lo que venimos a hacer. Abrazar el comercio y la competencia y convertirlos en nuestros más altos estándares, para que los argentinos puedan acceder a tecnología de punta a precios competitivos sin enriquecer a aduaneros inútiles en el camino. Para que la productividad de todos nuestros trabajadores se potencie, pudiendo acceder a mejores herramientas de todo el mundo, que multipliquen el valor generado por los argentinos.
Nosotros estamos trabajando para proponer un modelo federal marcado por la competencia fiscal, con pocos impuestos nacionales para garantizar el funcionamiento del Estado y la seguridad, para que luego cada provincia y municipio pueda decidir qué carga impositiva quiere imponer sobre sus ciudadanos, y sean estos quienes tengan la posibilidad de elegir el estilo de vida que deseen vivir y sepan perfectamente qué reciben o dejan de recibir por los impuestos que pagan. De hecho estamos avanzando en esto, estamos obligando a que quiten de las facturas las tasas municipales, y aquellos que se resistan y no lo quieran hacer, les sacamos las sucursales del Banco Nación. Y si no, le proponemos al Banco Nación que lo separe para que sepan cuánto tiene que ver con el servicio y cuánto con los degenerados fiscales.
Así estamos empezando a generar también la competencia entre provincias y municipios. Así las provincias y municipios con responsabilidad fiscal serán atractivos y prosperarán. Y los que no, tendrán que explicarles a sus votantes por qué sus provincias se empobrecen. ¿Saben lo que es para un intendente, que los tiene todo el día en la cara, explicarles que les cobra más impuestos para tener una vida peor que los demás?
Ustedes no se dan cuenta del momento que estamos viviendo. Es maravilloso. Les estamos rompiendo todas las bases de esta mentira llamada Estado. Es decir, no hay otro camino. Queremos volver a ser atractivos para el capital y para los ciudadanos de todo el mundo, como lo fuimos hace cien años, cuando fuimos la mayor tierra de oportunidades del mundo. Aunque parezca mentira, la gente cuando salía de Europa elegía ir o a Estados Unidos, que lo tenía enfrente por decirlo de alguna manera, o venir a un lugar muy lejano, que era Argentina.
Por eso muchas veces voy a los foros internacionales y les digo que vengo de un futuro apocalíptico, lo que están haciendo ya lo hicimos y no funciona.
Queremos devolverles la libertad a los ciudadanos, y vaya que lo estamos haciendo. Nosotros con la Ley Bases y el DNU hicimos una reforma estructural que es ocho veces más grande que la que hizo Menem, siendo que Menem hizo la reforma estructural más grande de la historia argentina. Es decir, ustedes están verdaderamente frente a un momento histórico, donde hicimos la reforma estructural más grande de la historia argentina. Y eso lo hicimos con el 15% de la Cámara de Diputados y el 10% de la Cámara de Senadores. Eso que sonaba imposible, lo hicimos nosotros.
No hay nada que no sea imposible. Ninguno de sus sueños son imposibles. Todos sus sueños los pueden hacer realidad. Lo único que necesitan es tener confianza. Y la confianza la van a tener cuando ustedes se paren en sus propios zapatos y no cuando lo esté haciendo el Estado por ustedes, porque entonces no van a hacer nada.
Esas dos reformas, que en realidad son 800, pero en dos paquetes, implica un salto en los niveles de libertad económica de 90 puestos. Es decir, hoy Argentina institucionalmente empezaría a parecerse a países como Alemania, Francia o Italia.
Pero a mí eso no me resulta suficiente. Nosotros tenemos 3.200 reformas estructurales pendientes. Y nuestro objetivo es convertirnos sin lugar a dudas en el país más libre del planeta, y no tengan dudas que lo vamos a lograr. Entonces, mientras que algunas potencias de Occidente menosprecian el papel de la libertad en el desarrollo tecnológico y en consecuencia en la prosperidad misma, la Argentina vuelve a abrazar las ideas de la libertad después de más de un siglo.
Y mientras los países desarrollados se vuelven pesados en regulaciones injustificadas y ahuyentan la inversión tecnológica, nosotros quitamos las regulaciones e invitamos a los capitales argentinos y del mundo a desarrollarse aquí. Nosotros queremos ser un refugio para quienes apuestan al desarrollo tecnológico, tanto aquí como a lo largo y ancho del planeta, porque confiamos en la relación natural entre libertad, innovación y progreso económico.
Cabemos que la condición única que tiene el ser humano que lo distingue de los animales, que es la condición de crear, reside una consigna básica del espíritu humano: ir siempre más allá. Porque cuando alcanzamos un objetivo no nos sentamos en nuestros laureles, nos preguntamos qué sigue y buscamos la próxima frontera. Siempre avanzar, nunca retroceder. Por eso el optimismo tecnológico es casi una obligación moral, porque nuestro futuro depende de ello.
La innovación tecnológica no es otra cosa que hacer más con menos. No hay que tenerle miedo. Al contrario, hay que tenerle miedo a la inercia, a la quietud, al estancamiento. Es más, a lo único a lo que hay que tenerle miedo es al miedo mismo.
A nosotros ya nos conocen. No tenemos miedo, claramente, y cuando encontramos un obstáculo no frenamos, aceleramos. Así hacemos las cosas y así es como vamos a sacar a la Argentina de los 100 años de miseria a la que la condenaron.
Si volvemos a abrazar las ideas de la libertad que alguna vez nos hicieron grandes, no tengo dudas que la Argentina será próspera, y no tengo dudas que el futuro será mejor que el presente.