El ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, comunicó días atrás -con pompa e intención de revolucionar la escena- que se habilitará la importación de medicamentos para lograr bajar los precios de los remedios nacionales, que han tenido subas récord (casi 300 por ciento, 26 puntos por encima del IPC y con picos de 500 por ciento).
La decisión, formalizada por el funcionario en la red social X es, en realidad, una bomba de humo que no tiene aval de controles del Ministerio de Salud de la Nación; abarca sólo a una provincia, Mendoza, distrito con importantes deudas con la industria; y, además, no tendrá aplicación inmediata ni impacto en mejora de los precios internos. En paralelo, la jugada comunicacional del funcionario alberga una interna política entre Sturzenegger y la nueva conducción de la cartera sanitaria, a cargo de Mario Lugones, el reemplazante de Mario Russo.
¿Cómo es la historia? En su cuenta de X, Sturzenegger publicó que “en las próximas horas, el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, recibirá de Mario Lugones, ministro de Salud, algo que revolucionará el mercado de medicamentos en Argentina. La carta confirmará que la Ley 16.463 de Medicamentos establece la jurisdicción provincial para la importación, uso y comercialización de medicamentos en cada provincia”. Y agregó que Cornejo “está planificando comprar medicamentos de India, que estimo generará una caída abrupta en el costos de los medicamentos en su provincia”.
Detrás de esas palabras hay, en realidad, más slóganes que precisiones. La primera pregunta que surge es por qué Sturzenegger eligió sólo a Mendoza. Si bien su gobernador, Alfredo Cornejo, es un dirigente del PRO línea libertaria, la verdad es que la provincia fue elegida como ratón de laboratorio porque, no casualmente, es el distrito con mayores deudas de medicamentos impagos o atrasos en las compras a la industria local. Aseguran que hace 8 meses no salda deudas con los fabricantes locales, y que por eso decidieron sobre actuar la compra de medicamentos extranjeros.
Nación no quiere habilitar
Allí radica uno de los principales inconvenientes: Cornejo le pidió a Sturzenegger que le garantice que ANMAT, el organismo nacional de control de calidad de remedios, audite lo que Mendoza importe.
Allí entró a la cancha el flamante ministro de Salud, Mario Lugones, quien le dio el ok a Sturzenegger para habilitar importados, pero con un detalle no menor: le avisó que el organismo nacional, ANMAT, no se involucrará, y que el trabajo de aprobaciones de medicamos de la India lo deberá hacer cada provincia.
“Acá nadie va a querer firmar, es un riesgo”, le dijo Cornejo a Sturzenegger. El ministro de Desregulación, además, admitió en una charla hace unos días que él, entre remedios argentinos y de la India, “tomo los argentinos”. El ministro le dijo al gobernador, para intentar convencerlo, que esos remedios “están aprobados por la FDA”, la Adiminstración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos.
Las operaciones de los gigantes nacionales
Los que conocen el paño contaron que en la India hay alrededor de 10 mil laboratorios medicinales, de los cuales solo menos de 200 están registrados en los Estados Unidos. El problema es que, de traer los que están habilitados allí, son bastante más caros que los que vienen directo de India. Este debate se da justo cuando, como adelantó el domingo este diario, la canciller Diana Mondino está en la India con empresarios, entre ellos dirigentes de la cámara de laboratorios nacionales CILFA, que viajaron a tratar de evitar un acuerdo integral de ambos países por tema remedios.
Otro dato particular que marcaron los que sigue esta historia es que Lugones le habilitó el “juguete” de la desregulación de importaciones a Stuzenegger, a sabiendas que no tiene el menor impacto real. Pero el ministro Desregulador está detrás de todo lo simbólico en esa línea, y compró. En paralelo, el ministro de Salud sí hizo algo que mueve la aguja: empezó a trabajar en un acuerdo para que algunos remedios de enfermedades crónicas del PAMI tengan un descuento del 50 por ciento.
Naturalmente, los laboratorios nacionales más grandes, los que controlan CILFA y tienen una pata en ANMAT, están dando una pelea contra los importados para mantener su renta interna, en un escenario de precios al alza. En este contexto, la desregulación de precios no sirvió -como tampoco ocurrió en prepagas y naftas- para lograr que haya más competencia y que los valores de los medicamentos se acomodaran de acuerdo a las necesidades del público.