“No hay nada que se pueda comprar con dinero que no se pueda comprar con confianza”, aconsejaba Francisco Caputo en sus tiempos de coach, años antes de pedirle aportes a los empresarios en nombre de su hermano Santiago.
Francisco es dos años mayor que el líder de los Peaky Blinders y fue al mismo colegio, el Belgrano, donde compartió clases con otros proto libertarios.
Antes de mutar a recaudador de campaña, Francisco se dedicaba a la enseñanza de Potencial Humano y daba consejos para “relaciones de pareja efectivas y sostenibles”. “¿Por qué es que no tenemos dinero? Muchas veces porque nos falta confianza en nosotros mismos”, decía el entrenador Caputo, en una imitación del gurú Frank T.J. Mackey interpretado por Tom Cruise en Magnolia (New Line Cinema, 1999).
“Tienes el poder para crear la vida que declares”, dice uno de los aforismos de Super Humanos, el equipo de coaching del que participó Caputo antes de meterse en política.
Ahora el coach abandonó los consejos y pasó a la acción. Tiene un doble rol en el mundo libertario. Por un lado está buscando meter directores en las empresas en las que el Estado tiene participación por medio del Fondo de Garantía de Sustentabilidad, es decir, las más importantes.
El otro rol del Caputo coach es el que a hacer ruido entre los empresarios. Es que Francisco ya es visto como el cajero del asesor estrella de Milei. en la Rosada entraron en alarma luego de que La Nación revelara que el triángulo de hierro trabaja en una fundación para recaudar fondos.
La fundación no terminó de diseñarse pero sí sus objetivos: a través de ella los Caputo preparan encuentros con empresarios y les piden entre 20 mil y 40 mil dólares por cabeza, según comentó un dirigente libertario al tanto de la movida. Ese voucher les permite a los empresarios una charla con el propio Javier Milei y con el equipo económico de Luis “Toto” Caputo, muy necesario en la Argentina para destrabar temas en el Estado.
Lo más llamativo es que les piden a los donantes que facturen. Los empresarios suelen aportar en negro para las campañas y son reacios a dejar los dedos marcados. “Algunos van a aportar, pero siempre te queda el miedo que después te denuncien por lavado de activos”, afirmó a LPO un empresarios al tanto de la movida libertaria.
De hecho, como en tantas otras cosas, Santiago Caputo está copiando diseños políticos del PRO, donde hizo sus primeros pasos en la consultoría política. Lo curioso es que esa idea de “blanquear” aportes de campaña con fundaciones no salió bien.
En su momento la Justicia puso el ojo en la Fundación Pensar, el “think tank” del PRO, por la donación de fondos para la campaña presidencial de Mauricio Macri de 2015. Ese año, el entonces ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, fue investigado por la fiscal federal Paloma Ochoa por presunto fraude al Estado y lavado, en una causa en la que se analizaron una serie donaciones a favor de Pensar.
