José Alperovich aún no sabe si lo enviarán al pabellón de los ancianos o al de los violadores

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José Alperovich transcurre sus primeros días como preso común, recluido en las dependencias del Hospital Modelo del penal de Ezeiza.

Por regla general, antes de ser derivado a un pabellón del presidio deberá pasar de una semana a 10 días en ese sector, donde se le practican a pruebas de sangre y estudios médicos, que luego se cpontrastan con la historia clínica que la familia ya puso en manos de las autoridades.

Cuando esto concluya, se abren dos posibilidades: pasar al pabellón de adultos mayores o ir a parar al de condenados por delitos sexuales.

Por el momento, ni siquiera la misma defensa del reo prevé que pueda abandionar penal en poco tiempo.

Los hijos del violador convicto siguen en Capital Federal y lo visitan cada vez que pueden.

El régimen de visitas del hospital no es el mismo que aplica para los para los pabellones.

Una vez que se decida dónde quedará alojado, acceder al mismo sistema de visitas que el resto de los internos.

Uno de los visitantes el ex gobernador tucumano fue su defensor, Augusto Garrido, con el que habló de los pasos procesales que se avecinan.

Según fuentes del Servicio Penitenciario, Alperovich se muestra tranquilo, aunque ansioso por definir cuándo podrá, al menos, ser beneficiado con el régimen de prisión domiciliaria.

Sobre esto último cabe aclarar que el juez Juan María Ramos Padilla descartó esa posibilidad advirtiendo que la enorme fortuna amasada por Alperovich, le permitiría evadirse con facilidad.

Mientras el otrora todopoderoso ex mandatario alimenta esa ilusión a la espera de que se defina su destino dentro del presidio, sus hijos le llevaron ropa, comida y cigarrillos.