El Gran Premio (GP) de Estados Unidos es una de las carreras más importantes del campeonato de Fórmula 1 y se realiza en diversas locaciones desde 1959. Desde entonces, hubo varias ediciones inolvidables, no solo por logros deportivos, sino también por grandes polémicas.
En 2005, un problema con los neumáticos de la empresa francesa de Michelin desató un episodio bochornoso que quedó marcado en la historia: se retiraron siete de los diez equipos que se tenían previstos para el circuito de Indianopolis, que fue trazado en el Óvalo Sagrado del recinto de Indianapolis Motor Speedway (IMS).
El polémico Gran Premio de Estados Unidos
En ese momento, las cabezas de la competencia eran Bernie Ecclestone, presidente y director ejecutivo de F1; Max Mosley, presidente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA); Tony George, director ejecutivo en Indianapolis Motor Speedway (IMS), y Charlie Whiting, director de carrera de la F1. En concordancia con los eventos desafortunados, ese mismo año se había impuesto una nueva regla que obligaba a los pilotos a utilizar solo una tanda de neumáticos para la clasificación.
El 19 de junio se pronosticaba que iban a correr tres equipos con neumáticos de Bridgestone (Ferrari, Jordan y Minardi) y otros siete estaban equipados por Michelin (Toyota, Renault, BAR, Red Bull, McLaren, Sauber y Williams). Sin embargo, los corredores de la empresa francesa se echaron atrás después del accidente que tuvo Ralf Schumacher en el entrenamiento del viernes 17 mientras salía de la curva 13.
Los siete corredores con neumáticos Michelin se retiraron del circuito
John Howett, el entonces director del equipo de Toyota, comentó en su momento: “El de Ralf fue un gran golpe, y todos nos sentimos aliviados de que saliera del auto. Estuvieron repitiendo las imágenes del incidente y parecía que el neumático trasero izquierdo se había roto. Dimos unas vueltas más en esa sesión, y cuando Jarno entró, había lo que parecían ser cortes verticales en la pared lateral de la parte trasera izquierda. Sabíamos que teníamos un problema”.
La situación empeoró cuando Michelin encontró otros tres equipos con una situación similar. Cuando convocaron a una reunión, resolvieron verificar los neumáticos para comprobar si se trataba de un problema del lote. La revisión sucedió por la noche y, al día siguiente, la empresa no brindó un panorama positivo para sus corredores.
“Se creaba una onda en la pared lateral al pasar por el peralte. Se creía que la frecuencia del chasis y el diseño de las suspensiones del Toyota acentuaba ese problema al paso por el peralte, pero no parecía que tuviéramos más carga aerodinámica que otros equipos”, agregó Howett.
En sus declaraciones en 2015, el director de carrera recordó que el equipo Michelin les comentó que el problema era la flexión de los flancos. Se les sugirió a los corredores que elevaran la presión de los neumáticos y no se rodara mucho durante las prácticas del sábado. Sin embargo, el gran problema era el día de la competencia.
De acuerdo con Whiting, la compañía sugirió que se redujera la velocidad en la parte del óvalo. Sin embargo, no era justo para los equipos de Bridgestone. También le habían propuesto a Ecclestone y George que pusieran un chicana en la Curva 13, que parecía ser el centro del problema. Aunque al principio estuvieron de acuerdo, Whiting y Mosley afirmaron que no, eso no era una opción.
El día de la gran carrera en el GP de Estados Unidos, con un final imprevisto
Charlie continuaba firme con su postura sobre la chicana. Howett comentó que la posición de Whiting era porque “no había sido probada”, por lo que no tampoco era una opción muy segura. Además, agregó que las propuestas de la FIA era levantar “la prohibición de correr con un solo neumático, pedirle a los pilotos que levantaran la velocidad en esa curva o que activara el limitador de boxes”. Los pilotos igualmente no estaban de acuerdo, ya que cambiar la configuración del monoplaza en mitad de una curva era inseguro.
No se pudieron encontrar soluciones que favorecieran a todos los equipos por igual y dejaran contentos a los dirigentes. Por el contrario, la pista se llenó de fanáticos entusiasmados que cambiaron su postura, comenzaron a abuchear y a tirar vasos de cerveza dentro del circuito, cuando observaron que los equipos de Michelin se retiraban a los boxes antes de llegar a la curva 13. De esa manera, solo quedaron seis autos en pista.
Como resolución para los afectados, Michelin tuvo que reembolsar el dinero y entregar 20.000 entradas gratuitas para el GP del año siguiente. Sin embargo, el episodio dejó una gran mancha sobre el Fórmula 1 que fue difícil de borrar. En los medios de comunicación, la carrera del domingo19 de junio comenzó a llamarse “Indygate”.