Tras sorprender con la extracción de litio del mar, China ha sido descubierta en una gran mentira. Lleva años dominando una tecnología que podría marcar el curso de las cosas. Ciñéndonos a la historia mundial, no resulta extraño que el país de Asia Oriental domine una las tecnologías más buscadas. A partir de la Segunda Guerra Mundial, tuvo lugar una modificación profunda de la geopolítica, que conformó dos centros de poder: Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Mientras tenía lugar la disputa, los centros de poder anteriores, liderados por Londres, Berlín, París y Roma, fueron desplazados de manera definitiva. Por su parte, China siempre estuvo a la cabeza de su propio sistema internacional. Dejó su posición de líder después de perder una guerra contra Japón en 1894 y, a mediados de siglo, tras la devastación causada por la Segunda Guerra Mundial, enfrentó una guerra civil que terminó con la victoria del partido liderado por Mao Zedong y la república dividida en dos estados.
Desde las reformas de gobierno proclamadas por Deng Xiaoping, a partir de 1978, la República Popular China fue convirtiéndose en una creciente potencia económica. Pasó por una reforma industrial y vio llegar importantes desarrollos científicos y tecnológicos. El país asiático lanzó hace años la red de comercio y de influencia política que, por medio de ferrocarriles, carreteras y puertos marítimos conecta más de 60 países. Desde la última década, tiene el liderazgo de los grandes cambios globales, con importantes socios comerciales y aliados geopolíticos.
China lidera esta tecnología emergente y nadie lo sabía: le lleva ventaja a Europa
China ya ha causado estragos en Europa con sus coches eléctricos, un capítulo que puede volver a repetirse con la tecnología vinculada al hidrógeno. En la búsqueda del combustible del futuro, mucho se ha hablado sobe el hidrógeno. Sin embargo, la dificultad de llevarlo al transporte y la enorme inversión que acarrearía la infraestructura necesaria para implementarlo han dejado a Europa muy atrás del gigante asiático.
Todas las provincias de China, excepto Tíbet, han levantado, como mínimo, una hidrogenera y ya suman 354 operativas que distan mucho de las 178 de Europa, según los datos aportados por la firma de investigación de mercado Interact Analysis y el Observatorio Europeo del Hidrógeno, registrados por Autonews Europe.
El objetivo de China es llegar a las 1.200 hidrogeneras en funcionamiento para finales de año. Otra cifra que está muy lejos de la pronosticada por el Consejo de Hidrógeno, que estima que el número de la Unión Europea alcance las 650 a finales de la década. La mayoría tienen su ubicación en Alemania (96), Francia (21) y los Países Bajos (14).
En Europa el vehículo de hidrógeno no está teniendo el alcance que se esperaba precisamente por la falta de infraestructura. De acuerdo a los datos recogidos por Autonews Europe, las ventas del modelo Mirai de Toyota solo llegaron a las 804, mientras que la pieza Nexo de Hyundai registró 110.
La tecnología del futuro en manos de China: el golpe más duro para Europa
Corea del Sur y Japón, sede de fabricantes pioneros en hidrógeno como la japonesa Toyota, disponen de 159 y 161 estaciones activas respectivamente, según Interact Analysis. Estados Unidos cuenta con 56 abiertas y busca la apertura de 35 más.
Estos aspectos “han provocado un desarrollo más lento de la industria mundial del hidrógeno de lo que se esperaba anteriormente”, especialmente en Estados Unidos, expone el informe. Pero este no es el caso de China, donde la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma planea la obtención de 50.000 autobuses de hidrógeno en marcha para finales del próximo año, y los que ya funcionan usan las hidrogeneras disponibles. También está abriéndose espacio para el ingreso de camiones pesados equipados con pila de combustible de hidrógeno.
En conclusión, China domina la tecnología vinculada al hidrógeno, una guerra que tiene con Occidente y que se suma a la del coche eléctrico.