Islandia autoriza sacrificar ballenas en extinción preñadas

Comparte si te ha gustado

Islandia ha concedido una licencia a la última compañía ballenera de Europa para matar más de 100 ejemplares, a pesar de las esperanzas de que la práctica se hubiera detenido después de que las denuncias de crueldad llevaron a una suspensión temporal en 2023 (sólo se ejecutaron 24 ballenas). Hvalur, una empresa islandesa dirigida por Kristján Loftsson, ya de 81 años, tiene licencia para matar 128 ballenas de aleta durante la temporada de caza 2024.

Islandia es el país, después de Japón, que permite que se reanude la caza de ballenas de aleta en 2024. Los grupos defensores de los derechos de los animales describieron la noticia como “profundamente decepcionante” y “peligrosa”.

Al otorgar el permiso, la ministro de Alimentación, Pesca y Agricultura de Islandia, Bjarkey Olsen Gunnarsdóttir, dijo que su decisión no estaba necesariamente en línea con sus puntos de vista o los de su partido, el Movimiento Izquierda-Verde: «Sin embargo, tengo que seguir las leyes y reglamentos, y esta es mi conclusión ahora», le dijo a RÚV, radiodifusión nacional de Islandia.

Kristján Loftsson, el asesino.

Kristján Loftsson, el asesino.

El reclamo

Grupos ambientalistas tal como Avaaz denuncian la situación («Avaaz» significa «voz» o «canción» en varios idiomas). Avaaz es una red de campaña global de 70 millones de personas que trabaja para garantizar que las opiniones y los valores de la gente del mundo den forma a la toma de decisiones global:

  • «Las ballenas de aleta son impresionantes: capaces de comunicarse a través de canciones, sentir amor y experimentar un profundo sufrimiento emocional. Loftsson suele matarlas embarazadas, y un estudio encontró que estos majestuosos gigantes pueden tardar hasta 2 horas en morir después de ser arponeado.»
  • «Todavía podemos detener esta crueldad y proteger al 2do. mamífero más grande del planeta (no sólo esta temporada sino para siempre) ayudando a cambiar la ley. El gobierno islandés está bajo presión. La ministra clave admitió que no está de acuerdo con la caza de ballenas, pero dice que la ley la obligó a conceder la licencia. Valientes legisladores planean intentar derogar esa ley.»
  • «Podemos ayudar. Hagamos de esto una pesadilla de relaciones públicas para el gobierno islandés y realicemos una convocatoria de 2 millones de personas para sacar del negocio a balleneros como Kristján Loftsson para siempre.»