Nicolás Otamendi, en su mejor momento en la selección argentina: además de evitarlos, ahora hace goles, y hasta lo amonestan poco

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Es, como Lionel Messi, uno de los dos sobrevivientes de la “Generación Plateada” de la selección –la que perdió tres finales en tres años– que acuñaron el oro en Qatar y quedó en el bronce eterno de la historia albiceleste. Está, a la par del crack rosarino, al tope de la lista de los anotadores argentinos en las eliminatorias y es uno de los bastiones del conjunto dirigido por Lionel Scaloni. A sus 36 años, Nicolás Otamendi disfruta de uno de sus mejores momentos en la selección y de esta faceta goleadora que es toda una novedad en su carrera. Sus tantos frente a Paraguay (1-0), Brasil (1-0) y Venezuela (1-1) aportaron 37% de los puntos de Argentina en su camino al Mundial de 2026.

El General –apodo puesto por sus compañeros– los hace y también los evita: una salvada suya en el área chica impidió el empate de Venezuela en el cierre del primer tiempo. Y aunque luego perdió la marca en el gol de Salomón Rondón, redondeó otra actuación convincente que lo mantiene entre los 11 para el partido del martes con Bolivia. Capitán sin cinta, referente del vestuario y quinto jugador del seleccionado en presencias a lo largo de la historia (lo superan Messi, Javier Mascherano, Ángel Di María y Javier Zanetti), Ota recuperó su lugar en la defensa y se mantuvo estoico en una selección en constante proceso de recambio.

Nahuel Molina Lucero, Julián Álvarez, Germán Pezzella y Otamendi, en el ámbito de una práctica para la Copa América de Estados Unidos; los compañeros apodan

Nada fue sencillo para el nacido en El Talar el 12 de febrero de 1988. Para aquel chico al que su mamá le llevaba la vianda a la salida del colegio y que tomaba tres colectivos desde Benavídez para entrenarse en las divisiones inferiores de Vélez en Parque Leloir. Épocas en que también practicaba boxeo por influencia de su padre y de su primo, sin llegar a competir oficialmente. De chico forjó ese carácter y ese espíritu de superación personal que llegaron a convertirlo en uno de los mejores zagueros del mundo. “Si se rompía un tobillo, igual estaba listo para jugar”, dijo alguna vez Josep Guardiola, su director técnico en Manchester City. Resistió los golpes más duros y hoy es lugarteniente de Messi en la Argentina campeona del mundo.

Junto a Messi y Di María, Otamendi fue uno de los pocos futbolistas de la selección que lograron sacarse la espina de las finales perdidas. Fue titular en la Copa América en 2015 y en 2016 y quedó al margen del Mundial 2014 por decisión de Alejandro Sabella. Sin embargo, fue en 2010 cuando vivió su momento más doloroso con la camiseta de la selección: Diego Maradona lo llevó a Sudáfrica tras sus 53 partidos en la primera, el defensor jugó como lateral para clausurar el sector derecho y Alemania vapuleó con un 4-0 a Argentina en lo que terminaría resultando la despedida del director técnico del seleccionado. La revancha para Ota llegó recién en 2021, con la obtención de la Copa América que inauguró la era más gloriosa del equipo nacional.

En su apenas quinta actuación en Benfica, Otamendi, ex futbolista de Porto, se ganó la capitanía de las Águilas; en el club portugués se consolidó como uno de los defensores importantes de la actualidad en el fútbol.

Más maduro que en etapas anteriores, recibió una sola tarjeta amarilla en sus últimos 24 encuentros; capitán en Benfica desde su quinto partido en las Águilas y pieza fundamental en el fondo de Argentina, Otamendi ganó el reconocimiento de los hinchas con base en esfuerzo, sacrificio y goles. Sucede que el ex futbolista de Porto, Mineiro y Valencia se destapó en las eliminatorias con tres goles importantes para el liderazgo de Argentina.

El primero, contra Paraguay, fue una espectacular volea de derecha que le dio a la selección la tercera de cuatro victorias consecutivas. Luego, tras el cimbronazo del 0-2 ante Uruguay, dio el presente en la red para vencer a nada menos que Brasil en el estadio Maracanã, la noche en que la verde-amarela perdió por primera vez en casa por eliminatorias y que tuvo a Nicolás como figura estelar tras su flojo desempeño en la derrota a manos de la Celeste. Y su último tanto se dio este jueves en Maturín, tras una serie de rebotes en el área que lo encontraron en el lugar indicado: en la puerta del área chica y con el arco desguarnecido.

El gol a Venezuela

Lo extraño del caso es que Otamendi suma casi tantos goles en las eliminatorias rumbo a 2026 como en el resto de su trayectoria en la selección, en la que había marcado cuatro: uno, a Venezuela en 2011; otro, a Panamá en la Copa América 2016; otro a la propia vinotinto en la clasificación para Rusia 2018, y otro, frente a España en el recordado 1-6 con Jorge Sampaoli al mando antes del Mundial de hace seis años.

Otamendi convierte su penal en la serie contra Ecuador, por un cuarto de final de la Copa América de Estados Unidos; en ese torneo, el defensor perdió la titularidad, pero luego se recuperó y ahora está en un alto presente en el seleccionado.

Pero Otamendi perdió el puesto justamente tras la victoria sobre Brasil en Río de Janeiro y jugó un solo partido como titular en toda la Copa América Estados Unidos, frente a Perú, con Argentina ya clasificada. Al caudillo del equipo, uno de los mejores en el Mundial de Qatar (la final fue una excepción), como y Emiliano Martínez, le tocó vivir desde afuera la cuarta conquista de esta generación. Scaloni se inclinó por Lisandro Martínez, un jugador más joven, más técnico, no tan dotado de tanto juego aéreo pero sí de mejor salida por abajo.

Con Lautaro Martínez, Ángel Di María, Leandro Paredes, Lo Celso y Marcos Acuña, ya campeón de Estados Unidos 2024; como Lionel Messi, Otamendi es uno de los dos integrantes de los planteles que perdieron tres finales en años consecutivos y se mantienen en la selección, en la hora más gloriosa.

“Uno quiere estar. Mentiría si dijera que no me j… tener que salir. Yo nací para competir y hay que aceptar las decisiones del entrenador. Seguir compitiendo, intentar hacerlo bien cuando me toque”, contó. Y fue justamente lo que hizo: trabajar duramente y redoblar esfuerzo para ganarse nuevamente la confianza del DT. Contra Chile jugó como stopper junto a Cristian Romero y Lisandro. En Barranquilla (1-2) actuó como 2, con Martínez como lateral. Y en Maturín, sin Cuti, formó la pareja con Germán Pezzella y Licha esperó en el banco. Scaloni utilizó tres defensas distintas y solamente Otamendi protagonizó todos los partidos.

La selección arribó este viernes por la mañana a Buenos Aires y los jugadores quedaron liberados hasta el sábado por la tarde, cuando se reencuentren en Ezeiza. El entrenador tendrá apenas tres prácticas para el encuentro de este martes con Bolivia, y todo indica que Otamendi se mantendrá entre los titulares. Premio a un gladiador que no conoce la palabra “rendición”.

Otro momento difícil del que se repuso Otamendi: el mal paso de Argentina por los Juegos Olímpicos París 2024, en los que fue uno de los tres jugadores de más de 23 años en el plantel.