A Milei se lo preguntan en un programa de TV. Y cita un artículo, un paper de Milton Friedman, donde según él queda demostrado que desde que vos modificas el ritmo de la emisión -la variación de la cantidad de dinero- hasta que afecta a los precios debe transcurrir necesariamente entre 12 y 18 meses.
Cuando Milei asumió, el primer mes de gobierno, que son los últimos 10 días de diciembre, devalúa 118% y los precios sólo el primer mes suben 25%, que venían de estar subiendo a 12% aproximadamente. Porque Massa había devaluado a pedido del FMI y había tenido un pico inflacionario.
Y después, si fuera solamente dependiente del tipo de cambio, hay algo que se llama pass-through, que es cómo la devaluación se va a los precios. Y lo hace así, con un pico y después se va atrasando hasta que se agota todo el fenómeno.
Entonces empieza a bajar la inflación de ese pico de 25%, que él se lo atribuye a la emisión del gobierno de Massa. Pero Milei sostiene hoy que la baja de la inflación después del pico que genera esa devaluación de diciembre, es producto que dejó de emitir. Y esto se contradice con lo que dijo 300 veces, que es que la emisión se refleja en los precios entre 12 o 18 meses después.
Conclusión, Milei dibuja las teorías según le sirven o no le sirven. Cambia de teoría, porque ahora están pidiéndole algunos sectores una evaluación y el propio ministro Caputo -que no es ni austríaco, ni liberal libertario, ni anarco capitalista- le dice que no lo puede hacer porque se iría a precios. Entonces ¿qué tiene que ver la emisión?
Todo esto para responderte si convenció a la sociedad argentina respecto a convencerse al monetarismo… Yo lo dudo. Sí creo que confió, por lo menos un sector, en que Milei iba a venir con algo nuevo de su saber, incluso desde su originalidad, y que iba a dar respuesta al problema de la inflación.
Así que sintetizo. Sí es verdad que la inflación fue importante en el voto. No es verdad que eso signifique que todo el mundo se hizo monetarista, porque el propio Milei es un manojo de contradicciones y lo que está haciendo no es lo que dijo.
De hecho, su política antiinflacionaria era la dolarización, que no tiene nada que ver con el monetarismo tampoco. Y no dolarizó, porque después empezó a decir no se podía.
-Pareciera haber cierto consenso, al menos entre muchos economistas -ortodoxos, heterodoxos, más de “izquierda”, más de “derecha”- que hablan permanentemente del retraso cambiario. ¿Coincide? ¿Cree que Milei debería devaluar?
-Mira, ahí estamos entrando en un terreno tal vez un poco farragoso y técnico. No es de respuesta sencilla porque además hay muchas discusiones sobre esto y tiene que ver con diferentes coyunturas donde la misma medida tiene impactos distintos. Por ejemplo, según qué está pasando con las restantes monedas de los socios comerciales de Argentina… O sea no tiene sólo que ver con la relación peso-dólar y la devaluación, con cuál es tu competitividad cambiaria y cuáles son sus efectos internos.
La economía tiene esto, no hay nada que sea sencillo, lineal, ni siquiera o menos todavía, eterno. Y por eso me parece que lo de Mieli es una gran estafa, porque dice cualquier barbaridad como si fuera una ley grabada en piedra para cualquier país, para cualquier situación, para cualquier momento histórico, para cualquier coyuntura… Y no es lo mismo si la economía está en pleno empleo, si el desempleo y la capacidad instalada está subutilizada, si el salario viene de estar alto o bajo en pesos o en dólares.
Ahora, ¿cuál es la contradicción de esto? Obviamente si uno dice que los precios están muy asociados al valor del dólar, entonces uno recomendaría no devaluar. Y, sin embargo, si los precios igual suben se va atrasando el tipo de cambio y entonces eso tiene otros efectos paralelos.
Mi respuesta sería que finalmente siempre el tipo de cambio y su impacto es distinto para cada uno de los sectores. Yendo desde los trabajadores, pasando por los productores que dirigen sus fabricaciones al mercado interno, para los exportadores, para los importadores. Y esto por una batería de otras variables como puede ser impositiva, arancelaria, crediticia.
Cuando uno mira la rentabilidad de un sector, por ejemplo, el campo, no es lo mismo alguien que tiene 2.000 hectáreas y hace soja, que alguien que tiene vacas para leche y quizás dirige su producto al mercado interno. Es el problema de las generalizaciones, que por supuesto hay que recurrir a ellas para analizar la macro, pero después en la realidad el efecto es muy heterogéneo. Entonces te diría, no hay soluciones mágicas, que es el problema que estamos teniendo los argentinos con Milei, a quien se le mojó la pólvora. Se le vio el conejo y se le descubrió el truco. Eso es lo que creo que está experimentando buena parte de la sociedad argentina, que es descrubrir que es un farsante.
-Lo escuché a Martín Guzmán hace algunas semanas decir que él observaba en Milei una voluntad de avanzar con ese plan de dolarización ¿Usted también observa que ese camino aún es posible?
-Ocurre que bajo la etiqueta Milei hay un conglomerado de sectores, de grupos, de influencias y de intereses. Lo que pasa dentro de la difícil de comprender cabeza de Milei -por lo menos para mí- no agota la discusión sobre qué va a pasar.
Pero ahí te voy a dar una respuesta que me parece mucho más importante. No es si Milei quiere o no quiere, si puede o no puede, y quienes de los que lo patrocinan -lo acompañan o influyen sobre él- lo acompañarían en esa aventura. Y para empezar yo entiendo que ni el Tesoro Norteamericano, ni el FMI están de acuerdo con una dolarización. Entonces no se pueden vender globos si no te acompaña el fabricante de globos.
-El último dato de la pobreza fue de los más altos de la historia. El Gobierno de Milei dice, al mismo tiempo, que frente al “mayor ajuste de la historia mundial”, se protegió a los más vulnerables con aumentos muy considerables a la tarjeta Alimentar y la AUH. ¿Usted cómo explica la presunta “paciencia” de la sociedad frente a un contexto económico tan duro?
-Hay un malestar enorme, pero a veces, se intenta medir solo con la imagen positiva o negativa del Presidente. Que para mí ya de por sí esa pregunta, no sé qué mide exactamente y no sé cuánto tiene de absoluto y cuánto de relativo. Ahora, cuando en una encuesta se le hace la pregunta sobre su situación económica, sobre la perspectiva que tiene su familia o sobre la cuestión del malestar o bienestar con el acceso al consumo es lapidario el resultado contra Milei. Porque destruyó el poder de compra de los salarios, de las jubilaciones.
Yo veo que hay un malestar enorme. Después, hasta qué punto eso se refleja en figuras políticas, es otro tema. Pero no veo ninguna contradicción en la sociedad.
Respecto de la paciencia, creo que dentro del marco de la democracia la paciencia suele durar dos años que es cuando la próxima elección y uno vota una modificación del rumbo de las composiciones.
Sí estoy convencido que lo de Mieli es un fracaso, en sus propios términos. Lapidario, objetivo. Lo que no quiere decir, por ejemplo, que empiece a cambiar de rumbo, afloje con los tarifazos, afloje con el ajuste, como hizo el macrismo.
El macrismo en el 2016 empezó un tarifazo del 3.000%, un ajuste feroz presupuestario, a cortar partidas, a despedir gente, vino degollando. Y a fin de ese mismo año, empezaron a aparecer las primeras encuestas, mostraba que iba a perder la elección porque nadie quería la continuidad de esto como venía, interrumpió los aumentos tarifarios, dio créditos para compra y construcción de vivienda, le dio crédito a los jubilaciones… O sea, dio un volantazo. Cambió totalmente y me parece que está bien también.
Mi respuesta sería, la historia no se cuenta o no se predice con los resultados de las encuestas de los meses previos a que ocurran los fenómenos históricos. Así que bueno, veremos. Yo creo que la sociedad argentina lo vota a mi ley para que solucione algunos problemas que no está pudiendo solucionar.
-Milei dijo primero que era experto en crecimiento “con y sin dinero”. También decía que con el cepo Argentina no podría crecer. Para que la economía argentina crezca sostenidamente en el tiempo, ¿es una condición ineludible levantar el cepo?
-No, pero Milei ahora dice que se puede crecer con cepo. Por eso te digo cambia de doctrina muy rápidamente. Milei es austríaco con o sin Austria. (Risas)
Sobre el crecimiento “con o sin dinero” en este caso yo diría que justo ahí tengo algo para decir a favor de Milei. A ver. Me estoy por arrepentir. No, no, no. Lo voy a decir, pero como economista.
Varias veces dijo que se recibió en la UBA o escribieron que era economista de la UBA y no se recibió en la UBA. Doy fe. Después dijo que era doctor en economía, cuando el doctorado que tiene es más trucho que la dolarización que planteó.
Pero lo que él quiso decir es que, si no me equivoco, enseñaba en una materia que se llama Teoría del Crecimiento, en donde hay modelos de crecimiento, modelos matemáticos, digamos, económicos pero con expresión matemática, que se preguntan cómo impactan diferentes variables en el crecimiento de una economía, con variables monetarias y sin variables monetarias. Creo que quiso decir eso. Pero bueno, básicamente es experto en… como los Abuelos de la nada, los expertos de la nada. Así que, con dinero, sin dinero, con crecimiento, sin crecimiento…
-¿Usted no ve un rebote y crecimiento en el corto plazo?
-No. Para agarrar los basics, digamos, los fundamentos de la economía, para que una economía crezca, tiene que crecer o bien las exportaciones, o bien el gasto, o bien el consumo, o bien la inversión. Y todo eso va para atrás. Exportaciones podría ser por Vaca Muerta, que si alguien no tiene nada que ver con lo que está pasando en Vaca Muerta, si ponemos a los 47 millones de argentinos en fila, ¿quién no tiene nada que ver con el boom de Vaca Muerta? Javier Milei es el primero de la fila.
De hecho ahora hay una inversión que esperemos a ver si sale. Yo siempre lo he dicho con mucha prudencia, porque más quiero que pase. Me daría mucha pena que Milei espante una inversión sobre la que trabajamos tantísima gente. Esperemos que no siga matando inversiones. Esperemos.