Tomas de facultades: la policía desalojó una clase pública en Tucumán

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La Policía de Tucumán, en la mañana de este miércoles, desarmó el corte de calle que habían hecho estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán para tener una clase pública en medio del reclamo por el financiamiento universitario. Las imágenes muestran cómo las fuerzas policiales aplicaron el protocolo antipiquete del Ministerio de Seguridad de la Nación, encabezado por Patricia Bullrich, pese a que su implementación está limitada a la Ciudad de Buenos Aires.

El reciente desalojo realizado por la policía tucumana en plena avenida Benjamín Aráoz se enmarca en un conflicto en escalada, con antecedentes en distintas regiones del país. En provincias patagónicas como Santa Cruz, fuerzas policiales se desplegaron en los campus alegando haber recibido “denuncias por disturbios”, mientras que en la provincia de Buenos Aires intentaron bloquear el acceso a la Universidad de La Matanza (UnLaM).

Las imágenes, capturadas por quienes estaban presentes, muestran cómo las fuerzas policiales intentan retirar los bancos y dispersar a los estudiantes que asistían como oyentes, vulnerando así la autonomía universitaria.

“Liberamos la calle, la avenida. La clase de ellos es otra cosa, eso no corresponde a nosotros”, dijo el comisario encargado del operativo al periodista Franco Carletto, de FM La Tucumana.

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“La gente tiene derecho a transitar, de ir al médico y trabajar”, agregó. “Tenemos un protocolo que es que las calles estén libres. Nadie puede cortar una avenida porque tenga un reclamo. Ellos pueden hacer un reclamo pacífico de la puerta hacia adentro”, explicó el policía.

Asimismo, la docente a cargo de la clase pública, contó que se encontraba “organizando a los alumnos de su comisión”, y aseguró que “no estamos pensando suspender, sino darla en la vereda. Me parece un poco peligroso por los autos, pero la vamos a dar”.

La polémica frase del biógrafo de Javier Milei sobre las tomas estudiantiles

Recientemente, Nicolás Márquez, escritor y biógrafo de Javier Milei, tuiteó: “¿Vieron que al final ‘La Noche de los Bastones Largos’ no fue un error?”, una afirmación polémica dado el contexto de represión estudiantil.

La Noche de los Bastones Largos, que tuvo lugar el 29 de julio de 1966, fue una violenta represión de una protesta universitaria en la que las fuerzas policiales atacaron a estudiantes y docentes que reclamaban por la autonomía universitaria y la democratización del sistema educativo, que terminó con un saldo de 300 heridos y 400 detenidos.

El General Juan Carlos Onganía había decretado no solo la intervención de las universidades nacionales, sino también la “depuración” académica. Es decir, expulsar a cualquier tipo de oposición que realizara alguna actividad dentro de aquellos establecimientos educativos.

El precio que pagó la Argentina por esa noche fue el más alto de su historia: entre despedidos y renunciantes fueron 700 los docentes que se alejaron de la universidad, muchos para seguir sus carreras en el extranjero.

Paralelamente, en este contexto crítico para el sistema universitario, Milei, en una entrevista con LN+, aclaró: “La universidad seguirá siendo pública y no arancelada, eso no está en discusión“. También afirmó que “la universidad pública y el no arancelamiento no se tocan, porque gratuita no es. Alguien la está pagando, y la mayoría de los que pagan no asisten. El que va, es un beneficiario neto; el que no va, es un pagador neto. Gratis no es”.

Sin embargo, el reclamo de estudiantes, docentes y no docentes trasciende la oposición al veto a la Ley de Financiamiento Universitario. Los manifestantes hacen hincapié en la necesidad de mejorar los salarios docentes, que han sido objeto de críticas por su insuficiencia frente a la inflación y el costo de vida actual.

Además, exigen un compromiso real por parte del gobierno para implementar auditorías en el sistema educativo, asegurando así una gestión transparente y responsable de los recursos públicos destinados a la educación.