El consultor político Lucas Romero advirtió este lunes que podría haber una contradicción entre el discurso del Gobierno en cuanto a la inflación y la percepción real de la opinión pública, lo que explicaría la baja en la imagen del Gobierno y del propio Presidente en los últimos meses.
“La gente puede estar viendo que el Gobierno dice que la inflación está bajando o que está haciendo el esfuerzo para que a mi me baje el costo de los bienes y los servicios y yo no lo percibo; y ahí puede haber una confrontación entre la percepción pública y el discurso del Gobierno“, dijo el director de la consultora Synopsis en diálogo con el canal LN+.
Romero señaló que “coincide la inflación estacada en 4 meses consecutivos en el 4% con registros de caída de imagen de MIlei y de los niveles de apoyo”. “Es como si el Gobierno hubiera capitalizado la desinflación de los primeros 6 meeses y podría estar recibiendo ahora la consecuencia de no seguir mostrando una desaceleración”, conjeturó
El director de Synopsis aclaró que “nunca es monocausal la explicación de fenómenos tan complejos” y que a la “principal demanda ciudadana” al Gobierno, que son “soluciones económicas“, “se le agregan otras problemáticas”.
Tomó como ejemplo la postura celebratoria del Ejecutivo en relación al ajuste. “Este gobierno tenía que hacer una corrección fiscal. Nunca es fácil hacer un ajuste. Y los ajustes no se celebran. Se explican, se fundamentan. Da la sensación de ser este un gobierno que parece encontrar razones para celebrar el ajuste y eso es inconveniente“, dijo.
“Si yo tengo que producir un dolor, le tengo que decir al paciente que le va a hacer un bien. Yo puedo explicarle que el tratamiento que es doloroso va a producir beneficios deseables. Ahora, lo que yo no puedo es festejar el dolor del tratamiento. Ahí es donde la inconveniencia del asado en Olivos o esta idea que Milei expresa exageradamente y de forma celebratoria que “estamos haciendo el ajuste más grande de la historia”. La gente siente el ajuste y ahí al Gobierno le está faltando acompañar el proceso de su política económica con empatía, sensibilidad, para un contexto muy complejo“, sostuvo.
En ese punto se detuvo en la cuestión de los aumentos tarifarios, que observa como un obstáculo para que la población pueda percibir en su bolsillo la mejora del salario real. Para octubre están previstos aumentos en la luz, el agual y el subte, entre otros, mientras que habría bajas sensibles en el gas y los combustibles.
“El agosto la inflación fue del 4,2%. Los servicios aumentaron 6,5%. ¿Y cuál es la interpretación política que podemos hacer? El aumento de los servicios está produciendo un aumento del costo fijo en los ingresos de los hogares. Las familias destinan más proporción de sus ingresos al pago de servicios que antes. Pagar los servicios no produce la satisfacción en el consumo que produce cuando se consume bienes, una prenda de vestir, se sale a comer afuera, al teatro, cuando se da un gusto. Ese es el consumo que el hogar está ajustando para cubrir más costo fijo y es lo que explica las caídas en los niveles de consumo masivo”, dijo.
“Es un ajuste en el gasto del hogar que no produce satisfacción, y por eso quizás el Gobierno no logra convencer a la gente de las bondades del programa económico y de la baja de la inflación para un público que no lo percibe porque siente que está destinando más ingreso a cubrir más costo fijo y no le permite la satisfacción de seguir consumiendo lo que produce satisfacción“, agregó.
Para Romero, ese fenómeno “obtura algo que el Gobierno está señalando y es correcto, que es que los salarios vienen recuperando terreno”. “Ahí es donde viene el problema de la contradicción qué puede percibir el público entre el discurso del Gobierno y lo que ellos perciben en sus bolsillos. Hay que tener la sensibilidad de calibrar, por más que uno tenga la tentación de decir que ‘los salario estan recuperando y ustedes tienen que sentirse mejor’. Quizás no se perciba tan nítidamente, por lo menos en los términos que el Gobierno necesita“, concluyó.