El diputado tucumano Mariano Campero advierte que los radicales que se acerquen al kirchnerismo perderán las elecciones

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Mariano Campero se hartó de la conducción de la UCR en Tucumán y anunció hace 15 días que competirá en 2025 con el partido que utilizó para integrar Juntos por el Cambio en su momento, Cambia Tucumán. Su jugada produjo un desparramo en el radicalismo provincial, al declinar su participación en una interna que se postergó ya cuatro veces este año, pero también se convirtió en un desafío contra Osvaldo Jaldo, que ya tenía problemas en el peronismo con Juan Manzur y ahora debe afrontar la competencia que el legislador le propone sobre el electorado libertario.

 

Con 41 años y una rutina de tenista aficionado, ya acredita experiencia como concejal, intendente de Yerba Buena y legislador. “Me estoy jugando el último baile”, dice riendo a cámara.

 

También le gusta ser picante en las redes sociales. Tanto, que se cruzó con el gobernador tucumano minutos antes de este reportaje, por el reparto de recursos en su provincia. Su bronca es porque la cercanía del ministro del Interior tucumano, Darío Montero, con Jaldo, supuestamente redunda en partidas presupuestarias más altas para su hijo e intendente de La Banda, Gonzalo Montero. Un clásico de las peleas provinciales.

 

Campero recibió a LPO en su austero despacho del anexo del Diputados, para conversar sobre Tucumán, el gobierno de Javier Milei y las dificultades del radicalismo a nivel nacional.

 

-¿Por qué pegaste un portazo al radicalismo de Tucumán, cuando para varios sos el dirigente radical con mayor proyección en tu provincia?

-En Tucumán, la interna de nuestro partido se fue moviendo durante todo este año, de febrero a marzo, de marzo a abril, de abril a septiembre y hace dos semanas se pasó al año que viene. En las tres instancias presentamos nuestros candidatos y la fueron moviendo sin presentar sus candidatos los que manejan el radicalismo hace muchos años, probablemente como ocurre en muchas provincias. No se condicen quienes manejan el radicalismo con los que están afiliados y cumplimos roles en la dirigencia, como intendentes, concejales, legisladores, diputados, como es mi caso. Yo lo que planteé es: me retiro de la interna, no estoy dispuesto a gastar un segundo más. Creo que es un juego perdido, más en este contexto. Tucumán es una provincia que tiene muchas problemáticas.