La mayoría de los héroes que participaron en la Independencia de México se encuentran sepultados en el monumento del Ángel de la Independencia, ya que este sitio representa los ideales de libertad que se tienen en el país.
Sin embargo, el caso de Fray Servando Teresa de Mier es muy distinto y un tanto curioso, pues aunque se trata de uno de los personajes de la Independencia, sus restos no se encuentran en este sitio, sino que están desaparecidos desde hace más de un siglo.
José Servando Teresa de Mier Noriega y Guerra nació el 18 de octubre de 1763 en Monterrey, según la Memoria Política de México, fue hijo de Joaquín de Mier Noriega, quien era regidor del Ayuntamiento de Monterrey (Nuevo León); y de Antonia Guerra, descendiente de los primeros españoles en la región.
Estudió filosofía y teología en el Colegio de Porta Coeli, donde también se ordenó sacerdote. Posteriormente obtuvo el grado de doctor en teología por la Universidad de México, convirtiéndose en fraile a los 27 años. Esto le permitió, según la Memoria Política de México, regresar al convento de su orden para dedicarse a enseñar filosofía.
El exilio y el interés por la Independencia
Su vida estuvo marcada por el exilio y la reclusión. Según la historiadora Doracilia Carmona, Mier era un predicador renombrado, pero sus controvertidas afirmaciones sobre la Virgen de Guadalupe, lo llevaron al exilio en Europa.
Según la Memoria Política de México, en su discurso eclesiástico de ese 12 de diciembre aseguró que “la imagen estaba estampada sobre una tela del siglo I, no en la tilma de Juan Diego.” Además, afirmó que “Santo Tomás era Quetzalcóatl y que los indios conocían los dogmas fundamentales del cristianismo”
Fue condenado a permanecer 22 años en el convento dominico de Caldas, en las colinas de Santander, España, posteriormente lo trasladaron a distintos recintos pertenecientes a los dominicos donde protagonizó varios intentos de fuga, durante ese tiempo en el que no podía ejercer el sacerdocio se dedicó a estudiar filosofía y política.
Mier viajó de España a Francia, en 1802 se dirigió a Roma para luego, en 1804, volver a España donde se convirtió en un ferviente defensor de la Independencia hispanoamericana.
Sus ideas fueron expuestas por medio del periódico “El español” y el “Semanario Patriótico Americano” donde colaboró con obras críticas sobre la “Revolución de la Nueva España”, tales como:
- Proclama de los Valencianos del Ejército de Cataluña a los del Ejército de Valencia
- Carta de un americano
El último viaje registrado fue el que hizo a Londres, lugar donde conoció a Xavier Mina, cuyo pensamiento, según la Memoria Política de México, refería que “América se había de liberar de Europa, pues con el dinero de América se financiaba el despotismo; creía que España no perdería con la independencia de sus colonias, sino ganaría como lo había hecho Inglaterra al acceder a liberar las suyas”
El regreso a la Nueva España
Su regreso, se llevó a cabo como parte de la expedición de Francisco Xavier Mina de 1817, poco después de desembarcar en Tamaulipas, los realistas lo tomaron prisionero para ser recluido en la prisión de San Carlos.
Xavier Mina falleció en combate, mientras, Fray Servando iba a ser deportado a España, sin embargo -y según distintas biografías-, escapó a La Habana para luego transportarse a Estados Unidos, lo que hoy es Nueva Orleans y Filadelfia.
Una vez consumada la Independencia, regresó a México, donde fue enviado preso al Castillo de San Juan de Ulúa, pero lo liberaron para ser elegido diputado de una provincia de Nuevo León.
Posteriormente, se convirtió en enemigo del primer emperador de México, Agustín de Iturbide, según el portal de Memoria Política, se asegura que Mier se oponía a la monarquía, por ello el Emperador lo mandó encarcelar en el convento de Santo Domingo, del cual también se fugó.
Tiempo después fue elegido como diputado para el Segundo Congreso Constituyente en 1823 y pronunció el “Discurso de las Profecías”.
Firmó la Constitución de 1824 y el presidente Guadalupe Victoria lo llevó a vivir a su lado cuando ya se encontraba muy enfermo.
La momia de Fray Servando, venta y desaparición
Falleció el 3 de diciembre de 1827 en la Ciudad de México, Nicolás Bravo -presidente en turno- presidió su funeral para que posteriormente fuera sepultado en el templo de Santo Domingo.
La Memoria Política de México, menciona que su cuerpo fue exhumado y momificado en 1842, es decir, fue desenterrado y colocado en un sitio especial junto a otros frailes.
Para 1861 los liberales “saquearon” las tumbas en busca de tesoros, luego exhibieron los cuerpos momificados como una muestra de los privilegios que tenía la Inquisición.
El portal México Desconocido, ligado con la Secretaría de Cultura, menciona que no se trató de un saqueo, sino de la demolición del convento y que los liberales aprovecharon para sacar a las momias.
Después, México Desconocido asegura que fueron alrededor de 14 momias vendidas y a partir de aquí la historia varía pues según la Memoria Política de México, se las vendieron a un Italiano que se las llevó.
Mientras que México Desconocido, asegura que: “el comprador fue un hombre llamado Bernabé de la Parra, dueño de un circo trashumante.” Sin embargo, la última vez que se tuvo noticias de estas momias fue en el siglo XIX, en un circo en Bélgica”.
Sin embargo, hay otra versión del mismo México Desconocido que afirma: “El 13 de agosto de 1895 fue el último año que se supo de estas momias, concretamente de solo una de ellas, estaba en Buenos Aires, Argentina”.
Lo que es seguro es que hasta la fecha, tanto México Desconocido como la Memoria Política, afirman que se desconoce el paradero de las 14 momias en las que puede estar incluida la de Fray Servando.