El rey de España no fue invitado a la asunción de Sheinbaum

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La no invitación de Felipe VI a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum como presidenta de México ha incrementado la tensión diplomática entre este país y España, sobre todo después de que el Ministerio de Exteriores haya tomado la decisión de no enviar a ningún representante del Gobierno al acto.

Esta situación ha provocado críticas tanto dentro del Ejecutivo como fuera. Sumar, por ejemplo, ha trasladado que acata la decisión de Exteriores, que es el encargado de decidir cuál es la representación oficial de los miembros del Gobierno en actos en el extranjero.

Sin embargo, también ha reconocido la “soberanía” de México para decidir a quién invita y a quién no a sus actos oficiales, y ha asegurado que esta polémica debería reabrir el debate sobre por qué el principal representante de España en el exterior “no es elegido democráticamente, sino heredado“.

“Cuando uno viaja fuera de España mucha gente se sigue haciendo preguntas sobre por qué tenemos un jefe de Estado que no votamos”, dijo el portavoz parlamentario de Sumar en el Congreso, Íñigo Errejón. Fuera del Gobierno, la secretaria general y diputada de PodemosIone Belarra, manifestó la preocupación de su partido por que “el Gobierno ate sus relaciones internacionales a las de la monarquía”.

“Que el Gobierno ate sus relaciones internacionales a una monarquía borbónica acostumbrada a relaciones corruptas con narcodictaduras no es el camino para un Gobierno que se dice progresista”, añadió la dirigente de la formación morada.

La polémica con la espada de Bolívar

La no invitación de Felipe VI a la toma de posesión de Sheinbaum como presidenta de México no es la primera polémica del monarca en América Latina. En agosto de 2022, el rey fue invitado y acudió a la toma de posesión de Gustavo Petro como presidente de Colombia.

El presidente electo le había pedido al presidente saliente, Iván Duque, que la espada del libertador Simón Bolívar (héroe de la nación y uno de los principales exponentes del proceso de descolonización del territorio) estuviera presente durante el acto, pero Duque se había negado.

Sin embargo, tras tomar posesión, Petro dio su primera orden como jefe de las fuerzas armadas colombianas y pidió que trajeran la espada. Cuatro soldados trasladaron el arma en una urna de cristal desde el Palacio de Nariño (la casa presidencial en Colombia) hasta la plaza de Simón Bolívar, donde se celebraba el acto.

A su paso, todos los representantes y autoridades invitadas saludaron el desfile levantándose; todos, menos uno. Felipe VI permaneció sentado frente a la espada de Bolívar, lo que le granjeó numerosas críticas. Desde Casa Real se optó por el silencio, mientras que fuentes diplomáticas justificaron que el monarca no se levantara en base a que la exhibición del arma no figuraba en la agenda oficial protocolaria, sino que había sido un gesto improvisado por parte de Petro.

La tensión diplomática entre México y la Casa del Rey tampoco es nueva. De hecho, la ausencia de una invitación para Felipe VI a la toma de posesión de Sheinbaum podría tener su origen en otra polémica protagonizada por el monarca en 2019.

Ese año, el entonces presidente, Andrés Manuel López Obrador, remitió una carta al rey solicitando que el Reino de España reconociera “los agravios causados” por la conquista y que “ambos países acuerden y redacten un relato compartido”.

“México desea que el Estado español admita su responsabilidad histórica por esas ofensas y ofrezca las disculpas o resarcimientos políticos que convengan. Por ese motivo, Su Majestad, las actuales autoridades mexicanas elaboran un pliego de delitos que exhibirán ante el Reino de España”, rezaba la misiva.

Casa Real nunca respondió a la carta del mandatario mexicano, mientras Felipe VI destacaba en actos oficiales en territorios como Puerto Rico los avances y progreso que a su juicio había traído el proceso de colonización español. La no invitación a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum es una más de la lista de polémicas que el monarca ha protagonizado en los últimos años en América Latina.